Tribunales
La Justicia europea multa con 2.400 millones a Google por abuso de posición dominante
Concluye que la multinacional trató de manera discriminatoria a los productos de la competencia
La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha comparecido este martes ante los medios de comunicación con una sonrisa resplandeciente después de que el Tribunal de Justicia de la UE le haya dado la razón en dos importantes casos. Una derrota hubiese oscurecido su legado, justo cuando abandona la cartera de Competencia tras dos legislaturas y hubiera puesto en entredicho su cruzada de los últimos años contra los desmanes de los grandes gigantes tecnológicos de la comunicación.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha confirmado este martes que Google abusó de su posición de dominio en el mercado en su servicio de comparación de productos y que, por lo tanto, la multa impuesta por la Comisión Europea de 2.400 millones de euros está justificada.
En el año 2017, el Ejecutivo comunitario concluyó que la empresa había favorecido en 13 países del Espacio Económico Europeo los resultados de su propio comparador de productos frente al mismo servicio de la competencia. Bruselas consideró que, al presentar sus propios resultados en primera posición y acompañados de manera atractiva con textos e imágenes, mientras se daba un tratamiento diferente y secundario a los adversarios en el mercado, estos últimos podrían perder posiciones debido a los algoritmos de ajuste en las páginas de Google.
Después de que Google y Alphabet interpusieran un recurso ante la justicia europea, el tribunal de primera instancia puso en duda que el comportamiento de Google hubiera tenido efectos en la competencia en el mercado de la búsqueda general por internet, si bien confirmó la multa y consideró que el comportamiento de la multinacional había sido discriminatorio. Esto llevó a Google a acudir ante el tribunal de casación europeo, la máxima instancia en la interpretación del Derecho comunitario, quien este martes ha avalado la decisión de la Comisión Europea sin ningún tipo de duda.
En particular, la sentencia recuerda que el Derecho de la Unión “no prohíbe la existencia en sí misma de una posición dominante, sino únicamente su explotación abusiva. En particular, están prohibidos los comportamientos de empresas en posición dominante que restringen la competencia basada en los méritos y que, de este modo, pueden causar un perjuicio a las empresas individuales y a los consumidores. Entre estos comportamientos se incluyen aquellos que impiden, por medios distintos de los que rigen una competencia basada en los méritos, el mantenimiento o el desarrollo de la competencia en un mercado en el que el grado de competencia ya está debilitado, en razón precisamente de la presencia de una o varias empresas en posición dominante”. Para el tribunal europeo no existen dudas de que Google incurrió en este tipo de prácticas contra la libre Competencia en el mercado único.
La compañía se ha mostrado en contra de este fallo. “Estamos decepcionados con la decisión del Tribunal. Esta sentencia se refiere a unos hechos muy concretos y ya en 2017 introdujimos cambios para cumplir la decisión de la Comisión Europea. Nuestro enfoque ha funcionado con éxito durante estos más de siete años, generando miles de millones de clics para más de 800 servicios de comparación de compras”, ha asegurado en un comunicado.
En total, la ofensiva contra Google por abuso de su posición de dominio en el mercado ha supuesto 8.280 millones de euros en multas de tres expedientes diferentes. El trabajo no ha concluido, aunque ya no será Vestager la encargada de poner el cascabel al gato.
El 14 de junio de 2023, el Ejecutivo comunitario anunció la apertura de una investigación contra Google por abuso en su posición de dominio en el mercado publicitario y ha abierto la puerta a forzar al buscador a trocear su negocio para no perjudicar la competencia en el mercado único. Bruselas considera que está favoreciendo sus servicios de tecnología publicitaria, las herramientas utilizadas por los anunciantes para mejorar el impacto de sus campañas.
Google obtiene la mayor parte de sus ingresos (80%) a través de la publicidad, ya sea con la venta directa de espacios en las webs o ejerciendo de intermediario entre los propietarios de éstas y los anunciantes. En 2021 ingresó 209.000 millones, lo que convierte al buscador en la empresa de publicidad más potente del mundo, aunque la mayoría de los usuarios no sean conscientes cuando utilizan esta página web que revolucionó internet. La multinacional utiliza herramientas en todas las partes del proceso publicitario: la compra para anunciantes (Google Ads y DV 360), la gestión de espacios publicitarios por los editores (DoubleClick for Publishers o DFP) y una plataforma que pone en contacto a las dos partes (AdX).
Bruselas cree que Google favoreció de manera deliberada a su plataforma AdX en las compras de anuncios organizadas por DFP, ya que le informaba de las pujas de los competidores, para que su plataforma acabara llevándose el gato al agua. Además, esta plataforma también se veía beneficiada, ya que Google Ads conseguía que las ofertas de DV 360 fueran las más atractivas.
Las mismas sospechas son compartidas por EE UU. El 5 de agosto, Google fue declarado culpable de violar las leyes antimonopolio por la justicia al otro lado del Atlántico y la multinacional se enfrenta desde este pasado lunes a su segundo juicio por el dominio del mercado de la publicidad en línea. Las acusaciones son muy parecidas a las esgrimidas por el Ejecutivo comunitario. En su declaración de apertura, la abogada del Departamento de Justicia, Julia Tarver Wood, acusó a Google de dominar el sector a través de adquisiciones y de manipular las reglas de las subastas de anuncios para su propio beneficio. Por primera vez, Bruselas y Washington pueden acabar forzando al gran gigante de internet a vender parte de su negocio.
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