Pensiones

Los jubilados tienen un colchón de 630.000 millones para enriquecer su pensión

El 95% de los hogares españoles encabezados por pensionistas tienen pagada una vivienda propia. Los jubilados pueden enriquecer su pensión con un préstamo con la garantía de su casa o con productos como una hipoteca inversa

Una pareja de pensionistas caminando por Madrid
Una pareja de pensionistas caminando por MadridJesús G. FeriaLa Razon

España es uno de los países europeos con mayor porcentaje de ciudadanos con una vivienda en propiedad. Aunque el impacto de las sucesivas crisis desatadas desde 2007 se han dejado notar y el porcentaje de propietarios de una vivienda ha pasado del 79,8% en 2010 al 75,1% de la población en 2020, 4,7 puntos porcentuales menos en una década, la tercera mayor caída de toda la Unión Europea, según los datos de Eurostat, el hecho es que sigue por encima de la media europea, que se situó en el 69,7% en 2020 y muy por delante de las principales economías del Continente, como Alemania –con un porcentaje del 50,4% de propietarios–, Francia (64%) o incluso de Italia (72,4%).

Este hecho supone que el 70% de las familias españolas tiene sus ahorros invertidos en la vivienda que habitan y ofrece una fuente de recursos adicionales en caso de ser necesario. De hecho, en España hay más ocho millones de personas con más de 65 años que disponen de una vivienda en propiedad, lo que implica una bolsa aproximada de unos 630.000 millones de euros «invertidos» en vivienda por parte de los mayores de 65 años, según los cálculos de la consultora de hipotecas inversas Óptima Mayores.

Con este capital invertido en ladrillo, los jubilados pueden acceder a financiación para enriquecer su pensión mediante un préstamo o crédito con garantía hipotecaria sobre su vivienda. Con esta hipoteca inversa, los jubilados pueden obtener la cantidad que consideren de una sola vez o en forma de mensualidad sin perder la titularidad de la propiedad inmobiliaria. En otras palabras, el banco no se queda con el piso y la vivienda la heredan los herederos, a los que se les ofrece un año para que decidan cómo quieren hacerse cargo de las cuantías devengadas a sus padres, siendo la fórmula más utilizada la venta de la propiedad en el mercado para devolver lo prestado al banco y quedarse con la diferencia.

En este sentido, la cantidad media que se presta como complemento a la pensión a cuenta de la vivienda es del 30% del valor de tasación –puede llegar hasta el 45% en función de la edad del propietario– de manera que para una casa que se valore en 600.000 euros, el jubilado puede obtener hasta 200.000 euros –de una sola vez o en forma de renta mensual, como libremente decida–. El banco no puede exigir, por ley, la devolución al titular, solo a sus herederos una vez hayan heredado la casa. Los herederos cuentan también con la opción de devolver el dinero al banco y seguir manteniendo la propiedad de la vivienda, bien poniendo el dinero o constituyendo una nueva hipoteca por el importe de la deuda y mantener igualmente la propiedad.

«Más de la mitad de los jubilados no logran llegar a fin de mes. Y tienen el ahorro inmovilizado en su vivienda. ¿Por qué no canalizar ese ahorro, que ya está ahí, a la jubilación? ¿No contribuiría esto a solucionar, en parte, el problema de las pensiones en España? Y también a mejorar la calidad de vida de nuestros mayores», explica Ángel Cominges, presidente de Óptima Mayores. Otra de las ventajas que ofrece este producto es que en ningún momento los jubilados tienen que hacerse cargo de amortizaciones sino que son sus herederos los que deberán decidir cómo levantar la carga hipotecaria sobre el porcentaje que haya decidido hipotecarse de la vivienda.

Esta solución no solo posibilita un sustancial complemento de la pensión de jubilación sino que puede servir para otros servicios al propietario de la vivienda, como el pago de tratamientos necesarios o de una mejor residencia o asistencia en caso de ser necesaria para que mayores que lo necesiten puedan hacer frente a sus necesidades.