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Trabajo

La fuente laboral es la inmigración masculina

El sector servicios es el que congrega a la mayoría de las trabajadoras en nuestro país (88,7%), frente al 64,3% de los varones. «Esperemos que más mujeres decidan optar por profesiones STEM y no suponga un nuevo lastre en la igualdad laboral»

Las mujeres son mayoría en ciencias de la salud
Las mujeres son mayoría en ciencias de la saludlarazon

Un año parece poco tiempo para analizar la evolución de la mujer en el mundo laboral español, y, sin embargo, nos puede dar pistas sobre tendencias y evolución. Veamos en cifras qué ha supuesto 2018 para la participación de la mujer en nuestro mercado de trabajo. En primer lugar, observamos que el número de mujeres que quiere trabajar y tiene edad y condiciones para hacerlo, ha aumentado un 0,5% este año, habiendo 36.400 mujeres más activas que en 2017, mientras que la cifra para los hombres es de 67.400, prácticamente el doble. Éste es un dato llamativo ya que deberíamos pensar que el incremento en mujeres es mayor que en hombres. Sin embargo, la gran válvula del mercado de trabajo ahora es la inmigración laboral y ésta es mayoritariamente masculina. Dentro de la población activa, el nivel de ocupación ha aumentado prácticamente por igual para hombres (3%) y mujeres (2,9%), pero sigue habiendo casi 2 millones de hombres más de hombres ocupados que mujeres (10.653.100 vs 8.911.500 personas). Esta diferencia se da fundamentalmente en hombres y mujeres mayores, mostrando cifras muy parejas entre los más jóvenes. Por otra parte, el paro femenino ha bajado 11,1%, frente al 13,5% para los hombres de nuestro país. Esto implica que se mantienen diferencias, especialmente en cuanto a ocupación total. Pero no todo son malas noticias para la igualdad, las mujeres paradas que buscan su primer empleo son un 18% menos, mientras que el número de hombres en la misma situación ha bajado un 16,6%. Esto es más marcado en los tramos de edad de 16 a 29 años (-21%) y de más de 55 años (-23,8%).

¿Qué relación guardan estos datos con el nivel de estudios alcanzado por ambos colectivos? Posiblemente el mayor condicionante para el acceso y la calidad es el nivel de estudios y, más concretamente, el haber alcanzado estudios superiores. En este sentido, hay más mujeres (30%) que hombres (29%) de más de 16 años que cumplan con este requisito. ¿Qué está pasando aquí? A priori parece que algo no cuadra, pero si nos fijamos en los datos por rangos de edad, vemos que no es tan simple. A partir de los 65 años, se aprecian diferencias significativas entre ambos sexos, siendo los hombres los que más estudios superiores han completado, el 21,6% de los hombres mayores de 55 años tiene estudios superiores, mientras que la cifra para las mujeres es del 15,3%. Entre los 45 y 65 años, las cifras están bastante igualadas, y en edades más tempranas las mujeres con estudios universitarios superan a los hombres. Así, de la población de hasta 45 años, un 17,4% de las mujeres y un 14,5% de los hombres tiene estudios superiores. Este «efecto tijera», donde existe una brecha a favor de las mujeres en rangos de edad más jóvenes, y a la vez se produce una brecha a favor de los hombres en edades más tardías, representa los cambios sociales de las últimas décadas. Cuanto más nos alejamos de la fecha actual, menos mujeres se aventuraban fuera del hogar y se incorporaban plenamente al mercado de trabajo. Más adelante, con la incorporación plena de la mujer, la brecha se fue cerrando, y hoy en día son más las mujeres que finalizan estudios universitarios que hombres.

