Habla el Oráculo de Cibeles

Karl Schroeder es un escritor canadiense de ciencia ficción le lectura complicada, autor de «La señora de los laberintos», que defiende que «la previsión no trata de predecir el futuro, sino de minimizar la sorpresa». Ese ha sido también, durante mucho tiempo –y todavía lo es aunque quizá con otros métodos– el estilo del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (FED) americana que, por cierto, el jueves volverá a pronunciarse sobre los tipos de interés, ahora con la incertidumbre de los efectos sobre la inflación de cómo se resuelva la huelga del sector del automóvil en Estados Unidos. Una subida salarial notable afectaría a los precios y daría alas a los halcones monetarios USA.

Ayer, el Banco de España –el Oráculo de la Cibeles– que gobierna Pablo Hernández de Cos anunció la revisión de sus previsiones económicas, que adapta con periodicidad a la realidad. La víspera, el INE publicó la también revisión de los datos del PIB de los años 2021 y 2022, que mejoran el crecimiento de la economía española en 1,3 puntos. Es una buena noticia, pero tampoco hay que lanzar cohetes. España recuperó antes de lo previsto las cifras prepandemia, pero no dejó de estar en el pelotón de cola de Europa. Revisiones similares ha habido en casi todos los países del euro, lo que significa que la mejoría ha sido general.

El Banco de España, en su análisis de la situación y en sus previsiones es, sobre todo, prudente. Constata que el PIB ha mostrado «un dinamismo mayor en España que otros países del área del euro». La explicación hay que buscarla en el mayor peso en la economía española de los servicios vinculados a la hostelería y el turismo. Todo eso da como resultado que el PIB podría finalizar 2023 con un aumento del 2,3%. Hasta ahí, las perspectivas favorables. El Banco de España también estima que el crecimiento del PIB se reducirá hasta el 1,8% en 2024 y que rondará el 2% en 2025, previsiones menos optimistas que las anteriores y que tienen en cuenta el repunte de la inflación, que podría llegar al 4,3% en 2024, con la proyección de que se quede en el 1,8% en 2025. El Oráculo de Cibeles, prudente, lanza su mensaje para descartar sorpresas en el mundo real, no en el de la ciencia ficción de Schroeder.