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Jubilación

La solidez del sistema de reparto

La Razón
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El sistema de reparto y el de capitalización tienen ambos la misma fragilidad ante el envejecimiento de la población y los cambios demográficos como los que tiene que afrontar España por efecto del «baby boom». El sistema de reparto es más explicito y mas visible por la población porque con las cuotas de los trabajadores que están en activo se pagan las pensiones de los que han finalizado su vida activa. En el caso de las de capitalización es igual: aquellos trabajadores que terminan su vida activa tienen que vender los activos que han acumulado –su ahorro–, y tiene que haber quien se los compre. Si disminuye la riqueza del país, ambos tienen porblemas: uno para pagar las pensiones, y otro porque el valor de los activos que quiere vender se deteriora. En el caso del fomento del ahorro, que es otra de las cuestiones que se suelen manejar para decir que el sistema de capitalización es más sólido que el de reparto, tampoco es así. El de capitalización es cierto que fomenta el ahorro pero no tienes ninguna garantía de que se quede en el mismo país. Puedes buscar mayores rentabilidades fuera y por tanto tampoco colabora a generar mayor riqueza en el país. Además, esa búsqueda de rentabilidad puede incurrir en demasiados riesgos e incluso en pérdidas para quienes realizan esas aportaciones. Los dos sistemas necesitan garantizar la mayor creación de riqueza posible a travbés del empleo y de la distribución equilibrada de la riqueza y que eso permita el pago de las pensiones a las generaciones futuras. El sistema de reparto debe ser la renta principal de los pensionistas, no digo la única, porque hay un mayor control democrático sobre la posibilidad de cómo articular eses sistema y poder afrontar las dificultades que se puedan producir. El sistema de reparto es más sólido y debe ser mayoritario pero debe de estar acompañado por uno complementario para que aquellas personas que lo deseen puedan conseguir una tasa de reposición sobre su salario más elevada. No se ha demostrado que el sistema de capitalización sea más rentable que el de reparto y, sin embargo, incorpora mayores riesgos. Al buscar más rentabilidad se desplaza a países con nivel de riesgo superior. En el caso español, desde la aprobación de la ley de fondos de pensiones, la tasa de rentabilidad de los fondos es inferior –deducidas las comisiones– al crecimiento del PIB. Y la experiencia internacional tampoco dice que el sistema de capitalización sea más seguro y genere mayor rentabilidad.