IPC

La inflación ignora la bajada del IVA y los alimentos se quedan en el 15,4%

El fin del descuento a los carburantes cambia la tendencia bajista del IPC, que se eleva dos décimas en diciembre hasta el 5,9% y con la subyacente sin freno, que sube cinco décimas y alcanza el 7,5%

La tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) general en el mes de enero es del 5,9%, dos décimas superior que la registrada el mes anterior -frente al recorte de tres décimas estimado inicialmente- y una décima más que el dato adelantado el pasado 30 de enero. El INE justifica este incremento por el encarecimiento de los carburantes tras la retirada de la subvención, que junto al vestido y al calzado son los grupos que más ha contribuido a la subida del IPC, mientras que ha tirado a la baja el abaratamiento de la electricidad y, en menor medida, la moderación de tres décimas de la subida de alimentos y bebidas no alcohólicas, que aún así continúan en niveles históricos, en el 15,4 %, pese a la entrada en vigor de la rebaja del IVA a algunos alimentos. Con la subida registrada en el primer mes de 2023, la inflación rompe con cinco meses consecutivos de descensos en su tasa interanual, en los que llegó a bajar más de cinco puntos.

Asimismo ha tenido que ver con esta subida que los datos del INE incluyen por primera vez las ponderaciones procedentes de la Contabilidad Nacional, así como los mercados libres del gas y la electricidad, que han llevado a elevar en cinco décimas la estimación inicial sobre la inflación subyacente -índice sin alimentos no elaborados ni productos energéticos-, que cerró enero en el 7,5%, la tasa más elevada desde diciembre de 1986, con lo que supera al índice general en más de 1,5 puntos.

Desde Estadística también achacaron esta nueva subida al incremento de los precios vinculados con el transporte, que subieron un 5,6% interanual en enero, dos puntos porcentuales más que en diciembre. Esta cifra se explica en la subida de los precios de carburantes tras el fin de las bonificaciones estatales de 20 céntimos por litro, que decayeron el pasado 31 de diciembre. La evolución de la ropa, que se ha encarecido un 3,6% con respecto a enero del año pasado, “casi dos puntos más” que en diciembre y las comunicaciones, cuya variación se sitúa en el 2,3%, “más de cuatro puntos por encima de la registrada en diciembre, debido a que los servicios de telefonía suben más que en enero de 2022” han contribuido al despegue del IPC.

En el lado positivo, el precio de la electricidad dio una buena noticia –pese a la inclusión del mercado libre en su cómputo– y su rebaja contrinuyó a que los gastos destinados a la vivienda disminuyesen un 8,4% en comparación con hace un año. El ocio y cultura, por su parte, registró un incremento interanual del 2,5%, “más de un punto por debajo de la registrada en diciembre” gracias a la bajada de los precios de los paquetes turísticos.

En cuanto a la cesta de la compra, la estadística indica que apenas se ha notado el recorte del IVA aprobado por el Gobierno sobre los alimentos. Los alimentos crecieron en enero un 15,4% en tasa interanual, tres décimas menos que en diciembre. Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos explicaron que los precios de los productos afectados por la reducción del IVA bajaron en enero un 1,6% respecto al mes de diciembre, en contraste con la subida del 1,4% experimentada por el resto de productos de la cesta no afectados por la rebaja impositiva. Según defienden se ha producido una "bajada generalizada" en los alimentos en los que se ha aplicado la rebaja del IVA del 4% al 0%, como pan (-0,2%), leche (-1,5%), huevos (-1,5%), frutas frescas (-4,2%), legumbres (-1,1%), patatas (-1%), harina (-2,3%) y queso (-0,7%). Igual que en el caso de la rebaja del IVA del 10% al 5%, como el aceite de oliva (-1,2%) o la pasta (-3,5%).

Pero esta bajada no se ha producido en todos os alimentos, Por ejemplo, el arroz, en cambio, subió un 3,7%, mientras que, entre los productos no afectados por la rebaja del IVA, destacaron la subida del pescado y del marisco en un 2,1%, y de la carne en un 0,6%, algo que no parece inquietar al departamento de Nadia Calviño, que defiende que, con estos datos sobre la mesa, “el conjunto de medidas adoptadas el pasado mes de diciembre están surtiendo efecto en su primer mes de aplicación y seguirán contribuyendo al descenso de la inflación en los próximos”.

Estas cifras de inflación son las primeras registradas con el nuevo método de cálculo del IPC, que reduce el peso de la vivienda y los alimentos, e incluye el mercado libre de la electricidad. A partir de este año, la fuente principal para estimar la subida de los precios será la Contabilidad Nacional (CN) –la misma que se utiliza para el PIB–, en lugar de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) como hasta ahora, que continuará siendo el índice de referencia para calcular los precios, pero no para determinar el peso que los distintos grupos que se utilizan para calcular el IPC. Desde el INE explicaron hace unas semanas que este cambio se producía para adaptar su metodología a los criterios establecidos por la reglamentación europea. Con esta nueva estructura, los alimentos y bebidas no alcohólicas seguirán siendo el grupo con más peso a la hora de calcular el IPC, pero con una reducción de su ponderación de puntos porcentuales: desde el 22,6% hasta el 19,6% del total.

La vivienda, que era el segundo valor más importante en términos porcentuales, pasa del 14,2% al 12,7% y se ve superada por el transporte –que pasa del 13% al 13,8%– y el gasto en hoteles, café y restaurantes –que se eleva del 13% al 13,2%–. También es destacable el incremento del peso de ocio y cultura desde el 6,4% de 2022 hasta el 7,9% de 2023, así como la caída del gasto en vestido y calzado, que cae del 6% al 3,9%. Por último, el INE ha incorporado al mercado libre de electricidad al cómputo del IPC para representar así “adecuadamente” la evolución de los precios de la energía. Para ello, ha utilizado la información concedida por más del 80% del sector.