
Despidos
Juanma Lorente, abogado laboralista, alerta sobre cogerte la baja e irte de vacaciones: "Te pueden despedir sin indemnización"
Irse de vacaciones estando de baja laboral es una línea muy fina que puede terminar en un despido fulminante, pero la clave no está en el viaje en sí, sino en el motivo real de la dolencia

La creencia popular de que un trabajador de baja médica tiene prohibido salir de casa, y mucho menos hacer las maletas para un viaje, es una creencia extendida pero errónea. La realidad es que sí es posible viajar durante una incapacidad temporal, pero siempre bajo una condición fundamental: que las actividades que se realicen no retrasen la recuperación ni contradigan la naturaleza de la dolencia. El sentido común y la coherencia médica son, por tanto, la brújula que debe guiar cualquier decisión del empleado.
De hecho, las implicaciones de ignorar esta norma pueden ser muy serias. Llevar a cabo actividades que se consideren incompatibles con la patología que justifica la baja puede acarrear consecuencias laborales de gran envergadura, que pueden culminar incluso en un despido disciplinario. En un escenario así, la extinción del contrato se produciría sin que el trabajador tuviera derecho a percibir indemnización alguna, al considerarse una transgresión de la buena fe contractual. Las decisiones empresariales y legislativas que afectan las condiciones de trabajo, como la implementación de una jornada reducida, también pueden tener un impacto significativo en el bienestar y la productividad del empleado.
En este sentido, la clave reside en la justificación y en la lógica. Cualquier actividad, ya sea un viaje o una tarea cotidiana, debe estar alineada con el proceso de curación y no suponer un fraude hacia la empresa o la Seguridad Social. La decisión final sobre la compatibilidad no es subjetiva, sino que se apoya en una evaluación médica rigurosa que determina si dicha actividad podría perjudicar o, por el contrario, favorecer la mejoría del trabajador. Es fundamental que tanto empleados como empleadores entiendan las implicaciones de estas regulaciones para la sostenibilidad del sistema, especialmente cuando expertos advierten sobre la necesidad de una reforma en el sistema de pensiones para asegurar su viabilidad futura.
La naturaleza de la dolencia, el factor decisivo
Por ello, la compatibilidad del viaje depende íntegramente del motivo concreto de la baja médica, tal y como expertos en derecho laboral desde su cuenta de TikTok lo cuenta. No es lo mismo una incapacidad por una lesión física grave, que limita la movilidad, que una causada por un problema de salud mental. Para dolencias como la ansiedad o la depresión, por ejemplo, los especialistas a menudo consideran que un cambio de aires puede ser incluso beneficioso para la recuperación, formando parte del propio proceso terapéutico.
Asimismo, esta lógica no se aplica únicamente a los viajes, sino a un abanico más amplio de actividades cotidianas. Acciones tan sencillas como pasear, ir al cine o incluso practicar deporte de baja intensidad están permitidas siempre que no perjudiquen la recuperación del empleado. Lo que sí está terminantemente vetado, salvo contadas excepciones aprobadas por un médico, es aprovechar la baja para trabajar para otra empresa, lo que constituiría una falta muy grave. En este contexto de flexibilidad laboral y nuevas formas de empleo, es interesante reflexionar también sobre la situación de los trabajadores autónomos, que enfrentan sus propios desafíos en cuanto a bajas y protección social.
En definitiva, la cuestión no reside tanto en la prohibición de una actividad concreta, sino en su coherencia con el estado de salud del trabajador. La compatibilidad entre la dolencia y las acciones que se llevan a cabo durante el periodo de incapacidad es el factor determinante que puede evitar un grave conflicto laboral y asegurar que el proceso de recuperación se desarrolle sin contratiempos legales.
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