IPC
La inflación mantiene congelado el salario real
El INE confirmó una subida de precios del 2,8% en julio, mientras que la OCDE deja la subida sostenida del salario real desde 2019 en el 2,5%
La moderación en el crecimiento de la inflación no ha logrado que el salario de los españoles mantenga su capacidad adquisitiva, que continúa perdiendo el paso con respecto a niveles prepandemia. Ayer, Instituto Nacional de Estadística (INE) informó de que los precios dejaron atrás la barrera del 3% para colocarse dos décimas por debajo y cerrar julio en el 2,8% en tasa interanual, seis décimas menos que en junio y su menor nivel desde febrero. La caída del precio de la electricidad –con la rebaja del IVA al 10%– y el mantenimiento del IVA reducido de buena parte de la cesta de la compra –prorrogado hasta septiembre– ha propiciado este respiro.
Ese 2,8% de inflación significa que aunque los salarios han plantado cara a la inflación, no recuperan el terreno perdido desde la pandemia por culpa de la subida de los precios. Un situación extensible a los años de la Gran Recesión, como ha reconocido la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) esta misma semana, que ha concluido que los salarios reales están congelados desde hace 10 años. Una realidad que ha empeorado estos años de inflación galopante, pese a la moderación de los últimos meses, con una subida de los precios que ha afectado tanto a la cesta de la compra como a los elementos básicos de subsistencia de los hogares, como la vivienda o el alquiler.
Tras esta concatenación de crisis, los salarios reales, descontando la inflación, apenas han crecido un 2,5% respecto del cuarto trimestre de 2019, según los datos recabados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha analizado el comportamiento de las mayores economías del mundo. Por tanto, en España siguen los sueldos tres décimas por debajo del IPC de julio conocido ayer. En casi la mitad de los 38 países miembros, incluidos los vecinos Portugal y Francia, ya han recuperado los niveles salariales reales anteriores a la crisis o en la mayoría de ellos los han superado con claridad.
Y es que España continúa teniendo una inflación superior a la acumulada por la zona euro –del 2,8% español por el 2,5% europeo–, lo que supone «una barrera para el crecimiento de los salarios reales», reconoce la OCDE. Y esta situación se vive pese a que el salario mínimo haya crecido por encima de la inflación, con un alza acumulada del 26% en términos nominales desde 2019. Sin embargo, una vez descontada la inflación, esta desmedida subida se relaja a un aumento real del 6,5%, por debajo de la media de la OCDE, en la que el SMI real es un 12,8% más alto que en mayo de 2019 de media, mientras que el incremento mediano fue del 8,3%.
Y las clases medias españolas han sido las más perjudicadas de este varapalo inflacionista al tomar como referencia los salarios reales, ya que los sueldos medios han crecido tres veces menos que los sueldos más bajos, favorecidos por el empuje de los incrementos consecutivos del SMI. Un hundimiento desde 2019 que es incluso superior al de los sueldos más altos. Según la Organización, como el SMI no deja de crecer en su senda hasta rozar un mínimo del 60% del salario medio, son las clases medias las que más han pagado los estragos desde 2019.
Todo ello ha provocado que los precios de la alimentación y los suministros de la vivienda sigan creciendo por encima del IPC, después de confirmarse que la inflación de julio se moderó hasta el 2,8%, mientras que cesta de la compra lo ha hecho al 3,1% y la vivienda, al 3,2%.
Para el secretario general de USO, Joaquín Pérez, la bajada de precios con respecto al año pasado sólo se ha conseguido «a base de parches impositivos», que ha logrado «un alivio momentáneo» para los bolsillos pero que «no corrige el problema estructural. Con la rebaja del IVA no se está yendo al fondo del problema y los precios básicos volverán a subir nada más que se termine la rebaja en la luz o en los productos de primera necesidad». De igual manera, indicó que los salarios «siguen rozando la inflación, sin recuperarse de décadas de pérdida de poder adquisitivo, por encima del índice general».
En el mismo sentido, CC OO ha advertido de que la vivienda no está incluida en el IPC y «su aumento de precio, tanto en compra como en alquiler, es el principal factor de encarecimiento del coste de la vida para muchas familias por la subida de tipos de interés, del precio de la vivienda y del coste de los alquileres».
El INE certificó ayer que España continúa por encima de la media inflacionaria de la eurozona, situada en el 2,5% y de la UE (2,6%), lo que sitúa a nuestro país como quinto de la eurozona con la inflación más alta, igualado con Austria y Eslovaquia. Además, está a la cabeza e mayor IPC de las cuatro grandes economías del euro, ya que tanto Francia, como Italia y Alemania registraron tasas más bajas, y es el segundo país de la eurozona con la inflación más alta de la OCDE.
En cuanto a la inflación subyacente, ésta se redujo dos décimas en julio, hasta el 2,8%, la menor tasa desde enero de 2022, y se iguala ya con el IPC general, tras casi dos años por encima.
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