Agricultura
Un joven agricultor: "Me da pena perder el legado de mi familia"
Miles de explotaciones agrarias están abocadas a desaparecer por la falta de relevo generacional
Miles de explotaciones agrarias tienen los días contados. Cuando la actual generación de agricultores y ganaderos se retire, nadie tomará el relevo. “Soy agricultor y me da pena perder el legado de mis padres y mis abuelos. Todos esos años de lucha, pero tal y como está el sector es muy difícil dedicarse a ello”. Manuel Jesús, de 19 años, no quiere abandonar la producción agraria de su familia, pero los bajos precios, altos costes, las exigencias medioambientales y la competencia desleal son obstáculos insalvables.
Él y su padre, Manuel Gregorio (56 años), viajaron desde Extremadura para sumarse a la protesta masiva que ayer bloqueó el tráfico de la capital española durante varias horas. El porcentaje de jóvenes que acudió a la concentración fue considerable, pero sobre el terreno la edad media de los trabajadores del campo es mucho más elevada. En la década actual, seis de cada 10 agricultores españoles entrarán en la edad de jubilación, lo que provocará la necesidad de incorporar a unos 200.000 trabajadores. Este objetivo difícilmente se cumplirá, advierte el joven agricultor entrevistado por LA RAZÓN. “Ningún amigo se quiere dedicar al sector. Si tal y como están los precios ya es difícil para los que tenemos herencia, empezar de cero es prácticamente imposible”, lamenta Manuel Jesús, que a la vez de dedicarse al campo también se está preparando para ser Guardia Civil.
Los bajos precios son el primer problema de la lista. “Recuerdo cuando me hablaba mi abuelo, incluso mi padre, de que hace unos años, sacando una producción de tomates de 45.000 o 50.000 kilos, tenían de sobra para pasar un invierno. Ahora mismo son necesarias producciones de 85.000 o 90.000 kilos para poder aguantar”, cuenta. Mientras la UE asfixia a los productores europeos con infinidad de exigencias medioambientales, los productos de países terceros cultivados bajo criterios más laxos acaparan el mercado, denuncia.
“Las medidas del Gobierno son insuficientes y la UE no tienen intención ninguna de revertir la situación”, comenta Manuel Gregorio. El futuro lo ve “catastrófico” tanto como para los actuales agricultores como para la generación venidera. “Si tiene salida en otro lado, lo más lógico es que lo deje”, augura. La supervivencia del campo español está en juego.
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