
Financiación
El Gobierno maquilla el déficit regional con el aumento de transferencias autonómicas
Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Castilla-La Mancha repiten como las comunidades más endeudadas. El gasto corriente por habitante ha aumentado un 32% desde 2003

"Los datos brutos de déficit de los últimos años son bastante engañosos, ya que se deben a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado superiores a lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados por la pandemia". Así lo advierte Fedea en su último estudio sobre las finanzas autonómicas, que abarca entre 2003 y 2024, que recuerda que, con datos oficiales de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), el déficit presupuestario del conjunto de las comunidades autónomas se ha reducido "sustancialmente" durante el pasado ejercicio, situándose en el 0,12% del PIB nacional frente al 0,92% del año anterior, cumpliendo así aproximadamente el objetivo de estabilidad del 0,1% fijado para el ejercicio.
Sin embargo, el director de Fedea y del informe, Ángel de la Fuente, advierte de que los datos brutos de déficit de los últimos años son "engañosos" porque las cuentas de déficit autonómico de 2020 y 2021 se debieron fundamentalmente "a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado" como consecuencia de la pandemia. "La desaparición de estas transferencias, junto con la peculiar mecánica del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), con entregas a cuenta calculadas 'ex ante' y liquidaciones practicadas con un retardo de dos años, ayudan a explicar el fuerte repunte del déficit durante los últimos dos ejercicios pese a la recuperación económica".
Aunque admite que los resultados son "buenos", el análisis de los datos brutos, sugiere que se debió fundamentalmente al rápido aumento de los ingresos en un ejercicio de robusto crecimiento del PIB y a una liquidación del SFA "muy favorable, que corrige a posteriori las bajas entregas a cuenta de 2022". Así, apunta que "los excelentes datos de déficit autonómico de 2020 y 2021 se debieron fundamentalmente a un aumento de las transferencias por encima de lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados directamente por la pandemia". Unos datos que tienen reflejo en los resultados de 2024, "han sido buenos pero no tanto como sugieren los datos brutos", ya que se deben fundamentalmente al rápido aumento de los ingresos en un ejercicio de robusto crecimiento del PIB y a una liquidación del SFA muy favorable, que "corrige a posteriori las bajas entregas a cuenta de 2022".
En este sentido, los analistas del 'think tank' económico constatan que, pese a este aumento de los ingresos, todas las autonomías han aumentado su deuda "muy sustancialmente" durante la anterior crisis, aunque precisa que las diferencias entre ellas han ido aumentando con el tiempo en términos absolutos, pero no relativos. Los ingresos y los gastos autonómicos siguieron "un patrón fuertemente procíclico", con un rápido crecimiento en el primer periodo, seguido de recortes tras la crisis de 2008 y "de una paulatina y desigual recuperación" que ha devuelto a una situación similar a la de 2003. La diferencia en esta ocasión es que la situación resulta "bastante más frágil ante un posible cambio de ciclo".
Fedea avisa de los principales motivos de preocupación, que pasan por el "elevado stock de deuda" acumulado por buena parte de las comunidades y una mejora del saldo presupuestario apoyada en "en factores anómalos y difícilmente sostenibles", entre los que cita una inversión "atípicamente baja y fuertes subvenciones a los intereses a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y otros mecanismos estatales de liquidez". A partir de 2019, el Gobierno optó por "absorber por entero los efectos financieros de la pandemia mediante fuertes inyecciones extraordinarias de recursos estatales y, en alguna medida, europeos". De esta forma, los ingresos adicionales excedieron las nuevas necesidades de gasto, de manera que las comunidades autónomas lograron reducir su déficit hasta prácticamente eliminarlo en 2021, "aunque sólo con la ayuda de cuantiosas transferencias extraordinarias".
El repunte del déficit observado en los dos ejercicios posteriores se debió a "la desaparición de las partidas extraordinarias y a las atípicas circunstancias de estos ejercicios", como la crisis inflacionaria de 2022. De la Fuente responsabilizó también a las "peculiaridades del modelo de entregas a cuenta y liquidaciones del sistema de financiación autonómica". En 2024, las comunidades autónomas volvieron a acercarse al equilibrio presupuestario, "pero apoyadas en el crecimiento del PIB y una liquidación récord del sistema de financiación", que superó los 20.000 millones de euros.
El estudio también constata que Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña y Castilla-La Mancha repiten como las comunidades más endeudadas, mientras que Madrid, Canarias, País Vasco y Navarra tienen la deuda más reducida. Especial preocupación muestra la Comunidad Valenciana, que sitúa ya su deuda por encima del 40% del PIB. Pese a ello, todas las autonomías han aumentado su agujero "muy sustancialmente" durante la anterior crisis, aunque precisa que las diferencias entre ellas han ido aumentando con el tiempo en términos absolutos, pero no relativos. El peso de la deuda se ha multiplicado por casi 13 en Castilla-La Mancha y casi por dos en Galicia.
El estudio advierte asimismo de que el gasto corriente por habitante en 2024 -neto de intereses y calculado a precios constantes-, es superior en al menos un 32% al observado en 2003 en todas las autonomías, situándose en promedio un 43% por encima de esta referencia. Cataluña, la Rioja y el País Vasco son las comunidades en las que más ha crecido este gasto corriente por habitante, pese a que la inversión de casi todas las comunidades autónomas está sensiblemente por debajo de donde estaba a principios de siglo.
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