¿Hasta cuándo puedo cambiar mis pesetas?

Los españoles aún guardan 275.000 millones de pesetas «bajo el colchón», que sólo podrán canjear hasta finales de 2020

El 1 de enero de 2002 entraron en circulación los billetes y monedas del euro en doce países de la Unión Europea. Hoy, casi 14 años después, los españoles aún guardan «bajo el colchón» 275.369 millones de las antiguas pesetas, que por la razón que sea no han cambiado a euros. Así lo indican los últimos datos del Banco de España, correspondientes al mes de septiembre. Aunque hace ya muchos años que las pesetas dejaron de ser moneda de curso legal, muchas de ellas no han retornado aún al número 48 de la madrileña calle de Alcalá, sede del banco central. Algunas de ellas perdidas para siempre, otras olvidadas en el fondo de un cajón o en el bolsillo de una chaqueta que ya nunca usamos, y una inmensa mayoría, recuerdos nostálgicos de la época pasada. Ya sea en manos de coleccionistas o de simples particulares que quieren conservar un recuerdo de la moneda que acompañó a España durante sus 134 años de

vida. Desde 1868, cuando la moneda de más valor era de cien pesetas, hasta que en 2002 fueron sustituidas en los bolsillos de los españoles por las flamantes monedas comunitarias.

En concreto, todavía faltan por cambiarse monedas de peseta por valor de 802 millones de euros y billetes por valor de 853 millones. En total, 1.655 millones de euros que, traducidos a pesetas, son 275.369 millones. Pero, ¿hasta cuándo podemos canjear la antigua moneda por euros? Hace ya muchos años que este proceso sólo es posible acudiendo al Banco de España. Sin embargo, la institución no aceptará cambiar pesetas por euros eternamente. La fecha límite es el 31 de diciembre de 2020, dentro de poco más de cuatro años. Entonces, esos 275.000 millones de pesetas dejarán de tener ningún valor legal (1 euro por cada 166,386 pesetas) y tendrán sólo el valor que cada uno le quiera dar. En cualquier caso, por norma general sólo podrán cambiarse los billetes emitidos a partir de 1939, tras la finalización de la Guerra Civil Española. Los expedidos durante la contienda, entre 1936 y 1939, deben ser examinados por expertos del Banco de España para determinar su valor de canje.