Economía

Los profesionales de RSC aterrizan en las empresas

El 97% de las empresas del Ibex 35 tienen presente los ODS en sus estrategias
El 97% de las empresas del Ibex 35 tienen presente los ODS en sus estrategiaslarazon

elena magariños

La necesidad de adherirse a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es algo que, poco a poco, ha ido calando en las empresas españolas. «Se han puesto manos a la obra», dice Mencía Garcillán, directora del Máster en Comunicación y RSC del EAE Business School. Y es que los últimos datos ponen de manifiesto esta tendencia. «El 97% de las empresas del Ibex 35 ya tienen presentes los ODS dentro de sus estrategias de negocio y, dentro de ese porcentaje, un 43% de las compañías afirma tener una estrategia definida con acciones específicas y un 46% una estrategia en fase de preparación», explica. De esta manera, tan solo el 11% de las empresas del índice bursátil declaran no poseer aún ningún tipo de estrategia.

«La Red Española de Pacto Mundial es la más numerosa del mundo», confirma Ángel Pes, presidente de la Red. «La han firmado unas 1.500 organizaciones, muchas de ellas empresas», añade. Desde esta perspectiva, el papel de España es claramente positivo, incluso de liderazgo. «Ahora bien, también es cierto que, en comparación con el tejido empresarial español en su totalidad, el número de firmantes es todavía reducido, aunque más importante es cuanto más grandes son las empresas», explica Pes. Por ejemplo, 30 de las 35 empresas del Ibex son firmantes de Pacto Mundial.

Tendencia al alza

De esta manera, la necesidad de incorporar a las plantillas a trabajadores especializados en la consecución de los ODS y de la gestión de políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), se ha convertido, poco a poco, en una tendencia también al alza. «Tenemos que hacernos a la idea de que más que de RSC es importante hablar de los ODS, ya que estamos en un punto en el que no es una cuestión de buenas prácticas, sino de sumarse a un movimiento a favor del Desarrollo Sostenible aprobado por Naciones Unidas y aprobado por todos los Estados del mundo de forma unánime», indica Pes.

Por lo tanto, la cuestión es conseguir que las empresas se sumen a este movimiento, y es algo que se puede conseguir a través de los propios trabajadores. «Esto juega en favor de las propias compañías, porque los ODS son una oportunidad para desarrollar actividades productivas que, además de generar beneficios, contribuyan a dar una alternativa a la humanidad para superar la crisis que vive, sobre todo en el ámbito medioambiental», subraya.

«Se trata de que las compañías incluyan profesionales preparados, con gran capacidad analítica y mucha creatividad, pero también con una gran motivación ante el hecho de contribuir a mejorar los resultados de las empresas en las que trabajan y de la realidad en la que viven», explica Garcillán. La formación en este ámbito se está integrando de una manera transversal, tanto en la educación secundaria como en las carreras de ámbito económico y en los postgrados, sobre todo en las escuelas de negocios. «El perfil de responsable de RSC es el de alguien que sabe un poco de las distintas áreas de la empresa y que tiene la capacidad de coordinarlas, pero, me atrevería a decir, incluso, que se irán necesitando perfiles cada vez más especializados en las distintas temáticas», dice Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio RSC. «Poco a poco se van integrando más estos perfiles en las empresas españolas, pero esto no es más que un anticipo a una auténtica necesidad que vendrá en muy poco tiempo porque son capaces de aportar una concepción distinta a través de la visualización de los riesgos intangibles, logrando evitarlos», añade.

En cuanto a este tipo de riesgos, Pes recalca que cada vez es más importante para las empresas, incluso para su valor en bolsa, aspectos como la reputación o la percepción que tienen los clientes de ella. «Todo esto, que es muy importante para cualquier compañía, está asociado a que asuman los ODS de una forma muy clara ante sus clientes, empleados y colaboradores», apunta, siendo esto algo esencial para el valor que pueden generar las empresas en el futuro. «Creo que las empresas no solo están cada vez más concienciadas, sino también más presionadas para tener en cuenta los riesgos intangibles y cómo pueden afectar a la cuenta de resultados», opina Vázquez. Una presión que se va haciendo mayor conforme pasa el tiempo y que proviene tanto de la ciudadanía como de los inversores y de las administraciones públicas. «Unos se fijan en la confianza que desprende la empresa, otros se preocupan por cómo los actos de esta pueden repercutir en las acciones, pero las administraciones públicas también ejercen presiones de carácter normativo», dice.

Unas leyes que no solo se dan a nivel europeo, sino que también han ido implantándose al ordenamiento jurídico español para regular la actividad de las compañías en cuanto a la cadena de suministro, por ejemplo, comprobando de donde provienen las materias primas o si respetan los derechos humanos. Ejemplo de ello es la norma sobre información no financiera y diversidad.