El Gobierno fracasa en su plan sobre la implantación de electrolineras

La Unión Europea (UE) se comprometió a reducir en, al menos, un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030 en comparación con los niveles de 1990, y España abrazó ese objetivo como un fin primordial del Gobierno de coalición. Pero apenas se ha cumplido el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030, vendido a bombo y platillo y que va a incumplir, entre otros, uno de sus hitos más importantes: el parque de puntos de recarga.

España se encuentra a años luz de las marcas establecidas anualmente, tanto en la implantación de los vehículos eléctricos como en el despliegue de los puntos de recarga, que con un total de 38.000 puntos de acceso público en funcionamiento en el tercer trimestre de 2024 no alcanza ni las cifras del primer ejercicio de actuación. Así lo ha constatado el Banco de España en su informe «Estructura del mercado de electrolineras», que advierte que el parque de recarga en España se situaría «muy lejos» de los entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga establecidos como objetivo para 2023 en el Plan de Recuperación y con el fin ya imposible de llegar a los 500.000 estimados para poder cumplir a la vez con lo fijado en el Plan para 2030.

Una situación que no aguanta ni de lejos la comparativa con los socios europeos. España se encuentra entre los países con un despliegue de la infraestructura pública de recarga más lento, con 70 puntos de recarga por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los niveles de otros Estados como Países Bajos –con una ratio de 951–, Bélgica (569) o Dinamarca (539). Aunque el Banco de España intenta dar una visión positiva ya que a medida que se desarrolla el mercado, «nuevos actores tienden a ingresar al espacio de recarga», lo que generalmente conduce a una aceleración de las inversiones en infraestructura de recarga y a un nivel cada vez mayor de complejidad e innovación del ecosistema», la lentitud de su desarrollo impedirá cumplir con el Plan en la fecha prevista.

El PNIEC preveía alcanzar un 28% de contribución de renovables en el transporte en 2030 y tenía como meta llegar a 540.000 vehículos eléctricos enchufables en 2025 y cinco millones en 2030.Asimismo, el Plan de Recuperación se marcaba lograr una flota de, al menos, 250.000 vehículos eléctricos enchufables y entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga de acceso público en 2023. Nada de eso se ha cumplido.

El supervisor bancario también alerta sobre la correlación existente entre renta y coches eléctricos, corroborada por los datos de registro de coches de la DGT y la Encuesta de Presupuestos Familiares, que muestran que tienen una mayor probabilidad de adquirir un coche eléctrico «los hogares de mayor renta a lo largo de todo el país incluso, teniendo en cuenta como control si existe una zona de bajas emisiones. De hecho, casi el 30% de estos vehículos los adquieren los hogares de mayor renta disponible».

En cuanto al ecosistema de recarga de vehículos eléctricos, el informe apunta que continúa evolucionando a medida que la industria madura y tiene una gama de diferentes modelos de negocio con distintos niveles de integración vertical. En la actualidad, casi todos los operadores de puntos de recarga actúan «como su propio proveedor de servicios de movilidad eléctrica, ya que les permite tener control sobre la experiencia del consumidor mientras construyen una relación directa con los conductores de vehículos eléctricos». La cuota en puntos de recarga en las estaciones de servicio (EE SS) en la España peninsular de Repsol, BP y Cepsa es del 31%, lo que ilustra que las cuotas de mercado en los puntos de recarga de estas empresas de hidrocarburos han aumentado entre 2022 y 2024, «una cuota de mercado que se ha intensificado transcurridos dos años gracias a la mejora de la regulación».

Respecto a la grandes energéticas, Iberdrola destaca especialmente en su área de distribución de electricidad, con un porcentaje superior al 40%, mientras que Endesa y EDP son propietarias de en torno a una cuarta parte de todos los puntos de recarga de su respectiva zona de distribución. A su vez, Iberdrola es el grupo empresarial con una mayor presencia en este mercado, ostentando porcentajes entre el 25% y el 30% de los puntos de recarga situados en lugares donde la compañía dominante en el suministro de electricidad es alguna de las otras tres compañías. Naturgy es la que tiene el mercado más limitado, pero su objetivo es ir ganando espacio.