Inversiones
Los inversores sacaron de España 4.600 millones dos meses antes de las elecciones
Las dudas sobre el futuro político provocan hasta octubre una fuga de capitales sólo comparable a los peores años de crisis.
Los inversores no quieren arriesgar en España, o al menos, no hasta que se aclare su futuro político. En tan sólo diez meses, el saldo que resulta de tener en cuenta lo que los inversores españoles invierten fuera del país y lo que los extranjeros destinan a España disminuyó un 142,1%. Es decir, hasta octubre han salido 41.400 millones de euros, frente a los 17.100 millones perdidos en el mismo periodo de 2014. No es casualidad que el incremento más acentuado de las desinversiones se produzca en octubre, a sólo dos meses de las generales, cuando se retiraron un 1.050% más de capitales de nuestra economía que en el año anterior. Esto supone que el pasado octubre salieron 4.600 millones de España, en comparación a los 400 millones del ejercicio anterior. Una diferencia de 4.200 millones, sólo comparable a las cifras de 2012, cuando en plena crisis, los inversores sacaron más de 173.000 millones.
Los agentes han anticipado hasta dos meses sus decisiones, ante la perspectiva de un Congreso paralizado o del cambio en la tendencia económica. El mayor impacto fue el de la partida de otras inversiones (préstamos, repos y depósitos), que ha protagonizado un traslado de hasta 8.600 millones fuera de nuestras fronteras. El año pasado esta cifra fue muy diferente, cuando se registró una entrada de 19.700 millones para este tipo de inversiones. La fuga de capitales ha sido frenada en parte por las inversiones directas y en cartera, que han aportado 1.500 millones y 2.600, respectivamente. En 2014 estas partidas fueron negativas, con fugas de hasta 700 millones para las directas y de 18.600 para las de cartera. La variación respecto a los derivados finanacieros es prácticamente inapreciable, con una salida de 100 millones este año frente a los 700 del año pasado.
En relación al acumulado de los primeros diez meses del año, las partidas más llamativas dentro de la cuenta financiera son una desinversión de 22.400 millones de euros en préstamos, depósitos y repos, frente a la llegada de 24.000 millones el año pasado por la misma vía. Otro dato considerable es la salida de inversiones directas, que alcanza los 18.300 millones, frente a la entrada en 2014 de 1.000 millones. La Balanza de Pagos refleja un panorama inédito: mientras la economía española crece a buen ritmo, con un superávit corriente de 10.100 millones para los diez primeros meses del año, los inversores prefieren mirar al extranjero para asegurar sus ahorros.
Cuatro citas con las urnas
2015 se ha caracterizado por ser un año plagado de citas electorales: las elecciones andaluzas marcaron el inicio, seguidas de las municipales y autonómicas, las catalanas y, finalmente, las generales. Las dos últimas son las que mayor incertidumbre han podido generar en el ámbito económico; con un Parlamento fragmentado como nunca antes se había visto y la falta de consenso de las fuerzas políticas hacen difícil la gobernabilidad de España. A la inestabilidad política se suma la cuestión de la independencia catalana, que ya generó desde principios de año que muchas empresas optaran por trasladar su sede, lo que refleja la falta de confianza en la resolución del problema a medio plazo. La recuperación económica continúa a buen ritmo pero sigue siendo demasiado débil como para ser inmune a los efectos del cambio político. Los agentes privados con estas decisiones mandan un mensaje a España: sin estabilidad no habrá inversión. La cifra total de salidas de capital en 2014 fueron 8.200 millones. En los últimos días del año, cabe prever que el montante aumentará significativamente en 2015.
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