IPC

La inflación no da tregua y vuelve a subir en julio, con los alimentos disparados al 10,8%

El IPC subyacente escala al 6,2% en julio y se sitúa por encima del pico alcanzado el año pasado

Los precios vuelven a subir después de dos capítulos de alivio temporal. El IPC general se situó en julio en el 2,3%, cuatro décimas por encima de la tasa registrada en junio. La principal causa de este aumento tiene que ver con el "efecto verano", principalmente por la subida de los precios de los carburantes -que bajaron en julio de 2022-, a que el descenso en vestido y calzado fue menor que el del año anterior, a que los paquetes turísticos se elevaron más que en julio del año pasado y a que el ocio y la cultura aumentaron sus precios un 7,2 %, según publica hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, la inflación vuelve a retomar su tendencia al alza, después de que en mayo se moderara nueve décimas, hasta el 3,2%, y en junio subiera 1,3 puntos menos que en mayo, hasta el 1,9%, su menor nivel desde marzo de 2021.

Malas noticias también para los hogares en la cesta de la compra al subir cinco décimas en el último mes, para alcanzar el 10,8%. El incremento del precio de las frutas (11,6%) y el aceite (20,4%) ha vuelto a ser determinante para este aumento, frente al descenso registrado en el mismo mes de 2022. Con este último incremento, alimentos y bebidas suman ya una inflación acumulada de casi el 31% durante los últimos cuatro años, aquel añorado mes de julio de 2019.

La inflación subyacente -que no incluye alimentos y energía y marca la evolución de los precios a largo plazo- aumentó hasta el 6,2% en julio, tres décimas más que en junio y casi cuatro puntos por encima de la inflación general. Esta tasa se sitúa por encima de la registrada en julio de 2022 (6,1%), cuando el IPC general se elevó hasta el 10,8%, a nivel récord,lo que evidencia que las familias españolas siguen teniendo que hacer frente a un sustancial encarecimiento de los precios que merma su poder adquisitivo.

Además, la situación de este indicador es preocupante yaque es el que marca la evolución del IPC a largo plazo y frente al estancamiento vivido durante los meses anteriores, en julio ha vuelto a la senda positiva. Mientras que en julio de 2022 con récord de inflación general, la subyacente se situaba en el 6,1%, actualmente está por encima de esos niveles, aunque está lejos del récord, alcanzado en febrero, conel 7,6%. Pero esta lenta bajada de 1,4 puntos marca que el camino para que las facturas de los hogares se relajen aún está lejos.

Pero es en la cesta de la compra en la que los hogares continúan con sus facturas disparadas y sin apenas tregua. Los alimentos básicos llevan un año con subidas de dos dígitos y el paso de los meses solo acrecienta su impulso. Respecto a julio de 2022, el azúcar sigue siendo el producto que más ha subido, un 44,2%, más del doble que el aceite (20,4%). Con precios sin freno también se encuentran la leche (17,7%); las patatas (16,7%); la carne de cerdo (15,8%); otros preparados alimenticios (13,6%); el agua mineral, refrescos y zumos (13,4%), los preparados de legumbres y hortalizas (13%), los huevos (12,8%), los productos lácteos (11,8%); las frutas frescas (11,6%); los cereales y derivados (11,2%) y otras carnes (10,4%).

Solo unos cuantos elementos tomaron el sentido contrario y bajaron sus precios, principalmente los precios en vivienda, más de dos puntos, hasta el -14,9%, pero únicamente se ha producido debido a la bajada de los precios de la electricidad y del gas, frente al aumento recogido en julio del año pasado. Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó en julio el 2,7%, cuatro décimas por encima de la tasa general del 2,3%, como refleja el IPC a impuestos constantes -en comparativa general con otros índices-.

Si los valores se toman en términos mensuales, el IPC también cerró en positivo, tras escalar dos décimas y experimentar una variación del 0,6% desde mayo. En este comportamiento influyeron sobre el resto el encarecimiento del ocio y la cultura en un 3%, por culpa del incremento de precios de los paquetes turísticos, que repercute un 0,242 en el IPC general. Junto a ello, la alimentación creció el 0,8%, con una repercusión de 0,153. Este comportamiento es debido, principalmente, al aumento de los precios de la fruta (8,8%) y, en menor medida del aceite (3,4%) y el pescado y marisco (1,2%). Solo tuvieron una bajada significativa las legumbres y hortalizas (-3,9%). Otro destacable descenso lo protagonizó el grupo de vestido y calzado, con una caída de precios del -9,7%, gracias a la campaña de rebajas de verano.

Esta despegue del IPC de julio confirma las advertencias hechas esta misma semana por el Banco Central Europeo (BCE), que alertó de que la inflación de la cesta de la compra continuará creciendo sin freno lo que resta del año, por el efecto de segunda ronda de los incrementos salariales, por la falta de acuerdo con Rusia para permitir la exportación del cereal ucraniano y por la climatología -tanto por los episodios de lluvias torrenciales como por la pertinaz sequía-, que sigue extremándose cada año y que provocará una caída de la producción y una consecuente subida de precios.