Entrevista

Gonzalo Bernardos, economista: "Las políticas del Gobierno en materia de vivienda no han funcionado"

El experto atiende a LA RAZÓN para hacer un análisis de los principales problemas que sufre la economía española en la actualidad

Gonzalo Bernardos, economista: "Las políticas del Gobierno en materia de vivienda no han funcionado"
Gonzalo Bernardos, economista: "Las políticas del Gobierno en materia de vivienda no han funcionado"La Razón

Gonzalo Bernardos (Barcelona, 1962) es economista, profesor titular de la Universidad de Barcelona y uno de los analistas más reconocidos en materia inmobiliaria y coyuntura económica en España. A lo largo de su trayectoria ha compaginado la docencia con la consultoría y la divulgación, participando habitualmente en medios de comunicación como tertuliano y conferenciante. Su estilo directo y crítico le ha convertido en una de las voces más seguidas a la hora de interpretar la evolución del mercado laboral, el sistema financiero y la economía española en su conjunto.

¿Cuál considera que es hoy el principal problema estructural de la economía española?

Estamos en un momento en que las cercanías, la larga distancia y la alta velocidad no son fiables. Algo tan básico como la electricidad: producimos más de la que puede entrar en la red y muchas empresas industriales que quieren instalarse en España o aumentar su producción en nuestro país tienen muchos problemas para conectarse debido a la falta de capacidad de la red.

Derivado de ello, lo que España tiene que hacer es volver a un plan como en los años 80: una masiva inversión en infraestructuras. Esa inversión no necesariamente la tiene que hacer la Administración. Por ejemplo, en materia de carreteras y autopistas, que están muy bacheadas en muchos lugares, se podría establecer un peaje en la sombra con las principales concesionarias.

En materia de electricidad, permitir que las grandes eléctricas inviertan más en el desarrollo de la red. Para mí, la Administración debe intervenir en sanidad, educación, justicia y seguridad, y dejar el resto en manos del capital privado. Es la manera de tener servicios básicos potentes y restaurar el ascenso social.

España lleva varios trimestres con crecimiento del PIB, pero muchas personas en la calle no lo notan en sus bolsillos. ¿Por qué sucede esto?

Durante 2022 y 2023 hubo una elevada inflación, derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, que afectó a materias primas energéticas y alimentos. Esto se trasladó al resto de la economía y generó una fuerte pérdida de poder adquisitivo.

En 2024 y 2025 se ha recuperado un poco, pero si miramos el periodo 2021-2025, las familias han perdido poder adquisitivo. Además, el precio de los alimentos subió muchísimo en 2022 y 2023, y después solo subió menos, pero nunca bajó. Eso genera una sensación muy fuerte en los consumidores: cada vez que salen del supermercado piensan que la cesta está carísima.

Esto obliga a cambiar alimentos frescos por procesados o a renunciar a lo que te gusta por lo más barato. Es un malestar enorme. El Gobierno nunca ha querido entrar en el tema de los márgenes de los supermercados, que en algunos productos superan el 500% desde el precio de origen hasta el precio final. En resumen: la economía española va bien, pero la economía familiar no tanto. Y dentro de esta, el precio del alquiler es un factor esencial.

"En Cataluña, con los controles en los precios, hemos vuelto a los años 60 y 70"

Sobre la vivienda, ¿cómo valora las políticas actuales del Gobierno?

El Gobierno ha adoptado la ideología de Sumar. En materia de vivienda, esa ideología consiste en decir a la población que tiene muchos derechos y que podrá alquilar lo que quiera al precio que quiera, gracias al control de alquileres. Eso nunca ha funcionado y evidentemente es un desastre.

Han planteado un cuento de Robin Hood: los malvados son los propietarios, que aunque tengan una rentabilidad del 4% son vistos como especuladores; los buenos son los inquilinos; y el Gobierno es Robin Hood, que quita a los propietarios para dárselo a los inquilinos.

