Cambio de hábitos
La inflación asfixia a los hogares: un 68% llega justo o directamente no llega a fin de mes
El porcentaje de familias apuradas para cubrir gastos se ha disparado un 50% en el último año
La realidad económica que el Gobierno vende es la de un país con unos niveles de paro bajos y de empleo altos, con baja temporalidad y un crecimiento del PIB por encima de la media europea. Pero la que viven la mayoría de los hogares españoles, sin embargo, es bien distinta: la de no llegar a fin de mes o hacerlo con muchas dificultades. Según el informe realizado por la patronal del gran consumo Aecoc Shopperview y 40dB, en colaboración con Campofrío Shopperlab, y presentado esta semana, el 56% de los consumidores afirma que llega justo a final de mes, un 50% más que hace un año. Y otro 12% asegura que sus ingresos directamente no cubren sus gastos mensuales.
Las crecientes dificultades de las familias para que sus sueldos les alcancen están directamente relacionadas con la fuerte inflación que padece España desde hace más de un año. En el análisis sobre la inversión destinada a gran consumo, el 35% de los hogares asegura que ha incrementado su gasto en productos del sector. Y tres de cada cuatro atribuyen este aumento no a que realicen un mayor volumen de compras sino a la subida de los precios.
La inflación está provocando que los hábitos de los consumidores hayan cambiado para estirar unos menguantes ingresos en proporción a sus ingresos. Los consumidores han activado lo que Patricia Daimiel, directora de Nielsen IQ para el sur de Europa, denominó la semana pasada «modo safari» para realizar sus compras. En busca de compensar su pérdida de poder adquisitivo y optimizar unos ingresos que son muy parecidos a los que tenían antes de que se desatara la espiral inflacionista del último año, los ciudadanos combinan ahora varias tácticas para «cazar» productos más baratos en los supermercados. En primer lugar, como explicó Daimiel durante la presentación del balance del sector de la primera mitad del año, han incrementado sus visitas a las tiendas para realizar compras más pequeñas que les permitan controlar el gasto. Para ello, analizan en cada visita cuales son los precios más baratos o los descuentos y promociones que les permitan ahorrar. Además, como destacó también Daimiel, se están decantando de forma cada vez más masiva por las marcas de distribución, las denominadas «marcas blancas», que por lo general suelen ser más baratas que las de fabricante y que ya copan una cuota de mercado del 48%, dos puntos más que hace un año.
Otro de los aspectos que ha cambiado el consumidor es el tipo de producto que compra. Por ejemplo, la demanda de huevos ha crecido en volumen un 7% en los primeros meses porque los consumidores migran de la proteína de alto precio como la carne -cuyas ventas cayeron un 1,9%- a la de bajo precio como el huevo.
Aecoc cree que algunas de estas tendencias podrían perdurar tras el actual periodo de inflación. El 65% de los hogares expone que aprovechará para ahorrar una vez note una moderación o bajada de precios y que mantendrá hábitos como el de cambiar de establecimiento para buscar mejores ofertas o que seguirá comprando los productos de marca de la distribución que le han gustado. En cambio, el 35% afirma que volverá a sus marcas de siempre una vez se normalice la inflación.
La bajada de precios, en todo caso, parece todavía lejana. Desde el sector del gran consumo advierten de que, a pesar de que en las últimas semanas se viene hablando de la posibilidad de que la caída de los costes de algunas materias primas e insumos que se está produciendo podría provocar una caída en los precios de los productos de los lineales de los supermercados, en términos generales, lo que habrá es un incremento menor de los precios. Pero incremento al fin y al cabo. El motivo, según explicó recientemente el secretario general de esta organización Josep María Bonmatí, es que aunque los costes siguen siendo altos para las compañías, lo que seguirá generando inflación, la comparativa con el pasado ejercicio va a otorgar un cierto alivio a este incremento. En abril, confirmando esta advertencia, los alimentos volvieron a subir un 12,9%, por debajo del 16,5% de marzo.
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