Autopistas

Los expertos piden bajar entre 10 y 20 kilómetros la velocidad por el mal estado de las carreteras

Un informe de la AEC asegura que su déficit de conservación alcanza ya los 7.054 millones de euros

Uno de cada 13 kilómetros de la red presenta deterioros relevantes en más del 50 por ciento de la superficie del pavimento/ Jesús G. Feria
Uno de cada 13 kilómetros de la red presenta deterioros relevantes en más del 50 por ciento de la superficie del pavimento/ Jesús G. Ferialarazon

Mientras una corriente de conductores y asociaciones piden aumentar la velocidad máxima, la Asociación Española de Carreteras pide lo contrario. ¿La razón? El mal estado de la red viaria.

Hay una corriente de conductores y asociaciones partidarios de incrementar la velocidad máxima a la que se puede circular por las carreteras españoles. Propugnan que la calidad de las infraestructuras es suficiente para incrementar de 120 a 130 kilómetros por hora la de las autopistas y las autovías. Un supuesto muy alejado de la realidad, según los expertos. La Asociación Española de Carreteras (AEC) publica desde el año 1985 un informe en el que recoge los resultados de sus evaluación bianual del estado de las vías españolas. Y los resultados del último son descorazonadores. El resumen es que la red viaria española se encuentra en un estado “muy deficiente”. Tan malo es que la asociación asegura que “podría ser aconsejable reducir el límite de velocidad genérico entre 10 y 20 kilómetros por hora” en nada más y nada menos que 6.800 kilómetros de la red. En su opinión, los desperfectos que sufren las carreteras “pueden afectar a la estructura de la plataforma, comprometiendo la comodidad, eficiencia y seguridad de la circulación”. Según sus datos, uno de cada trece kilómetros de la red presenta deterioros relevantes en más del 50% de la superficie del pavimento, acumulando baches, roderas y grietas longitudinales y transversales”.

La falta de conservación está provocando un rápido deterioro del valor patrimonial de estas infraestructuras. Ahora mismo, es de 145.000 millones de euros. Entre 2001 y 2017, las carreteras del Estado han perdido un 36% de este valor, y las de las comunidades autónomas y las diputaciones, un 38%. En este momento, las vías arrastran un déficit de conservación de 7.054 millones de euros tras crecer un 7% respecto al examen de 2016. Sólo reparar los pavimentos costaría 6.500 millones de euros, según el informe de la AEC. ¿Cómo podría enjugarse este desfase? Evidentemente, aumentando los recursos. Los cálculos de la AEC apuntan a que sería necesario incrementar en 300 millones de euros durante un periodo de ocho años las partidas destinadas a conservación y refuerzo de firmes de los Presupuestos Generales del Estado pasando de los 900 millones de euros actuales a 1.200 millones. La cantidad no incluye, no obstante, el dinero que habrá de destinarse al mantenimiento de las autopistas de peaje en las que el Gobierno “levante” la barrera cuando finalicen sus contratos de concesión. Eso, en las carreteras estatales. Para las autonómicas y las de las Diputaciones, se requiere destinar 600 millones más al año durante un periodo de ocho años, según la AEC.

Además del refuerzo de firme, las carreteras españolas requieren de intervenciones en otros aspectos. La AEC asegura que es necesario renovar 370.000 señales, el 68% con el reflectante caducado. También es preciso repintar las marcas viales de 30.000 kilómetros de carreteras y revisar a fondo la iluminación, pues el 90% de las luminarias en funcionamiento no iluminan adecuadamente y el 53% generan claroscuros.

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