BCE
El BCE pronostica por primera vez un recorte de los tipos de interés en verano
Los mercados financieros habían anticipado este paso en la primavera. Lagarde cree que aún es pronto para «cantar victoria» y que las apuestas precipitadas son contraproducentes para la lucha contra la inflación
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha puesto por primera vez una fecha aproximada a una bajada del precio del dinero. «Es probable que el Banco Central Europeo (BCE) recorte los tipos de interés en verano», aseguró en una entrevista a Bloomberg realizada en el Foro Económico Mundial de Davos.
Aunque es la primera vez que la presidenta de la entidad esboza esta posibilidad, el anuncio ha sido todo un jarro de agua fría para los mercados financieros que esperaban este paso mucho antes, quizás en marzo o abril. Lagarde es consciente de estas expectativas y cargó contra estos vaticinios de los inversores: «No ayuda a nuestra lucha contra la inflación si la anticipación es tal que (las apuestas) son demasiada altas en comparación con lo que es probable que suceda».
Según Lagarde, aún es pronto para «cantar victoria» y una decisión precipitada en el recorte de tipos de interés puede hacer que todo lo conseguido en los últimos meses para luchar contra la inflación se vaya al garete. «Tengo que ser prudente porque dependemos de los datos y algunos indicadores no están en los niveles que nos gustaría», señaló en la entrevista con Bloomberg. En el mes de diciembre, el BCE volvió a dejar el precio del dinero en el 4,5%, que hasta octubre acumulaba 10 incrementos consecutivos.
En sus últimas previsiones conocidas en el mes de diciembre, la entidad monetaria confía en que la inflación general se sitúe en promedio en el 5,4% en 2023, el 2,7% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,9% en 2026. En comparación con las proyecciones de septiembre, esto supone una revisión a la baja para 2023 y especialmente para 2024 y un acercamiento progresivo al objetivo del BCE del 2%. A pesar de esto, el Eurobanco no descarta repuntes puntuales de la inflación en el corto plazo y está alerta sobre las tensiones geopolíticas como la crisis en el Mar Rojo por los ataques de los hutíes o la evaluación de los salarios y los beneficios de las empresas.
De hecho, este miércoles se conoció que la inflación de la zona euro repuntó al 2,9% en diciembre y que fue del 3,4% en los Veintisiete. Según confirmó Eurostat, la agencia estadística comunitaria, la tasa de inflación interanual de la eurozona aceleró cinco décimas respecto a noviembre debido a una menor bajada de los precios de la energía.
La prudencia de Lagarde no gustó a los mercados financieros y los selectivos europeos reaccionaron con caídas. La Bolsa española bajó un 1,26%. El mayor temor reside en que una respuesta demasiado lenta por parte de la entidad monetaria haga caer la economía europea en una severa recesión. Alemania, la tradicional locomotora europea, da señales de agotamiento y este pasado lunes se supo que su economía se había contraído un 0,3% durante el año 2023. Aunque el propio BCE, en palabras de su vicepresidente Luis de Guindos, cree que la zona euro ha entrado en una «recesión técnica», los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro descartan que esta caída de la economía vaya a ser profunda y prolongada. De hecho, el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, vaticina que el PIB de loa países de la divisa común crecerá un 1% este año.
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