Macroeconomía

Los miedos que enfrentan los mercados en 2018

El «procés» catalán, el Brexit o la tensión geopolítica entre Corea del Norte y Estados Unidos pueden dañar las previsiones positivas de los mercados para este ejercicio

Parqué de la Bolsa de Madrid
Parqué de la Bolsa de Madridlarazon

Las apuestas por cuántos puntos alcanzará el Ibex 35 este nuevo año ya se han abierto. 2017 lo cerró con 10.043 y que supere los 11.000 parece la previsión más segura. No obstante, todo dependerá de cómo se resuelvan los escenarios políticos de 2018, entre los que destacan la crisis en Cataluña, el Brexit, la formación de gobierno en Alemania, las elecciones en Rusia o las distintas tensiones geopolíticas, con especial preponderancia para el duelo nuclear entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Evidentemente, el conflicto que más influye sobre la cotización de las empresas españolas es el «procés» catalán. La nueva mayoría que han obtenido los independentistas en el Parlament en los comicios del 21 de diciembre inicia otro episodio de la intentona sececionista que podría suponer un duro golpe para las halagüeñas previsiones económicas. «Los inversores siempre huyen de los focos de incertidumbre. Y hoy en día, Cataluña lo presenta para España y para el Ibex 35. Ya se empieza a hablar del impacto negativo de esta situación en el PIB nacional», indica Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Estudios Bursátiles del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

Así, la insistencia de los separatistas volvería a convulsionar el panorama empresarial español, los inversores perderían la seguridad jurídica sobre su dinero y el valor de las compañías del parqué se vería gravemente dañado como ya se comprobó en 2017. A principios del ejercicio, el Ibex se situaba levemente por encima de los 9.000 puntos y alcanzó su máximo anual el 5 de mayo, al alcanzar los 11.135 puntos, auspiciado por «la tranquilidad en la política macro del Banco Central Europeo y el mantenimiento de los estímulos», sostiene el presidente de ONEtoOne Corporate Finance Group, Enrique Quemada.

Sin embargo, a partir del 5 de mayo la situación se revierte y el Ibex comienza a experimentar un descenso, eso sí, controlado por el cinturón del crecimiento económico. «En junio el BCE avisó de un cambio de ciclo en política monetaria, a eso se sumó la caída del Popular y la subida del Euro frente al dólar, elementos que acentuaron el cambio de rumbo de los mercados», añade Quemada.

Consecuencias del «procés»

La ausencia de diálogo entre el Govern y el Gobierno para desbloquear la crisis en Cataluña también tuvo mucho que ver en la rebaja de las cotizaciones. «A partir de mayo, ante lo incierto de la situación, los inversores prefirieron otros mercados como el alemán o el norteamericano», destaca Niederleytner. Y el avance de la redacción de la Ley de Transitoriedad, finalmente aprobada por el Parlament, ahuyentaba a cada vez más inversores hasta que el 1 de octubre se produjo el referéndum ilícito por la independencia y tuvo sus consecuencias. «El proceso de independentismo en Cataluña generó más implicaciones económicas de las previstas, con reducciones en las tasas de turismo, cambios de sedes sociales de más de 3.200 empresas de diferentes sectores y fuga de capitales extranjeros», comenta la directora Financiera de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), Leonor Vargas.

Con todos estos fenómenos en marcha tras el referéndum, tres días más tarde de su celebración el Ibex bajó un 2,85% hasta los 9.964 puntos, sobre todo por la caída de la cotización de los dos grandes bancos catalanes del mercado, el Sabadell y CaixaBank. Pero las empresas, para reducir los efectos, reaccionaron rápido frente a la incertidumbre que se les planteaba en Cataluña y sacaron su sede social de la comunidad. Poco a poco, los valores se fueron recuperando e incluso el 30 de octubre, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, mediante el que se suspendía la autonomía de Cataluña, el Ibex creció un 2,44% hasta los 10.466 puntos.

La repetición de este tipo de sucesos en 2017 afectaría nuevamente a los mercados, para los que el «procés» es su principal miedo, aunque no es el único. El Brexit es una alargada sombra para las bolsas desde que en junio de 2016 se celebró el referéndum en el que venció la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Al día siguiente de la consulta, los mercados del continente sufrieron caídas estrepitosas, y la del Ibex fue del 12,35%, lo que hace una idea de la importancia del Brexit para el parqué europeo.

El 29 de marzo de 2017, el Gobierno británico comunicó a la UE de forma definitiva su intención de separarse, dando comienzo a un proceso de negociaciones. Los distanciamientos y acercamientos de posturas sobre cómo llevar a cabo la desconexión también fueron tambaleando las bolsas a lo lago del año pasado. Así, cuando a principios de diciembre se confirmó un acuerdo, los mercados reaccionaron positivamente. El día 8, el Mib italiano subió un 1,4%, el Ftse inglés un 1%, el Dax alemán un 0,9%, mientras que el Cac francés y el Ibex experimentaron ligeros aumentos, del 0,4% y el 0,57%, respectivamente.

