Finanzas
La banca perdió 76.474 millones antes de la caída de Popular
Las entidades financieras ya eran incapaces de frenar la huida del dinero a plazo hacia las cuentas corrientes y al consumo un mes antes de la crisis que acabó con el banco.
Las entidades financieras ya eran incapaces de frenar la huida del dinero a plazo hacia las cuentas corrientes y al consumo un mes antes de la crisis que acabó con el banco.
La fuga de depósitos no fue un problema exclusivo de Banco Popular. La entidad que presidía Emilio Saracho vivió una sangría de fondos en sus dos últimos meses que los analistas sitúan en cerca de los 15.000 millones de euros. Ayer, se cumplió un mes desde que el Banco Central Europeo decidiera su inviabilidad por falta de liquidez y el FROB, cumpliendo la medida de la Junta Única de Resolución, adjudicara la entidad a Banco Santander por un euro. Con los últimos datos del Banco de España, el saldo vivo de los depósitos bancarios a plazo de los hogares se ha reducido en 76.474 millones de euros en los últimos doce meses del año cerrados en mayo. Aun así, siguen siendo, junto con las cuentas corrientes, la forma preferida de ahorro de los españoles.
Las familias españolas tenían a finales de mayo del presente año un total de 225.676 millones de euros en depósitos a plazo, según el Banco de España. Un año antes, el saldo ascendía a 302.150 millones de euros, 76.474 millones más. Pero el descenso viene desde antes. En octubre de 2015, por ejemplo, el total ascendía a 328.677 millones. En el caso de las empresas, la caída es menos significativa. Las sociedades no financieras tenían en mayo del pasado año 51.946 millones de euros en las entidades. Ahora, doce meses después, el saldo se ha reducido a 40.280 millones: 11.666 millones menos.
Dinero «gratis»
¿Cuál es la razón de este desplome? Esencialmente, la escasa rentabilidad que ofrecen los bancos para captar el dinero de los ciudadanos. En marzo del pasado año, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo decidió rebajar en 5 centésimas el precio dinero hasta situarlo en un histórico 0%. Quince meses después, este tipo de interés, que rige la política monetaria de los países miembros de la eurozona, permanece inalterado.
Con estas condiciones, a las entidades les sale gratis financiarse en el BCE con la única obligación de que el dinero recibido sea prestado. Así las cosas, la rentabilidad de los depósitos nuevos está en caída libre desde hace tiempo. En mayo, el interés medio ponderado de un depósito a plazo era del 0,10%. Es decir, por cada mil euros ingresados en el banco al plazo que se haya firmado, éste ofrece 1 euro de rentabilidad. Así, tener el depósito a entre uno y dos años o a más de dos, no ofrece muchas diferencias de interés: varía del 0,09% al 0,13%.
La tendencia lleva reflejándose en los importes de las nuevas operaciones desde hace varios trimestres. Mientras en enero de 2016 los españoles confiaron 26.435 millones de euros de su renta disponible a los depósitos a plazo, este año la cifra se ha reducido a 19.315. En mayo, la comparación sigue mostrando el desfase: 19.517 millones en 2016, frente a 15.761 millones en el presente ejercicio. En los cinco primeros meses del presente año las familias españolas pusieron «a plazo» un total de 81.399 millones de euros en nuevas operaciones; en el mismo periodo de 2016, la cifra fue de 114.216 millones.
No es de extrañar que las familias se hayan decantado por el consumo o por traspasar el dinero a plazo a las cuentas corrientes, dado la mínima diferencia de rentabilidad que estas últimas ofrecen, 0,05%, inapreciable salvo para cantidades muy elevadas. De acuerdo con los últimos datos del Banco de España, las familias españolas mantenían en cuentas a la vista (corrientes) 541.878 millones de euros, 82.807 millones más que hace un año. El techo está aún por llegar, a no ser que el BCE cambie su política, lo que no es previsible en este año.
El otro destino de la renta de los españoles en los últimos años es el consumo. El crecimiento de la economía española (3,2% en los dos últimos ejercicios) y la reducción del número de desempleados en medio millón de personas al año ha reactivado el optimismo en el futuro y empujado el consumo hacia cifras previas a la crisis. Según el dato del primer trimestre, la economía española creció a un ritmo interanual del 3%, mientras el consumo de los hogares lo hacía a una tasa del 2,5%.
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