Los 9.000 puntos, un objetivo viable

Un mejor panorama internacional en cuanto al apetito de riesgo por parte de los inversores ha sido la principal característica de los mercados durante el verano. La incertidumbre sobre China, aunque sigue estando presente, se ve compensada por algunos datos sobre su economía que pueden hacer pensar que el gigante asiático está tocando fondo.

En Estados Unidos, la retirada de estímulos que llevará a cabo la Reserva Federal (Fed) está siendo digerida con mayor facilidad después de un ejercicio inusual de comunicación llevado a cabo por el banco central, que ciertamente produjo bastante confusión pero que finalmente está siendo aceptado por los inversores. Todo ello nos lleva a recuperaciones de los índices bursátiles y entre ellos nuestro Ibex 35, cuyo potencial recorrido al alza debería ser de mayor importancia si tenemos en cuenta el castigo sufrido con anterioridad.

En el caso de España, a todo lo anterior hay que sumarle un elemento de importancia que es la mejora de la prima de riesgo. El riesgo país ha dejado de ser motivo de preocupación y el diferencial con el bono alemán alcanza niveles mínimos de los últimos dos años. Esto, sin ninguna duda, es un motivo alentador para quien invierte en bolsa española. Tras superarse la zona de los 8.700 puntos, desde un punto de vista más técnico, el Ibex 35 debería encaminarse en el corto plazo hacia la zona de 9.000-9.100 puntos.

En los últimos días, el selectivo ha marcado máximos que en gran medida han sido conseguidos por el mejor comportamiento del sector bancario. La banca española ha llevado a cabo un proceso fenomenal de saneamiento y con ello se destaca de otros países que todavía tienen la tarea por hacer.

Pese a las últimas subidas, la valoración del sector financiero español está en niveles muy atractivos, y mientras los grandes bancos ofrecen rentabilidades por dividendos que difícilmente van a pasar desapercibidas, los medianos están en el objetivo de grandes inversores internacionales.