Empresas

Las empresas españolas se frenan en seco

Las ventas se estancan tras casi tres años consecutivos en positivo.La industria y el suministro de energía y agua lastran la facturación, que ya coqueteaba con un descenso del ritmo de crecimiento

La facturación de las compañías españolas había perdido fuelle los últimos meses
La facturación de las compañías españolas había perdido fuelle los últimos meseslarazon

Las ventas se estancan tras casi tres años consecutivos en positivo La industria y el suministro de energía y agua lastran la facturación, que ya coqueteaba con un descenso del ritmo de crecimiento.

España acumulaba una larga racha de meses consecutivos con aumentos en la cifra de negocio empresarial, pero tras casi tres años en positivo, la facturación de las compañías se ha detenido. El frenazo en seco en junio del Índice General de Cifra de Negocios Empresarial (ICNE) en términos interanuales vino motivado por los desplomes en las ventas de las industrias extractiva y manufacturera (-5%), y en el suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos (-0,7%), que taparon los aumentos de la facturación de los servicios no financieros (4,9%) y del comercio (0,7%).

La facturación llevaba ya desde enero coqueteando con un marcado descenso del ritmo de crecimiento, pasando del 4,3% en enero al 3,3% en mayo, según los datos provisionales publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El cero que se marcó la cifra de negocio empresarial en junio choca con el avance del 5% registrado en el mismo mes del año pasado y el 7% de hace dos ejercicios. Un síntoma más del debilitamiento de la economía española, a pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez se empeñe en echar balones fuera y asegure que España está resistiendo mejor el vendaval que sacude los cimientos de la economía mundial.

En términos desestacionalizados, la variación interanual es positiva, con un avance del 2,9% respecto a junio de 2018, cuatro décimas inferior al de mayo. En ese sentido, el único apartado que sufrió un retroceso fue la industria, que se dejó un 0,7%, mientras que el suministro energético y de agua creció un 1,6%, el comercio un 3% y los servicios no financieros un 5,9%. Dejando fuera los efectos estacionales y de calendario, el crecimiento de las empresas en junio fue menos de la mitad que hace un año, cuando avanzaban a un ritmo del 6,7%, tres décimas por encima que en el mismo mes de 2017. En la tasa mensual (junio sobre mayo), y eliminando el efecto estacional, la cifra de negocio de las empresas avanzó un discreto 0,2%, frente al retroceso del 0,1% registrado en mayo y al crecimiento del 0,6% experimentado un año antes.

La estadística de facturación empresarial no es la única que cae. Las compañías también están dejando de ser competitivas, ya que la productividad laboral está en niveles de 2016 tras acumular cinco trimestres consecutivos en descenso. De cara al exterior, las exportaciones, que sostuvieron a muchas empresas durante la crisis, amenazan con echar el freno. Durante el primer semestre registraron el peor dato de los últimos siete años, con un crecimiento de apenas el 0,7%, según los datos de Comercio. La industria tampoco pasa por su mejor momento. Según los últimos datos del INE, los pedidos en este sector cayeron un 5% durante el mes de junio, su mayor caída en tres años.

Y si las empresas van mal, el mercado laboral se resiente. La creación de empleo comienza a desinflarse y la afiliación en julio a la Seguridad Social sólo creció en 15.514 personas, el peor dato desde hace siete años. Ese mes el paro apenas bajó en 4.253 personas, a pesar de la gran cantidad de puestos de trabajo que se generan para los meses de verano. Este dato es el peor desde antes de la crisis. Además, la precariedad no para de ganar terreno en el mercado laboral a medida que los contratos indefinidos acumulan seis meses consecutivos en descenso. En julio, este tipo de compromisos cayó un 2,33%, según los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Todo indica que el panorama se está resquebrajando, pero el Gobierno está barajando revisar al alza su previsión de crecimiento del 2,2% al 2,3%.