Más universitarias

Así, en 2017, el 54% de las matrículas universitarias fueron de mujeres, un 8% más que las de sus compañeros masculinos. No obstante, la distribución de género por áreas de estudio muestra diferencias significativas en las áreas más tecnológicas. La proporción de mujeres frente a hombres que se matricularon en 2017 en Ingeniería y Arquitectura en nuestras universidades es de 1 a 3 (10.224 vs 32.747), mientras que en Ciencias de la Salud ellas se matricularon 2,6 veces más que sus pares masculinos (16.088 vs 6.144), y en Ciencias Sociales, donde se matricularon el 48,4% de los estudiantes españoles, hubo un 58% más de matrículas de mujeres que de hombres. Teniendo en cuenta que las tendencias del mercado laboral actual se centran en perfiles STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), áreas donde las mujeres son minoría, vemos que existe un problema. A pesar de haber más mujeres con cualificaciones universitarias, muchas están perdiendo (y van a perder) oportunidades de empleo de calidad por no dedicarse a disciplinas STEM, lo que supone un obstáculo más a cerrar la brecha de género en el mercado laboral, ya que les restringe sus opciones a elegir sector económico, tipo de actividad y les puede acotar su proyección profesional. Esto es un claro problema de futuro ya que son estas titulaciones las que más demanda y, por tanto, empleabilidad tienen hoy y, además, son las especialidades con más crecimiento potencial futuro. Excluir a las jóvenes de estas titulaciones significará crear una nueva brecha de género.

De los cuatro sectores económicos en España, el sector de servicios es el que congrega a la mayoría de los trabajadores de nuestro país (74,5%). En este sector se ubica el 88,7% de las mujeres trabajadoras, frente al 64,3% de sus compañeros varones, y estas cifras se han mantenido estables durante el último año. Esta sobrerepresentación femenina se compensa en los otros tres sectores económicos (sector primario, industria y construcción), donde los hombres superan en número a las mujeres. Por otra parte, el 83,6% de los españoles trabaja en el sector privado, mientras que el 16,4% lo hace en las administraciones públicas. El 20% de las trabajadoras está empleada en estos organismos, frente al 13,4% de hombres. Esto puede ser indicativo de que en el sector público existan más medidas de paridad que en las empresas privadas o que haya más trabajos de tipo administrativo, que son llevados a cabo en mayor medida por mujeres, como veremos a continuación o que el sector público ofrece condiciones de conciliación más atractivas para la mujer.

En cuanto a tipo de empleos, las mujeres trabajan más en puestos administrativos (15,1%) frente al 6,2% de los hombres. Los puestos de operarios, frecuentes en la industria, siguen siendo mayoritariamente masculinos (12,1% vs 2,1%). Potra parte, en el sector de restauración se encuentran también diferencias entre ambos sexos, siendo las mujeres las que más se dedican a estas actividades (29,1% vs 16,1%). Estas diferencias en la distribución por sexo en las distintas actividades profesionales apenas han cambiado en el último año.

Por último, si analizamos el nivel de puestos que ocupan cada sexo, se aprecia que sigue habiendo diferencias significativas en los puestos de directivos. El 2,9% de las mujeres ocupadas tiene un puesto de Dirección o Gerencia, frente al 5,1% de sus pares masculinos ocupa estos puestos (un 76% más). Sin embargo, se atisba un rayo de luz al final del túnel. Estas cifras han aumentado un 0,1% en el último año para las mujeres, y disminuido en la misma proporción para los hombres, lo que podría indicar una tendencia de mejorar el acceso de las mujeres a los puestos de dirección. A pesar de esto, la mayoría de las personas que ostentan puestos de dirección suelen ser de edad más avanzada y con estudios superiores, un colectivo que como ya hemos visto previamente, está dominado por los hombres. Hasta que no se produzca un cambio generacional, lo más probable es que sigamos viendo mayoritariamente a hombres tomando las riendas de las empresas españolas. Y, hasta entonces, esperemos que más mujeres decidan optar por profesiones STEM en mayor medida, para que esto no supongo un nuevo lastre en la igualdad laboral, cuando ya hayamos superados los actuales.

Alfonso Jiménez es Socio director de PeopleMatters

Cristina Morillo-Velarde es HR Trainee en PeopleMatters