Economía

Gonzalo Bernardos, economista, contundente con la situación económica: “Tenemos un problema bárbaro”

El abismo entre la imparable subida de la cesta de la compra y la tímida alza de los salarios se agranda, consolidando una pérdida de poder adquisitivo que golpea con dureza a las familias españolas

Gonzalo Bernardos en laSexta Xplica
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«Tenemos un problema bárbaro». Con esta contundencia resumen los economistas una situación que ya es un sentir generalizado en la calle: la asfixia económica de las familias españolas. El diagnóstico, verbalizado por expertos como Gonzalo Bernardos en una de sus últimas apariciones en TV, pone nombre a la percepción cotidiana de que «todo es muy caro» en el supermercado, una realidad que va mucho más allá de una simple sensación y que se ha enquistado en el día a día de miles de hogares.

De hecho, la principal fuente de incertidumbre es la constatación de que las subidas de precios de 2022 y 2023 no han sido un episodio pasajero. Lejos de corregirse, los costes se han consolidado en niveles muy elevados, estableciendo un nuevo suelo de gasto que obliga a los consumidores a destinar una porción cada vez mayor de su presupuesto a la cesta de la compra. Esta nueva normalidad de precios altos es la que amenaza con cronificar los apuros económicos.

Esta brecha económica se hace patente al comparar la evolución de los salarios con el coste de la vida. Entre 2022 y 2025, el precio de la comida y las bebidas no alcohólicas se ha disparado un 29 %. En ese mismo periodo, los sueldos apenas han crecido un 12,7 %, una diferencia simplemente abismal que deja a los trabajadores en una clara situación de desventaja.

Salarios que no dan la talla ante una cesta de la compra disparada

Como consecuencia directa, este desajuste se traduce en una notable pérdida de capacidad adquisitiva para el conjunto de la ciudadanía. Los cálculos son demoledores: desde principios de 2022 hasta julio de 2025, la merma acumulada en el poder de compra de las familias alcanzará los 2,4 puntos. Se trata de un retroceso considerable que fuerza a reajustar presupuestos, recortar gastos y renunciar a bienes y servicios que antes se consideraban básicos.

Por todo ello, el panorama dibuja un escenario de estancamiento crónico. La estabilización de los precios en cotas altas, sin un aumento salarial que sirva de contrapeso, amenaza con convertir la pérdida de poder adquisitivo en un problema estructural. La capacidad de ahorro de las familias se ve gravemente mermada, y cualquier gasto imprevisto tiene el potencial de desequilibrar por completo la economía de un hogar, complicando el futuro de una gran parte de la población española.