Internet
Las pequeñas se lo trabajan
Innovar es lograr que se abra camino en el mercado un producto o servicio nuevo, realizado de una forma diferente. Exige una especial motivación, un carácter innovador, inquieto e inconformista que permite mirar al mundo de otra manera, siempre desde la ilusión. Algo que, dada la coyuntura económica, parece cada vez más complicado. Sin embargo, lenguas tan ancestrales como las asiáticas ya simbolizaban la palabra crisis con dos caracteres: uno representa el peligro y el otro la oportunidad.
Una oportunidad en cuanto a que el acceso a un gran mercado de consumidores constituye para cualquier empresario un verdadero estímulo que puede redundar en la mejora de factores competitivos como la dimensión, la especialización, la introducción de procesos innovadores, de calidad y de diseño. El riesgo está representado por las dificultades de adaptación al nuevo escenario económico y, en consecuencia, a la pérdida de cuota de mercado por no ser competitivos sectorialmente a nivel global.
La posibilidad de adaptarse a los cambios con mayor rapidez que el resto de las empresas constituye una importante ventaja. En ese sentido, nuestro país siempre ha estado unido al comercio y a la empresa, ha dado muestras de no tener aversión al riesgo de iniciar mercados diferentes, nuevos servicios y productos originales, pese a la que nos está cayendo encima.
El pensador Edmund Morris comenta en uno de sus últimos libros que «la historia admira a los sabios, pero eleva a los valientes». Por eso, los emprendedores son los verdaderos héroes de la economía, son los generadores permanentes de empleo y los motores de los sectores productivos nacionales. El 50% de las innovaciones tecnológicas y de procesos provienen de este segmento, y este número aumenta a 95% en el caso de innovaciones radicales.
Hay que tener en cuenta que la nueva situación está protagonizada por un consumidor que dispone cada vez de menos tiempo, busca más comodidad, aumenta el deseo de personalización, disminuye la fidelidad en la compra, está más sensibilizado ante los precios y tiene una menor percepción en cuanto a la diferenciación de los productos. Por lo tanto, la función básica de la empresa ya no es la obtención de resultados a través de su cuenta de explotación. Ahora, lo que se busca es hacer clientes, mantenerlos, desarrollarlos y maximizar su rentabilidad.
Es necesario que en circunstancias como la que vivimos, estos héroes cuenten con todo el apoyo posible. En ese sentido, la intervención de las Administraciones juega un rol fundamental. Es destacable la campaña que la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) ha puesto en marcha para acercar la innovación a las micropymes y a la sociedad en general, con el objetivo de promover la motivación hacia una forma diferente de hacer las cosas que dé lugar a la mejora de la competitividad de las empresas más pequeñas.
La iniciativa «las pequeñas se lo están currando», en la que colabora la Dirección General de la Pyme del Ministerio de Industria, busca a través de la plataforma www.laspequeñasseloestancurrando.es casos de pequeñas empresas que ya estén haciendo las cosas de forma distinta para diferenciarse y mejorar los resultados de su negocio. Los casos que se presenten podrán ser votados por los visitantes a la web, de forma que el más votado será premiado con una campaña de promoción de la empresa a través de internet.
✕
Accede a tu cuenta para comentar