Economía

Las empresas españolas, pendientes de las elecciones en Estados Unidos

La victoria de Trump tensionaría las relaciones con Latinoamérica, generando inestabilidad en compañías españolas

Las empresas españolas, pendientes de las elecciones en Estados Unidos
Las empresas españolas, pendientes de las elecciones en Estados Unidoslarazon

Tanto la victoria de Hillary Clinton, que propone una línea más continuista, como la de Donald Trump, más liberal y rompedora, traerán importantes novedades que afectarán a las compañías con intereses en EE UU.

En poco más de mes y medio, Estados Unidos tendrá nuevo presidente, el número 45 de su historia. Y podría ser una mujer por primera vez. A medida que se acerque el 8 de noviembre, las elecciones estadounidenses irán ganando protagonismo mundial, no sólo por las repercusiones que el cambio de liderazgo tenga en las relaciones políticas internaciones, sino también por los efectos sobre la economía, los mercados financieros y las relaciones comerciales. De estos últimos están particularmente pendientes muchas empresas españolas, entre ellas un buen número de las que integran el Ibex 35, que tienen intereses directos en EE UU, como señala un informe de XTB.

La farmacéutica Grifols, las constructoras Ferrovial y ACS o industrias como Acerinox son, según los analistas de XTB, ejemplos de empresas que obtienen en ese país un alto porcentaje de sus ventas globales, por lo que cualquier cambio en la política fiscal, económica o monetaria puede tener una incidencia notable en sus cuentas.

El análisis de sus principales propuestas económicas no permite señalar a ninguno de los candidatos, la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump, como más beneficioso para los intereses de las empresas españolas. Por ejemplo, si Clinton llevara a cabo la ampliación del plan de sanidad pública implantado por Barack Obama, las compañías farmacéuticas «gozarían de una mayor demanda para sus productos», indica el informe y, por tanto, sería una buena oportunidad para Grifols.

Del mismo modo, empresas energéticas como Iberdrola podrían beneficiarse del plan de energías renovables, que plantea instalar más de 500 millones de paneles solares en cuatro años. Por otra parte, la subida del salario mínimo desde los 7,25 hasta los 12 dólares por hora «debería traducirse también en un aumento de la cifra de consumo básico», lo cual sería positivo para grandes almacenes y grupos como Inditex, que cuentan con una amplia presencia en Estados Unidos.

Entre las propuestas de Donald Trump, una de las principales bazas para las empresas es la rebaja fiscal. Además de reducir los tramos y los tipos del impuesto sobre la renta –que contrasta con la subida que plantea Clinton para las rentas altas– y la eliminación del Impuesto sobre Sucesiones, el republicano promete reducir el tipo del de Sociedades del 35% actual al 15%. En cuanto a medidas sectoriales, su apuesta por los combustibles fósiles como fuente de energía beneficiaría a empresas petroleras como Repsol.

«Hay determinadas medidas de cada candidato que pueden beneficiar, pero en términos generales, la idea que tienen que llevarse los inversores es que el hecho de que salga Hillary Clinton sería una versión muy continuista con lo que hemos visto hasta ahora de la Administración Obama; por el contrario, si saliera Donald Trump, un político más rompedor, puede quizás causar algo más de inestabilidad en los mercados», resume el analista de XTB, Javier Urones.

Por el momento, las encuestas auguran una victoria de la candidata demócrata. ¿La dan por descontada los mercados? A juicio de Urones, «es lo más probable». «A día de hoy Hillary Clinton cuenta todavía con una horquilla de entre el 2% y el 5% de ventaja frente a Donald Trump. Pero no podemos subestimar al republicano, porque nadie le tenía en cuenta para ser candidato republicano y, al final, ha acabado siendo así, y nadie le tiene en cuenta hoy para ser presidente, pero lo cierto es que poco a poco, y sobre todo durante las últimas semanas, se ha ido acercando», añade el analista.

Aunque la posibilidad de un triunfo de Trump está ahí, su personalidad arrolladora y poco diplomática plantea ciertos temores. Como asegura Urones, «por muy liberal que sea su programa y por mucho que favorezca a determinadas empresas, sin duda traerá miedo al resto de inversores. No sabemos si caerá la bolsa o no, pero desde luego inestabilidad seguro».

Uno de los riesgos posibles si se impone el candidato republicano es que «tensionaría las relaciones de Estados Unidos con el resto de países americanos», generando inseguridad en negocios de compañías que operen en estos mercados, como es el caso de las españolas, muy expuestas a lo que ocurra en Latinoamérica.

Al margen de quien gane la cita electoral, lo que parece seguro es que las relaciones comerciales de Estados Unidos con China cambiarán, sobre todo con Trump, quien defiende el establecimiento de fuertes aranceles a los productos chinos. Si se ponen trabas a este comercio, mantiene el informe, «perjudicaría el crecimiento de esta región, generando un impacto muy negativo en la demanda de materias primas», entre ellas el petróleo, con efectos en la economía mundial. No obstante, China tiene un as bajo la manga: es uno de los principales tenedores de deuda estadounidense y podría utilizarlo para amenazar con ventas de deuda si se ve perjudicado con las nuevas políticas comerciales.

Ventajas de un dólar fuerte

Una victoria del candidato republicano, que influiría en una política monetaria más restrictiva, llevaría a un fortalecimiento del dólar, circunstancia que, según Javier Urones, podría ser «lo mejor que le puede suceder a la mayor parte de las empresas». Dos son las razones: primero, las empresas que trabajan allí, a la hora de repatriar beneficios a euros y tributar en España, verían crecer bastante ese beneficio por el tipo de cambio; en segundo lugar, la apreciación del dólar debilitaría al euro, y «tener un euro débil ayudará a muchas empresas españolas a exportar más». No obstante, la guerra encubierta que existe en los mercados de divisas para evitar monedas fuertes y fomentar la exportación podría minimizar estos efectos.