Ante esa inseguridad, los propietarios reducen la oferta. Y cuando la oferta baja y la demanda sigue alta (además por la inmigración), los precios suben. En 2024, hubo récord histórico de precio del alquiler en las 52 capitales de provincia, y en 2025 sigue subiendo en la mayoría.

En Cataluña, con los controles en los precios, hemos vuelto a los años 60 y 70: chabolas, tiendas de campaña, asentamientos en parques públicos. Incluso estudiantes que querían venir a Barcelona no encuentran ni habitaciones.

"La tasa de paro (más del 10%) refleja que la mayoría quiere trabajar, pero hay una minoría que no"

Mencionaba la inmigración, que influye también en el tema de la vivienda. ¿Cómo valora su impacto en la economía?

La inmigración es muy positiva para nuestro país. ¿Quién cuida a nuestros mayores? Los inmigrantes. ¿Quién trabaja en las obras? Los inmigrantes. ¿Quién trabaja más horas que la jornada de 8 horas? Ellos. Son fundamentales para que la economía crezca.

Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2025 el PIB creció un 3,1% interanual y ahí tuvieron un papel clave. En cambio, si miramos las bajas laborales, entre los 16 y 24 años hay más del doble que entre los 55 y 64. También entre 25 y 34 hay más que entre 55 y 64. Algo falla: lo normal sería que los mayores tengan más problemas de salud, pero aquí ocurre lo contrario.

Hay que estudiar por qué pasa: si es falta de compromiso de los jóvenes o por otros motivos. Lo que está claro es el gran compromiso de los inmigrantes. Y es mentira que vengan a cobrar subsidios: vienen a trabajar. Eso sí, si alguien viene solo a cobrar subsidios, no tiene nada que hacer aquí.

"En 2025, el turismo supone el 13,5% del PIB español"

Y hablando de empleo, ¿cómo valora la calidad del que se está creando actualmente?

El empleo generado ahora es de mucha mayor calidad que en el pasado. La reforma laboral de Yolanda Díaz convirtió muchos trabajos eventuales en contratos indefinidos. Esto permite a muchos jóvenes acceder a hipotecas y comprar vivienda. Los fijos discontinuos siempre existieron. La diferencia es que antes eran eventuales y ahora tienen contrato. En las zonas turísticas, antes te despedían en septiembre y no sabías qué pasaría el año siguiente. Ahora en septiembre dejas de trabajar, pero en abril probablemente vuelves, porque el contrato sigue vigente. Eso es una mejora.

Además, se están creando muchos empleos en sectores especializados como arquitectura, ingeniería, informática o medios de comunicación. Es algo nuevo en esta década. Incluso la productividad está subiendo más que antes, aunque crear muchos empleos dificulta que suba tanto.

Eso sí, hay un punto negro: la tasa de paro sigue por encima del 10%. No puede ser que falten tantos trabajadores en tantos sectores y aún así tengamos ese nivel de paro. Desde la democracia, la mínima tasa fue 7,3% en 2007. Esto refleja que la mayoría quiere trabajar, pero hay una minoría que no.

Para terminar, si miramos a diez años vista, ¿cómo ve la economía española a largo plazo?

La veo muy bien. Nuestro fuerte son los servicios y especialmente el turismo. El nuevo oro del siglo XXI es el turismo. En 2025 supone el 13,5% del PIB. Si no somos idiotas, lo aprovecharemos. Pero si empezamos a despreciar al turista o a dificultar su llegada, podemos desaprovecharlo. Además, necesitamos mejorar nuestra producción eléctrica y el transporte. Eso significa más renovables, mantener la nuclear como complemento y lograr una energía muy barata para atraer centros de datos, empresas tecnológicas e industriales.

Eso permitirá crear empleo de calidad en zonas poco pobladas. Una comunidad con gran potencial en este sentido es Aragón. Y una ciudad que lo está haciendo muy bien es Málaga, gracias a la visión de su alcalde Paco de la Torre.