No obstante, la historia del Brexit aún no ha terminado y queda el desenlace. Está por ver cómo se aplica todo lo firmado, si realmente se cumplen las condiciones estipuladas, y si el coste del proceso, que se estima en unos 45.000 millones de euros, no se infla. En este sentido, posibles turbulencias podrían provocar que los inversores abandonen los mercados europeos para optar por otros que les aportar mayor seguridad y que en 2017 han consolidado su expansión tras la crisis.

Competencia

De este modo, el Dow Jones estadounidense y el Nikkei japonés son los mayores competidores de las bolsas del Viejo Continente. El primero se ha impulsado en las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal y creció un 25% durante el año pasado. Por otro lado, el segundo subió un 19% gracias al atractivo reducido precio del yen nipón frente al dólar. Por lo tanto, los inversores tienen alternativas consistentes a los mercados europeos en caso de que el Brexit vuelva a complicarse.

Justo fue la salida de Reino Unido de la UE lo que lastró al conjunto de las bolsas europeas el año pasado en comparación con el Dow Jones y el Nikkei. De esta forma, sólo el Mib italiano tuvo una revalorización significativa, del 14,7%, mientras que el selectivo de la principal economía del continente, el Dax alemán, decepcionó con un 12,7% de crecimieno. El clima político en el país germano, donde los resultados de las elecciones dificultan la formación de un Gobierno, es la causa de que el aumento del Dax sea tan moderado.

Y es que los comicios han alterado los mercados. En Francia, la amenaza de la ultraderechista Le Pen como principal rival de Macron –finalmente vencedor– hizo retraerse a los inversores. Pero como ya se ha apuntado, han sido el Brexit y la crisis en Cataluña los grandes conflictos europeos que han afectado al parqué. Y las consecuencias más directas las han sufrido el Ftse inglés, que sólo subió un 7,6%, y el Ibex 35, con un 7,4%.

Conociendo cómo se han comportado el resto de selectivos europeos, la rentabilidad del Ibex 35 no parece tan halagüeña como se ha expresado en los últimos días. Sin embargo, es «la mejor desde 2013», afirma Vargas. Ella misma cree que siguiendo la tendencia del año pasado, «la evolución del Ibex va a ser positiva durante 2018, avalada por las buenas previsiones macro a nivel mundial sobre crecimiento y los buenos resultados empresariales».

No obstante, los resultados de las elecciones en Cataluña vuelven a poner en tela de juicio las previsiones, a lo que hay que sumar que Donald Trump y Kim Jong-un han comenzado el año lanzándose mensajes agresivos. Esto ha avivado la tensión entre EE UU y Corea del Norte, batalla aparentemente interminable que en agosto de 2017 provocó que el Ibex 35 perdiese un 4,2% en sólo tres sesiones. ¿Se endurecerá este juego nuclear en 2018? ¿Se encontrará pronta solución a la crisis catalana? Son las preguntas que se hace a día de hoy el Ibex 35.

Pendientes del BCE

Los mercados estarán durante 2018 muy pendientes de las decisiones que tome el Banco Central Europeo, ya que la política monetaria y la evolución de los tipos de interés afectará directamente a las cotizaciones. A día de hoy, los tipos se mantienen al 0%, y con este panorama «es difícil obtener algo de rentabilidad estando fuera del mercado», admite la directora Financiera de la FEBF, Leonor Vargas. Además, añade que si los tipos de interés «recuperaran su protagonismo como principal instrumento de la política monetaria, la subida se haría muy moderadamente». Muchos analistas han estimado que el presente año será en el que los tipos vuelvan a aumentar, sobre todo tras el anuncio de Mario Draghi de retirar paulatinamente los estímulos de la política QE. Enrique Quemada, presidente de ONEtoONE, sostiene que esta reducción podría no ser positiva para la economía de nuestro país: «El fin de los estímulos será suave y se irá notando según se reduzca la liquidez en el sistema. Los estímulos han beneficiado a los países deudores como España y ha perjudicado a los ahorradores como Alemania. Según se vaya revertiendo la situación, le irá costando más a España la generación de crecimiento pues subirá el coste de los intereses a pagar en una economía altamente endeudada». Por lo tanto, las cuentas del estado sufrirán, no así las de los bancos. La normalización de la política monetaria, tanto con el aumento de los tipos de interés como con la retirada de estímulos, beneficiará al sector financiero, como apunta Leonor Vargas. Así, devolvería a los bancos la confianza de un entorno estable en el que poder obtener rentabilidad a la hora de conceder préstamos y de realizar grandes operaciones con menores riesgos.