Precariedad

Gonzalo Bernardos, economista, alerta sobre la precarización de España: "Todos conocemos a alguien que se gana bien la vida y no llega a fin de mes"

El periodo estival trae consigo la oportunidad de desconectar, pero también un aumento considerable de gastos que muchos afrontan mediante financiación

Gonzalo Bernardos, economista: "Pronto verás al yesero cobrar 5.000 euros por falta de mano de obra en España"
Gonzalo Bernardos, economista: "Pronto verás al yesero cobrar 5.000 euros por falta de mano de obra en España"Gonzalo Bernardos

El verano se consolida año tras año como la época de vacaciones por excelencia para la mayor parte de la población española. Con la llegada del buen tiempo, crece el deseo de viajar, disfrutar de actividades al aire libre y, en definitiva, desconectar de la rutina diaria.

Sin embargo, esta esperada temporada de ocio viene acompañada, de manera recurrente, de un desembolso económico sustancial, que en no pocos casos resulta ser excesivo para el presupuesto familiar.

Esta realidad ha propiciado que un número cada vez mayor de ciudadanos recurra a préstamos personales para sufragar los gastos asociados a sus vacaciones. Se trata de un fenómeno que está ganando presencia en España, y que ha captado la atención de distintos expertos en el ámbito económico, quienes ofrecen perspectivas diversas sobre esta tendencia.

La firme advertencia de un economista

Uno de los economistas más destacados que ha manifestado su opinión al respecto es Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona. Bernardos ha expresado con claridad su desaprobación ante la decisión de solicitar un crédito para irse de vacaciones. Para el profesor, esta práctica refleja un problema social de vivir por encima de las posibilidades económicas reales de cada individuo o familia.

En una de sus intervenciones en el programa de televisión Más Vale Tarde, Bernardos desaconsejó abiertamente el uso de un préstamo para financiar actividades recreativas, como son las vacaciones. Subrayó que adquirir una deuda para un fin prescindible no resulta favorable en este tipo de situaciones, instando a replantear seriamente la necesidad de un crédito si el objetivo es un capricho que excede la capacidad financiera.

El economista ilustró su punto señalando la frecuencia con la que un segmento de la sociedad adopta esta costumbre. Según sus palabras en el programa, "todos conocemos a personas que se ganan bien la vida, pero que no llegan a fin de mes. ¿Por qué? Porque les es imprescindible ir al Liceo. Les es imprescindible comer todos los domingos en un buen restaurante. Les es imprescindible hacer un viaje al extranjero… Pero no hablo de una capital europea, sino de otro continente, cada seis meses".

Bernardos enfatiza que la solicitud de un préstamo debería estar orientada fundamentalmente a cubrir desembolsos imprevistos y de primera necesidad. Detalló que si algún elemento básico de nuestra vida cotidiana requiere una reparación o una renovación inmediata (como un vehículo, un frigorífico o la ducha), ese es el momento oportuno para considerar esta opción, especialmente si la urgencia se relaciona con cuestiones de salud.

En última instancia, el profesor advierte sobre las consecuencias a largo plazo de convertir lo que son meros caprichos en bienes o servicios de primera necesidad. Esta práctica, a su juicio, puede resultar mucho más cara de lo que aparenta inicialmente, comprometiendo la estabilidad financiera de los hogares.