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Crecimiento económico

La «guerra» entre la austeridad y el crecimiento vuelve a dividir a Europa

Alemania defenderá esta semana un recorte del presupuesto de la UE n El bloque hispano-francés pedirá más estímulos

La Razón
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Tras el fracaso de las negociaciones sobre el presupuesto de la UE de la cumbre de noviembre de 2012, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE intentarán de nuevo llegar a un acuerdo los días 7 y 8 de febrero en Bruselas. Sin embargo, las rebajas que la mayor parte de los estados quieren aplicar al presupuesto 2014-2020 ponen en peligro la viabilidad del Pacto por el Crecimiento aprobado en junio pasado por los veintisiete, que prometía 120.000 millones de euros a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) previsto para inversiones a corto plazo para reactivar la economía.

Los países que apuestan por los recortes –Reino Unido, Alemania, Holanda y los nórdicos– quieren reducir en 30.000 millones de euros la última propuesta de presupuesto de 973.000 millones presentada por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, una cifra que tendría serios problemas para ser aceptada por el Parlamento Europeo, que por primera vez tiene la prerrogativa de tumbar la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno.

Los eurodiputados han insistido en varias ocasiones en que es necesaria una financiación adecuada para las políticas de la UE. Además, subrayan que el presupuesto debe ser lo suficientemente flexible como para repartir los gastos entre las distintas rúbricas. Para ellos, el problema de fondo es una cuestión de visión política a largo plazo y culpan a los estados de egoísmos nacionales que no sirven para los objetivos de la Unión. Asimismo, piden unos verdaderos recursos propios, tal y como está previsto en los tratados, para financiar las cuentas de la Unión y reducir las contribuciones procedentes de los Estados miembros.

«Cuando se negocia un presupuesto, todo el mundo defiende sus intereses», reconoce un alto diplomático, que espera, sin embargo, que se den las condiciones para que los 27 cierren un acuerdo esta misma semana, para dejar tiempo a la preparación, durante el resto del año, del paquete agrícola y de cohesión, que también debe ser negociado con la Eurocámara.

Sin embargo, el ambiente creado por el primer ministro británico, David Cameron, con su anuncio de referéndum, no parece crear el clima propicio para el acuerdo. Londres considera que cualquier subida del gasto es «inaceptable» y reclama recortes adicionales al presupuesto.

El presidente del Consejo Europeo no ha querido que los embajadores ni los ministros abordaran la cuestión durante las últimas semanas, de modo que la negociación arrancará el jueves con la misma propuesta sobre la mesa que quedó aparcada en noviembre, cuando él mismo constató que era imposible lograr un compromiso sobre un paquete que implicaba un recorte de partida de 80.000 millones en unas cuentas de un billón.

En aquel momento, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró «razonablemente satisfecho» porque la última propuesta conseguía «una mejor posición de España», después de que Van Rompuy le ofreciera 2.800 millones adicionales en fondos para las autonomías. Esa compensación formaba parte de un paquete de compensaciones para Francia, Italia, Portugal, Grecia y los países del Este a cambio de sacarlo de otras partidas.

A expensas de conocer el resultado de las negociaciones que se van a llevar a cabo esta semana al más alto nivel –Rajoy se reúne mañana con Merkel en Berlín–, España, Francia e Irlanda siguen formando un frente común para pedir 6.000 millones extra en la política agrícola. Esta cantidad, si fuera aceptada, se sumaría a los 7.700 millones que ya ofreció el presidente del Consejo Europeo.