Construcción

La industria del agua tiene sed de inversiones

La industria reclama un esfuerzo inversor por parte de la Administración
La industria reclama un esfuerzo inversor por parte de la Administraciónlarazon

Las empresas de abastecimiento y saneamiento de agua reclaman más recursos para mantener y renovar las infraestructuras de estos servicios, afectadas por los recortes de los últimos años.

Abrir el grifo y que salga agua potable de calidad es un gesto tan simple y cotidiano que rara vez se repara en la industria, para muchos invisible, que hace posible este servicio básico. Pero en el otro extremo de las redes de suministro urbano hay casi 3.000 empresas dedicadas a la captación, depuración y abastecimiento de agua, con un particular: prácticamente la mitad de la población está servida por entidades de carácter público y la otra mitad por empresas privadas. Entre todas, no sólo generan el 0,5% del valor añadido bruto de la economía española, unos 4.500 millones de euros, sino que han sido capaces de incrementar su aportación a pesar de la crisis.

Los últimos datos del INE apuntan a que la industria del agua urbana elevó su cifra de negocio hasta los 6.303 millones de euros en 2014, lo que supone un aumento del 33% con respecto a 2008. En estos años, el crecimiento del personal ocupado por estas empresas ha sido del 12,7%, si bien no ha recuperado todavía el nivel máximo de 2011, cuando se acercó a los 38.000 empleados. La principal razón de esta evolución positiva es que el servicio está muy determinado por el consumo de los hogares, que acapara el 69,1% del agua distribuida y es menos dependiente de los ciclos económicos. Lo mismo que los consumos municipales, que suponen el 9,3%, mientras que los sectores económicos (servicios e industrias que se abastecen de las redes urbanas) se llevan solo una quinta parte (21,6%).

Industria

Esta estructura de consumo hace que el servicio mantenga una estabilidad, como explica el presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), Fernando Morcillo: «Nuestro trabajo está sometido a menos vaivenes que otro tipo de economía. Ni en los momentos álgidos, nuestro sector crece muchísimo, ni en los momentos peores, se contrae tanto». No obstante, reconoce que se ha producido «una cierta retracción» de la facturación en el consumo industrial y comercial, «muy heterogénea», puesto que se ha notado más en unas zonas que en otras, dependiendo del tipo de industria. Esta reducción del consumo industrial se ha sumado a la disminución de la demanda general que se viene experimentando de manera constante en la última década como consecuencia de un uso más racional del agua, que ha promovido el propio sector. «Hay una reducción sistemática, cada vez hacemos un uso más moderado del agua en general, pero por razones de racionalidad y eficiencia en el uso», señala Morcillo. Así, el volumen de agua distribuida en 2013 (último año disponible) fue un 20,6% menor que en 2004.

Pero más allá de este decrecimiento temporal de la demanda en el sector industrial, el principal problema que afronta el sector del abastecimiento es la caída de la inversión, que repercute en un mayor envejecimiento de las infraestructuras (cerca del 40% de las redes tiene más de 30 años) y en el aumento de las pérdidas en la distribución (en 2013 representaron el 25,7% del total del agua suministrada a las redes).

Teniendo presente esta inquietud, AEAS y las demás asociaciones que conforman la Agrupación Sectorial del Agua (AGA, Aqua España, Asagua y AEDyR,) plantean varios retos que deberían ser abordados durante la próxima legislatura para garantizar la sostenibilidad del servicio. Lo primero que reclama el sector es un esfuerzo inversor sostenido por parte de las administraciones públicas para renovar infraestructuras y equipamientos. El presidente de AEAS argumenta que, «a raíz de la crisis y de una falta de priorización del agua, en los últimos años se viene invirtiendo muy poco», no sólo en renovación, sino también en la construcción de las nuevas infraestructuras exigidas por la Unión Europea. «Lo que pedimos sobre todo –añade Morcillo– es que se sea sensible con la renovación del patrimonio hidráulico, que es muy potente y muy rico, pero es obligado que invirtamos para dejarles a las siguientes generaciones una situación tan buena como la que nos dejaron las anteriores». El sector es consciente de que la coyuntura económico-financiera actual todavía no es propicia para aumentar la inversión, así que apuesta por desarrollar mecanismos de colaboración público-privada.

En línea con la Directiva Marco del Agua, el sector también defiende avanzar en la recuperación de costes a través de mecanismos tarifarios, siguiendo el modelo de los países del norte de Europa y reduciendo la vía presupuestaria. «Creemos que ese modelo es el que se está imponiendo y que debería imponerse para hacer posible la sostenibilidad y el mantenimiento de los servicios», asegura el presidente de AEAS.

Un pacto

Por último, las empresas creen necesario el establecimiento de un «regulador general», un órgano técnico que dote al sector de una armonización de criterios en todo el país, tanto en estructuras tarifarias como en los niveles de prestación del servicio. Afirma que estas cuestiones «no tienen un componente político, sino un interés de carácter social y económico», de modo que «podrían ser objeto de un pacto».Sobre el futuro, Morcillo prevé que la actividad no cambie «sustancialmente», puesto que la población está estabilizada y el consumo ya está muy ajustado. La mayor evolución se espera en la incorporación de la innovación en áreas como el telecontrol, donde «se producirá una evolución técnica muy potente que creará empleo cualificado y que beneficiará y generará nuevas oportunidades de actividad».