Finanzas

«La cultura financiera se debe aprender desde la escuela»

España es el país de la Unión Europea con un mayor número de viviendas en régimen de propiedad. El 43% del ahorro en España se concentra en depósitos

De izquierda a derecha, Javier García de Vinuesa, responsable Sur de Europa, Latinoamérica y US offshore de Robeco; Blanca Comín, responsable de Ventas de Redes de Distribución de Amundi Iberia; Ramón Pereira, director de Franklin Templeton, y Antonio Salido, director de Marketing de Fidelity
De izquierda a derecha, Javier García de Vinuesa, responsable Sur de Europa, Latinoamérica y US offshore de Robeco; Blanca Comín, responsable de Ventas de Redes de Distribución de Amundi Iberia; Ramón Pereira, director de Franklin Templeton, y Antonio Salido, director de Marketing de Fidelitylarazon

Los expertos que han participado en la la mesa de debate «Fondos de inversión» consideran que estos instrumentos de ahorro son todavía grandes desconocidos por parte de los españoles.

Los fondos de inversión se han convertido en los últimos tiempos en un excelente instrumento para canalizar el ahorro. El perfil tradicional de inversor-ahorrador, muy conservador, va, poco a poco, virando, como consecuencia de las circunstancias del mercado, hacía uno más sofisticado, en el que es más conocedor de dónde está invertido cada uno de sus euros y de los riesgos que asume en cada momento. No obstante, pese a los avances, los fondos de inversión sigue siendo unos grandes desconocidos en un país en el que el 43% del ahorro se concentra en depósitos. Los expertos que han participado en la mesa de debate «Fondos de inversión», organizada por el diario LA RAZÓN, Javier García de Vinuesa, responsable Sur de Europa, Latinoamérica y US offshore de Robeco; Blanca Comín, responsable de Ventas de Redes de Distribución de Amundi Iberia; Ramón Pereira, director de Franklin Templeton, y Antonio Salido, director de Marketing de Fidelity han dado a conocer las características y ventajas de estos vehículos financieros. Son muy flexibles, ya que permiten adaptar el riesgo a cada perfil de ahorrador, y que, además, cuentan con importantes ventajas fiscales . Al mismo tiempo, han reflexionado sobre la necesidad de buscar fórmulas que promuevan una mayor cultura financiera entre los españoles. Los profesionales creen que esta instrucción debe comenzar a edades tempranas, desde la escuela. También coinciden en que personas que contratan un fondo deben alejarse de posiciones cortoplacistas, y contemplarlo como un vehículo financiero de largo recorrido. En este sentido, diseñar una estrategia con un horizonte lejano, acompañada de un buen asesoramiento, será fundamental para sacar partido a nuestro dinero.

Un fondo, como cualquier otra inversión, sigue la máxima de «a mayor riesgo, mayor rentabilidad». Por este motivo, es esencial la calidad de la cartera y, sobre todo, la diversificación, de manera que las buenas inversiones contrarresten el efecto negativo de las malas. «A mayor turbulencia, mayor ineficiencia, pero también surgen oportunidades. Por esta causa, es muy importante gestionar bien las caídas del mercado y, como decía Warren Buffet, cuando baja la marea se verá quién llevaba el bañador. Sin embargo, no hay que asumir siempre altos niveles de riesgo para llegar a unos objetivos de rentabilidad. Un enfoque de multiactivos será una buena estrategia», aconseja Javier García de Vinuesa. Antonio Salido añade otras cuestiones a la hora de diseñar la estrategia. Lo primero que hay que preguntar al ahorrador es el riesgo que está dispuesto a asumir y, luego, su expectativa de rentabilidad, es decir, si sólo se quiere proteger de la inflación o ganar más. Es importante también que no se tenga el 100% invertido. Un buen manejo del colchón de liquidez es fundamental en momentos malos», apunta.

Estrategia

Al riesgo y a la rentabilidad se suma otro parámetro, el del plazo, tal y como asegura Ramón Pereira. «Lo más importante a tener en cuenta a la hora de diseñar una cartera es el plazo. A partir de ahí, se puede construir la estrategia», indica. En cuanto a las características de los fondos, Salido considera que se trata de unos instrumentos muy flexibles, ya que, además de su sencillez, destacan por su buena adaptación al riesgo de cada cliente. Además, cuentan con una importante ventaja, ya que se pueden realizar traspasos entre distintos productos sin que se tenga que pagar un «peaje» fiscal.

