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Los otros «goles» de los futbolistas

En una época predominó la inversión en bodegas o jamones. Ahora, están de moda las «start-ups»

Cristiano Ronaldo, uno de los jugadores mejor pagado, cuenta con varios negocios / dreamstime
Cristiano Ronaldo, uno de los jugadores mejor pagado, cuenta con varios negocios / dreamstimelarazon

Los deportistas realizan inversiones para mantener su nivel de vida tras su retirada.

Viven en mansiones lujosas. Conducen coches de alta gama y cilindrada. Y caros, extremadamente caros. Comen y cenan en los mejores restaurantes, vuelan en clase business, se alojan en los hoteles más exclusivos de los destinos más recónditos y lejanos, pueden llegar a gastar en una noche lo que el resto de los mortales en 100... Llevan una vida a todo trapo. Dicen que el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes. Y esa importancia se refleja en la nómina de sus protagonistas, los futbolistas, quienes en su mayoría son jóvenes millonarios con un nivel de gasto realmente extraordinario. En la Liga española, Leo Messi y Cristiano Ronaldo son los dos astros que más ganan –se embolsan en torno a los 40 millones de euros por temporada–. Pero el salario de cualquier jugador de primera división alcanza los seis dígitos.

Sin embargo, la del futbolista es una profesión con una pronta fecha de caducidad. Ganan mucho en poco tiempo. Por lo que si no saben administrar sus ingresos, una vez que se retiren pueden pasar calamidades.

De hecho, según una consultora, la mitad de los futbolistas de las ligas europeas se arruina poco después de dejar el terreno de juego. A Íñigo Abrego, gerente en el área de asesoramiento fiscal a deportistas profesionales y entidades deportivas de PKF ATTEST, y coautor de una guía editada junto a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), la cifra le parece exagerada, porque considera que hoy en día los futbolistas tienen mucha más cultura financiera.

Aun así, los ingredientes del cóctel que pueden hacer arruinarse a un futbolista son una mala o nula planificación económica, una mala inversión o una falta de adaptación de sus gastos a su nuevo nivel de ingresos.

Javier Arizmendi se enfundó la camiseta de clubes como el Atlético de Madrid, el Deportivo de La Coruña, el Valencia o el Getafe, entre otros. Es más, llegó a disputar un partido con la selección española. Ahora, ha cambiado las botas y el balón por el traje y la corbata, y realiza labores de asesoramiento desde Tressis. El ex futbolista asegura que en los primeros años, tras la retirada, el ahorro acumulado permite mantener un nivel de vida similar, aunque «suelen preocuparse por la adquisición de activos, sobre todo inmobiliarios, que les generen rentas que cubran su nivel de gasto. La mayoría de futbolistas sólo presta algo de atención a la planificación financiera cuando ven que el fin de su carrera está cerca».

Arizmendi relata que cuando se es joven y se generan unos ingresos altos resulta difícil manejar la situación y no encontrarse de pronto en una burbuja. Y revela que cuando se está en la cresta de la ola no se tiende a mirar a largo plazo.

De la guía elaborada conjuntamente entre PKF ATTEST y la AFE, se desprende que alrededor del 60% de los deportistas de élite realizan alguna inversión empresarial a lo largo de su carrera en la que pierden todo lo invertido. De ahí, la importancia de contar con asesores financieros, al igual que los tienen en el ámbito deportivo, legal o de las redes sociales.

Abrego indica que un futbolista de élite puede derrochar mucho dinero sin arruinarse siempre que contrate buenos asesores y tenga en cuenta que su nivel de ingresos no durará para siempre. Asimismo, les recomienda que durante su vida deportiva lleven un registro de los ingresos netos que obtienen en sus últimas temporadas y de los gastos fijos más importantes en los que incurren cada año para conocer los ingresos que necesitan para mantener su poder adquisitivo. «Después, deben plantearse cómo obtendrán esos ingresos y visualizar si las pretensiones son asumibles o deben rebajar el nivel de vida para no entrar en bancarrota», agrega.

¿Dónde invierten?

Tradicionalmente, el futbolista tiende a sobreponderar los activos tangibles, sobre todo los inmobiliarios, respecto a los financieros. Arizmendi apunta que se decantan por inversiones en viviendas, oficinas, terrenos... Es decir, en activos generadores de rentas. Y recuerda que también hubo una época en la que predominó la inversión en bodegas o jamones. Ahora, sin embargo, está bastante de moda la inversión en «start-ups», máxime del mundo tecnológico y deportivo, donde el emprendedor se puede beneficiar del «know how» del deportista. Sin olvidar la inversión en activos más líquidos y tradicionales, como los fondos. Pese a su ajetreada vida, los futbolistas cada vez están más al corriente de sus inversiones, dado que el desarrollo tecnológico facilita su seguimiento. Arizmendi sostiene que la mayoría delega en personas de confianza, con una formación específica y experiencia en este ámbito. «Es un mundo endogámico, en el que se recela mucho de lo desconocido y se prima la relación personal», admite.

Las inversiones más osadas y arriesgadas se realizan entre los 20 y los 30 años, resultando bastante común la alta aversión al riesgo, a la que favorece la privilegiada situación económica de la que disfrutan. Y es aquí, puntualiza Arizmendi, donde entra en juego la función formativa del asesor financiero a la hora de fijar objetivos para cada situación particular que pueda darse en el futuro y asignar un nivel de riesgo –y de rentabilidad esperada– a cada uno de ellos.

Abrego, por su parte, corrobora que «el futbolista actual es mucho más conservador que antes, y que medita más su decisión».

En este contexto, Arizmendi destaca que en las inversiones de los jugadores prima la inmediatez y la obtención rápida de rendimientos. «Al fin y al cabo, la vida del futbolista es muy del día a día. Y eso se contagia en sus inversiones», asevera. En cualquier caso, muchos futbolistas, tras su retirada, continúan vinculados al mundo del balón, ya sea como entrenadores, comentaristas, directores deportivos... Otros, sin embargo, tienen inquietudes empresariales y comienzan una nueva vida profesional. Y es que también hay ejemplos de jugadores que han compatibilizado su carrera deportiva con una carrera universitaria o con el aprendizaje de otro oficio.

En cualquier caso, muchos futbolistas, tras su retirada, continúan vinculados al mundo del balón, ya sea como entrenadores, comentaristas, directores deportivos... Otros, sin embargo, tienen inquietudes empresariales y comienzan una nueva vida profesional. Y es que también hay ejemplos de jugadores que han compatibilizado su carrera deportiva con una carrera universitaria o con el aprendizaje de otro oficio.

BAJO LA LUPA DE HACIENDA

Messi, Ronaldo, Xabi Alonso, Marcelo... Los nombres de muchos futbolistas se encuentran bajo la lupa de Hacienda. No obstante, Abrego se defiende y destaca que todos con los que tratan en su despacho cumplen escrupulosamente con sus obligaciones tributarias. “Nuestro trabajo consiste en hacerles pagar lo mínimo dentro de la legalidad. Ha habido algún jugador que al aterrizar en España venía con una estructura fiscal que no se admitía en nuestro ordenamiento jurídico, pero después de explicárselo siempre han sido partidarios de adaptarla”.

Algunos futbolistas, como ocurre en cualquier profesión, se desentienden y dejan todo en manos de sus asesores. “Nosotros somos partidarios de explicar a los clientes los pasos que damos. Siempre hay una parte técnica difícil de entender, pero los que se interesan saben lo que hace su asesor fiscal”, sentencia.