Un gran "paquete" para luchar con la sequía

Hemos entrado en una época de navajazos, en sentido figurado claro. Lo primero es preparar las listas de cada circunscripción electoral al Congreso de los Diputados y al Senado. Y ahí lo que prima son las peleas internas en cada uno de los grupos políticos. En el PSOE poco a poco se van conociendo los nombres que ocuparan los puestos de salida, impuestos por Pedro Sánchez, que ya no es partidario de las primarias, sino del dedazo. Él mismo, Teresa Ribera y Margarita Robles por Madrid o Luis Planas por Córdoba. Del lado del PP hay mucha más opacidad. Feijóo se reserva la prerrogativa de designar a los candidatos a las Cortes; se lo dijo a loa barones y baronesas territoriales, cuando anunció que ellos tendrían las manos libres para confeccionar las listas autonómicas. Por otro lado, andan los grupos de extrema izquierda, viendo si van juntos o separados, antes de poner los nombres encima de la mesa. Al mismo tiempo ya hemos entrado de lleno en la precampaña electoral y más tarde llegará la campaña propiamente dicha, que se presenta a cara de perro. Los temas económicos son múltiples y variados, pero, para mí, destaca uno por encima de todos: ¿cuál va a ser la política fiscal que aplicará cada uno de ellos? Y no solo eso, porque habrá que recordar a los que propongan bajadas de impuestos y tengan posibilidad de gobernar, que las promesas, aunque sean electorales, están para cumplirse. Hay que evitar que vuelva a repetirse lo que pasó con Rajoy y Montoro.

Mientras tanto, mucho me temo que el Gobierno de Pedro Sánchez y compañía volverá a aprovechar las reuniones del Consejo de Ministros de cada martes para martillearnos con una lluvia de millones de euros, como ya hicieron, con los resultados por todos conocidos, en la campaña de las elecciones municipales y parte de las autonómicas. Ayer tuvimos una prueba de esta lluvia millonaria con la convalidación del real decreto ley de medidas para luchar con la sequía. Según Planas y compañía, se trata de un paquete de más de 2.000 millones de euros. El problema está en que mezclan churras con merinas para confundir al elector. Pero la mentira tiene las patas muy cortas, porque ese dinero no llegará y se podrá comprobar. Vamos, que el citado paquete es todo “un paquete”.