Las políticas expansivas promovidas por los distintos bancos centrales han provocado una caída de las rentabilidades de los depósitos, lo que hace más atractivos otros productos como los fondos de inversión. No obstante, dada la cultura financiera de los españoles, muy conservadora, los fondos son unos grandes desconocidos para el grueso de la población de nuestro país, por lo que, a juicio de Blanca Comín, resulta imprescindible la figura de un buen asesor financiero que oriente y explique pormenorizadamente a dónde va cada euro invertido. «Cada vez el inversor español es más cosciente de que no se puede quedar sólo en el depósito si quiere sacar partido a su dinero. Por este motivo, es imprescindible que esté bien asesorado», añade Comín. Tradicionalmente, en España la figura del asesor financiero ha estado ligada a las entidades bancarias, que han sido, hasta ahora, las encargadas de «colocar» productos entre sus clientes. No obstante, dada su naturaleza bancaria, son figuras poco especializadas, con un perfil más comercial que de experto, y con un interés particular. Sin embargo, la situación ha cambiado sustancialmente en los últimos años y, previsiblemente, lo hará aún más en los próximos ejercicios. Antonio Salido asegura que se producirá un cambio cualitativos en el asesoramiento cuando entre en vigor la directiva europea MiFID II, que obligará a las entidades que asesoran a ajustar su modelo de negocio, cambiando sus prácticas y viéndose forzadas a ser más independientes. En cuanto a su remuneración, Ramón Pereira estima que hay «que acostumbrarse a pagar un asesor financiero». Por su parte, para poner en valor la figura de este profesional y para que no se produzcan abusos, Antonio Salido es partidario de la creación de un registro. «Un registro público de asesores debe ser obligatorio» , sentencia.

Javier García de Vinuesa es de la opinión de que «no estamos tan mal». «Hemos empezado tarde, pero eso nos ha ayudado a aprender y a que no se repitan las malas prácticas que se han producido en otros países como Estados Unidos», explica.

Pese a que la educación financiera es todavía una asignatura pendiente de los españoles, Ramón Pereira cree que los ahorradores de nuestro país son más conscientes de que resulta difícil pensar en un ahorro con rentabilidad y sin riesgos. Y es que, aunque aún despacio (hay que recordar que el 43% del ahorro de los españoles todavía se concentra en depósitos y que España es el país de la Unión Europea con más viviendas en propiedad), el perfil eminentemente conservador de los inversores y ahorradores españoles está cambiando. Así, las circunstancias actuales están desplazando los instrumentos tradicionales de ahorro hacia otras posiciones más «sugerentes». «Los inversores deben buscar el equilibrio entre la avaricia y el terror», apunta Ramón Pereira. En este sentido, han surgido nuevos instrumentos «híbridos», que si bien están haciendo más complicado invertir, porque ya no se dan las distinciones clásicas entre activos, también hacen que surjan muchas oportunidades.

Y es que, al final, en opinión de Pereira, el fondo es un producto seguro, ya que no está en el balance de ninguna entidad financiera. «Si el banco cae, el fondo sigue ahí», precisa.

Ahorro

Tal y como han reiterado los especialistas, el fondo no sólo es un vehículo para invertir, sino también para ahorrar. Pero, ¿tenemos los españoles conciencia de la necesidad de atesorar unos euros de cara al futuro, especialmente para afrontar una jubilación sin sobresaltos? La respuesta es no. En España, existe un elemento distorsionador en lo que a previsión social se refiere. El nuestro es el país de la UE, en porcentaje, con el salario sobre el que se calcula la pensión más alto de los Estados miembros, lo que no contribuye, precisamente, a incentivar el ahorro. Para corregir no sólo ésta, sino otras deficiencias financieras con las que cuentan los españoles, la educación, a juicio de los profesionales, es fundamental. «La educación financiera se debe aprender desde el colegio. Estaría muy bien explicar a los niños qué es una hipoteca», afirma Ramón Pereira.

En esta necesidad también abunda Blanca Comín. Y es que los jóvenes, en su opinión, viven cada vez una situación más complicada, por lo que es muy conveniente que se les instruya sobre las necesidades que para ellos supone el ahorro a medio y largo plazo. «La crisis nos ha hecho darnos cuenta de las barbaridades que se han cometido. Concienciar y formar a las personas nos ayudará a que no se repitan los errores del pasado», añade. «Hay que explicar a las nuevas generaciones –prosiguió Antonio Salido– que podrán tener más experiencias si gestionan bien sus finanzas». Pese a las deficiencias, Javier García de Vinuesa ha detectado una mayor concienciación entre profesionales y clientes. «Sabemos poco, y eso nos lleva al inmovilismo, pero, al mismo tiempo, surge otro perfil de ahorrador más sofisticado, que sabe lo hace. Lo mismo ocurre entre los distribuidores, como la banca, que ha tomado conciencia de brindar al cliente un mejor servicio y un mejor asesoramiento. Hay un afán de mejorar», concluye.

Tantos fondos como perfiles

Si algo caracteriza a los fondos de inversión es su flexibilidad, ya que permiten adaptarse a las características de cada inversor. Se puede decir que hay tantos fondos como perfiles de clientes. Los fondos siguen una regla de oro: «A mayor riesgo, mayor rentabilidad», por lo que es conveniente hacer una reflexión antes de lanzarse a contratar uno de estos productor. Así que ¿qué debemos tener en cuenta para elegir un fondo de inversión? En opinión de Blanca Comín, responsable de Ventas de Redes de Distribución de Amundi Iberia, el inversor, antes de tomar una decisión, se debe plantear las siguientes preguntas: ¿Cuáles son mis características? ¿Y mis necesidades? ¿Qué capacidad de adversión al riesgo tengo? ¿Qué plazo en el tiempo estoy dispuesto a mantener mi inversión? Una vez realizada esta reflexión, es el momento de diseñar la estrategia, la cual es más recomendable si se fundamenta en aportaciones periódicas, ya que éstas disminuyen mucho el riesgo. «Combinar la inversión estratégica con una más táctica puede ser una buena forma de optimizar nuestra cartera», aconseja.