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Gonzalo Bernardos, economista, sobre la emancipación: “Lo importante es vivir solos”
El sueño de la emancipación para los jóvenes españoles se estrella contra el muro de los precios del alquiler, una barrera que les obliga a conformarse con minipisos de 40 metros cuadrados para poder independizarse

La emancipación juvenil se ha convertido para miles de españoles en un proyecto de vida aplazado. La aspiración de abandonar el nido familiar, un paso que antes se consideraba natural en la transición a la vida adulta, es hoy una auténtica carrera de obstáculos. El resultado es una independencia tardía que retrasa decisiones vitales y genera una profunda frustración en toda una generación.
De hecho, el principal anhelo de los jóvenes no pasa por grandes lujos ni viviendas espaciosas. La prioridad ha mutado, centrándose ahora en la conquista de la autonomía personal. El verdadero objetivo es conseguir un espacio propio, por modesto que sea, que permita empezar a construir un futuro de manera independiente, lejos del paraguas paterno.
En este sentido, el economista Gonzalo Bernardos resume esta mentalidad de forma contundente al afirmar que los jóvenes estarían dispuestos a renunciar al espacio y vivir en pisos de apenas 40 metros cuadrados a cambio de no tener que compartir. Para ellos "lo importante es vivir solos".
Un anhelo de independencia que choca con el mercado
Sin embargo, este deseo choca frontalmente con la realidad de un sector inmobiliario implacable. El principal escollo reside en los precios del alquiler desorbitados, especialmente en las grandes capitales como Madrid o Barcelona, que se convierten en un muro infranqueable. La brecha entre unos salarios que no crecen al mismo ritmo y el coste de la vida hace que la simple idea de alquilar en solitario sea una quimera.
Por consiguiente, esta situación ha generado un cuello de botella con graves consecuencias sociales. Se ha disparado la búsqueda de pisos pequeños y asequibles, creando una demanda imposible de satisfacer con la oferta actual. Esto no solo eleva todavía más la tensión en el mercado, sino que condena a muchos a prolongar la convivencia en el hogar familiar o a encadenar pisos compartidos.
Ante esta tesitura, diversos expertos señalan la necesidad de tomar medidas para aliviar la presión sobre el mercado. Entre las soluciones que se barajan con más insistencia se encuentran la creación de un parque de vivienda pública mucho más robusto y el establecimiento de ayudas directas que faciliten a los jóvenes el acceso a su primer hogar, dos herramientas clave para intentar revertir una tendencia que amenaza el relevo generacional del país.
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