Caso Caja Madrid
Hacienda investiga a los ex consejeros de Caja Madrid por las tarjetas opacas
El ex secretario de Hacienda Rodríguez Ponga justifica sus compras en unos grandes almacenes en los “regalos que debía hacer” por razón de su cargo
Hacienda rastrea los gastos de los ex consejeros de Caja Madrid y Bankia que eran titulares de «tarjetas black», según aseguraron ayer al juez Fernando Andreu varios de los imputados que declararon en la Audiencia Nacional. La mayoría incluso reconoció que, tras hacerse público el escándalo, realizaron declaraciones complementarias para ponerse al día con la Agencia Tributaria.
Los nueve ex consejeros que declararon ante el magistrado –uno más, Antonio Romero, no compareció– coincidieron en señalar que en todo momento pensaron que era la entidad la que tributaba por esos gastos, por lo que se despreocuparon del tema. Uno de ellos, el ex presidente de Libertad Digital Alberto Recarte, fue mucho más explícito y reconoció, según fuentes jurídicas, que «siempre tuvo dudas sobre la legalidad del sistema retributivo». Para todos ellos, la Fiscalía Anticorrupción solicitó al juez la imposición de fianzas civiles por el importe del dinero que gastaron con las tarjetas opacas. Según el propio Recarte, era un asunto «que se llevaba con secretismo y del que nunca se hablaba en los consejos».
«Siempre me sentí incómodo»
Por su parte, el ex ministro socialista Virgilio Zapatero confesó que «siempre se sintió incómodo con la falta de control de las tarjetas», pues estaba acostumbrado a aportar facturas y a la supervisión de un interventor en otros casos.
Otro de los ex consejeros, el ex portavoz socialista de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid José María de la Riva, también se refirió a Hacienda, pero para contar que, según le comentaron, «había un acuerdo con la Agencia Tributaria por el cual los consejeros no tenían que tributar por esos gastos». De la Riva defendió que se trataba de gastos «inherentes al cargo». Él era profesor de instituto, se excusó, y no tenía la ropa adecuada, por lo que necesitaba comprar los trajes que exigía el cargo.
A otro de los imputados, el ex secretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez Ponga (PP), que cargó a su visa 255.400 euros, el juez Andreu le preguntó por el uso que hizo de su tarjeta opaca. «¿De verdad que las compras en El Corte Inglés son gastos de representación?», le espetó. Rodríguez Ponga le contestó que «como consejero también era importante hacer regalos a algunas personas, por ejemplo en Navidad», unos gastos que según él «eran inherentes al cargo». El ex alto cargo afirmó no recordar los destinatarios de esos obsequios y dijo que no guarda recibos porque Caja Madrid «no los pedía».
Rodríguez Ponga preguntó al ser elegido consejero, según fuentes presentes en su declaración, «si tenía coche, chófer, despacho, móvil o gastos para comidas». «No. Lo que tienes una tarjeta», le contestaron según esas mismas fuentes, en su caso con un tope mensual de 25.000 euros que luego se amplió a 50.000.
Otro ex secretario de Estado, éste de Comercio, José Manuel Fernández Norniella (PP), aseguró que se trataba de «gastos discrecionales hasta un límite» y que «nunca tuvo dudas de que la tributación fiscal no fuese correcta». El ex consejeró contó que intentó sin éxito en cuatro ocasiones devolver a la Fundación Caja Madrid los 175.400 euros que gastó con la tarjeta de la entidad. «La última me dijeron que no insistiera», explicó, por lo que consignó esa cantidad en un depósito ante notario.
Como sucedió el pasado lunes, los ex consejeros no se pusieron de acuerdo sobre la naturaleza de las tarjetas. Para unos eran parte de su sueldo, para otros se destinaban a gastos de representación y según algunos servían para ambos conceptos. El ex presidente de la Asamblea de Madrid, Jesús Pedroche (PP), fue rotundo al afirmar que se trataba de gastos personales. «No podían ser de representación porque los consejeros, por definición, nunca representan a la caja». Pedroche preguntó al entonces secretario del Consejo, Enrique de la torre, sobre los efectos fiscales de las tarjetas. «Me contestó que todo estaba ok», dijo. Del mismo modo, envió dos burofaxes a Bankia y a la Fundación Caja Madrid para que le informaran del tratamiento fiscal. «Cada una dijo que la competente era la otra», explicó. Eso sí, dejó claro que en ocho años «nunca recibió una advertencia sobre su uso».
El ex secretario general del PP de Madrid Ricardo Romero de Tejada aseguró a Andreu que se trataba de gastos de representación de los que, le advirtieron, «podía disponer discrecionalmente, pero con prudencia». Romero de Tejada gastó 139.900 euros con la «black» «el 70 u 80% en gastos inherentes al cargo».
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