Actualidad

Finanzas

La incertidumbre condiciona las estrategias de inversión para 2019

La incertidumbre condiciona las estrategias de inversión para 2019/ dreamstime
La incertidumbre condiciona las estrategias de inversión para 2019/ dreamstimelarazon

Estamos en la recta final del año. Apenas dos semanas para decir adiós a 2018 y dar la bienvenida a 2019. Este ejercicio, al que le queda un suspiro, se ha caracterizado por la gran volatilidad que ha azotado a los mercados, especialmente en las plazas del Viejo Continente, muy expuestas a las crisis periféricas, y que han tenido como ojo de la tormenta al enfrentamiento comercial protagonizado por Estados Unidos y China. Las dudas alrededor del Brexit, la negociación del déficit italiano, que puede abrir la puerta a que otros países incumplan sus compromisos con Bruselas, o la crisis de divisas, como la de la lira turca o el peso argentino, también han introducido elementos distorsionadores importantes. Pero, todo esto ya forma parte del año que dejamos atrás. Ahora, toca mirar al futuro y poner el foco en los 12 meses que tenemos por delante, aunque los expertos coinciden en que la zozobra continuará atenazando a los mercados.

Joaquín Robles, «Senior Account manager» de XTB, considera que 2019 volverá a ser un año lleno de interrogantes, algo que no favorece, ni mucho menos, a los mercados. Y es que aún no se ha cerrado ninguna de las crisis abiertas a lo largo de 2018. «Es muy difícil aventurarse y realizar un pronóstico de cómo discurrirá el año y dónde se encontrarán las mejores oportunidades. Además, está por ver cómo afectará la subida de tipos de la Reserva Federal o si el Banco Central Europeo (BCE) se atreverá o no a subir tipos después de la finalización del programa de compra de bonos. El año comenzará con las mismas dudas con las que concluye 2018. En cualquier caso, lo que sí podemos afirmar es que ya no vamos a ver rentabilidades de doble dígito, ni en Europa ni en Estados Unidos, donde cada vez se tienen menos alicientes para las subidas, especialmente después de la última reforma fiscal promovida por Donald Trump, que ha inyectado mucha liquidez a la bolsa. Tampoco vemos muy clara la evolución de los mercados emergentes que, con economías muy dolarizadas, se pueden ver afectados por el incremento de las tasas en Estados Unidos, especialmente en lo referente a su deuda». No obstante, Robles, subraya que, a medida que se vayan despejando algunas de las incógnitas que sacuden a los mercados, podremos ser testigos de un cierto repunte. Y es que el fin de la guerra comercial podría favorecer a las empresas exportadoras, como las relacionadas con la automoción, y una subida de tipos de interés sería beneficioso para algunos sectores, como el financiero.

Con este panorama, no es de extrañar que sus distintas gestoras estén diseñando sus estrategias de inversión para el próximo año con mucha cautela. León Uzuzquiza, analista sénior de Findentiis Gestión, mantiene que, en estos momentos, su posicionamiento es completamente conservador. «No nos vamos a adelantar a los acontecimientos, sino que esperaremos a ver cómo se resuelven para ir tomando decisiones, siempre pensando en el corto plazo. El hecho de que un valor esté muy barato, como sucede ahora, por ejemplo, con las telecomunicaciones o el sector audiovisual, no implica necesariamente que, cuando la economía se normalice, éstos suban. En Fidentiis Gestión , no alejamos de esta estrategia de inversión. Preferimos tomar decisiones cuando haya claridad», expone.

Ronald Temple, responsable de gestión multi-assent y US Equity de Lazard Assent Management, asegura que, pese a que 2018 ha sido un año de tremenda volatilidad y rendimientos negativos para la deuda de los mercados emergentes, la mayoría de los datos económicos y el posicionamiento de los inversores apuntan a una recuperación. «Haciendo balance la situación, creemos que la renta variable continuará al alza, dadas las perspectivas para el crecimiento de las ganancias y los niveles de valoración. Sin embargo, debemos advertir de que en este punto del ciclo, los inversores deberían aprovechar las oportunidades para mejorar la calidad de sus posiciones, centrándose en la valoración y en sólidos fundamentales, como los altos rendimientos de capital, los sólidos balances y un flujo de caja potente. Del mismo modo, en los mercados de deuda, los inversores tienen opciones ahora de extender la curva de riesgo en términos de crédito o duración y deberían adoptar un enfoque más defensivo hasta que la compensación riegos-recompensa sea más convincente», apunta.

Populismos y refugios

Desde Lazard, también alertan de los riesgos existentes, como el de la escalada de la guerra comercial, que puede suponer toda una amenaza en el crecimiento y las ganancias, y la políticas llevada a cabo por los distintos estados de la UE, en los que el auge de los populismos ha debilitado el impulso para llevar a cabo reformas, tanto a nivel nacional como europeo, lo que se ha traducido en un crecimiento débil y desigual de la zona euro.

Por su parte, Diego Jiménez-Albarracín responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, cree que en Europa las dudas políticas han generado un sentimiento negativo que ha pesado más que los beneficios empresariales, por lo que, a corto plazo, el potencial de crecimiento está limitado por estos problemas. En cuanto a materias primas, la entidad financiera prevé que el precio del crudo podría subir hasta los 65 dólares el barril, y que el oro podría beneficiarse de su papel de refugio en un año en que habrá más momentos de incertidumbre, de manera que se convierta en un activo muy atractivo para los inversores que busquen diversificar su carteras y protegerse de la incertidumbre política y la volatilidad.

Panorama de la banca

Las entidades financieras españolas afrontan 2019 ante un entorno convulso motivado por las últimas sentencias del Tribunal Supremo, la nueva Ley impulsada por el Gobierno sobre el impuesto de las hipotecas, nuevos aires de recesión económica y, sobre todo, la denominada revolución digital que trae consigo profundos cambios en el modelo de negocio, según el análisis realizado por Neovantas. Ante esta situación, el sector se enfrenta a diferentes desafíos entre los que destaca la rentabilidad, un problema que llevan arrastrando durante años y que se resolvería si los tipos subiesen. Por ello, en el corto y medio plazo, la cotización de los bancos seguirá sufriendo y sólo empezará a despuntar la de alguno de ellos cuando se vea que su modelo de negocio empieza a funcionar. Recuperar su reputación y adaptarse a los desafíos que exige la transformación digital son otros de los grandes retos a los que se enfrentará la banca el próximo año.