Los hogares con mayor renta tienen el 38% de la riqueza inmobiliaria, el 56% de los fondos de inversión y un 75% de las acciones cotizadas

Pasa por ser una obviedad, pero el Banco de España ha constatado las diferencias de riqueza entre los hogares. En su último estudio sobre la riqueza y la deuda de los hogares españoles ha llegado a la conclusión de que las familias de mayor renta poseen más riqueza inmobiliaria, más activos financieros y una mayor rentabilidad, aunque también asumen una mayor riesgo que los hogares más humildes.

Así, los hogares con la riqueza neta más elevada han mantenido durante la última década una proporción de riqueza en vivienda superior a la del 90% de resto de la población española. Ese 10% elevó su peso inmobiliario un 5,3% en la última década, pasando del 33,2% de 2011 al 38,5% de 2020, para rebajarla al 36,7% en 2022 –un porcentaje inferior en 1,8 puntos al observado en 2020–. Además, tenían bajo su titularidad el 56% de los fondos de inversión y el 75% de las acciones cotizadas –con cifras de 2022–, aunque el supervisor bancario advierte de que los resultados deben interpretarse «aún con cautela» dada la «relativamente corta dimensión temporal» de los datos, sobre los que reconoce que «no se han analizado todos los componentes de la riqueza».

El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos explica que en el caso de los de menor renta aglutinó en 2022 el 15,7% de la riqueza inmobiliaria, una cifra que ha mejorado desde la crisis inmobiliaria, pero es inferior al máximo que habían alcanzado justo en ese momento. Entre 2011 y 2020, los hogares con rentas bajas –el 50% de la población– pasaron de poseer el 20,3% de la riqueza en vivienda al 14,9%. Sin embargo, el estudio incide en que el grupo de hogares con menor distribución de la renta habría aumentado su participación en el total de la riqueza en vivienda en seis décimas, y en las deudas para finalidades distintas a la adquisición de vivienda, en cuatro.

Por otra parte, los activos financieros (depósitos, fondos y acciones cotizadas) representan el 21,4% de los activos totales de los hogares, los fondos de inversión lo hacían en el 7,8% de los activos en 2022 y los depósitos, en el 8,6%. Las estimaciones del Banco de España muestran que, mientras los hogares con la renta más alta elevaron en cinco décimas su participación en el total de la riqueza en vivienda, en fondos de inversión lo hicieron seis décimas, y en acciones cotizadas 1,9 puntos, y aumentaron su participación en depósitos (cinco décimas), en deuda para la adquisición de vivienda (1,2 puntos) y redujeron el resto de su deuda (1,1 puntos), el grupo de hogares con menor distribución de la renta habría sumado en fondos de inversión solo 1,1 puntos y habría reducido su participación en depósitos dos décimas, en acciones, una décima, y en deuda para la adquisición de vivienda, tres décimas.

Sin embargo, la estimación del estudio sugiere que este proceso diferencial a la baja para las rentas inferiores se habría revertido parcialmente en el apartado de fondos de inversión, ya que estas familias habrían pasado de tener un 6,3% de los activos financieros en 2020 a un 7,4% en 2022, mientras que el valor de los fondos de inversión en manos de los hogares superiores en renta habrían pasado de un 56,4% a un 55,8% –una reducción de 0,6 puntos–.