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Lucha contra el desempleo

Lo peor queda atrás

La Razón
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Los resultados de la EPA del tercer trimestre conocidos ayer demuestran que nuestro mercado laboral va robusteciéndose poco a poco. Tras unos meses de gran deterioro en el año 2012, los efectos de la reforma laboral que empiezan a desplegarse en su plenitud durante este 2013, y los pequeños repuntes en el crecimiento económico, están propiciando claramente una recuperación del empleo más rápida de lo esperado, situándose en los niveles precrisis. Llaman la atención –en positivo– dos datos: de un lado el estancamiento del empleo público en línea con la ambiciosa reforma de las administraciones públicas; y de otro lado, el aumento del número de asalariados del sector privado y de los trabajadores por cuenta propia. Bien es cierto que dado el trimestre afectado, la tasa de temporalidad ha aumentado ligeramente con respecto a otros trimestres de este año, pero a mi juicio, y a estas alturas, lo importante es la creación neta de empleo, que podrá convertirse en el corto plazo en empleo estable y sostenible.

El camino emprendido en materia laboral está ayudando ya no sólo a controlar la destrucción de empleo, sino a propiciar su crecimiento. Si en meses de recesión económica hemos tenido buenas noticias en el mercado de trabajo, se esperan aún mejores en el corto plazo, con incremento de la actividad económica todavía escaso. Quedan algunas reformas por acometer (como las de la contratación laboral), pero con prudencia y cierto ánimo vamos viendo resultados positivos que ya fueron vaticinados.

En este sentido, al inicio de un ciclo expansivo convendría reflexionar sobre las diferentes modalidades de contratación al objeto de incentivar mediante su simplificación los contratos de trabajo existentes en España. No se trataría tanto de modificarlos, sino de repensar el modelo haciendo atractivo el uso del contrato a tiempo parcial y del contrato indefinido. Eso se conseguiría mediante la adopción de modelos europeos que han tenido un resultado exitoso, como el holandés (tiempo parcial), o el alemán para la formación de sus jóvenes. Esta segunda «reforma» claramente animaría a los empresarios a la contratación de trabajadores desempleados. En definitiva, no debemos abandonar la tarea reformista tan bien emprendida por nuestro Gobierno.

*Profesor de Derecho del Trabajo de Univ.Francisco de Vitoria