Carlos Rodríguez Braun
Marca exterior
El viaje de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a Arabia Saudí, sugiere que la marca España se defiende fuera, pase lo que pase dentro, y aún más si lo que pasa en todas partes no es bueno. La importancia de la expansión internacional de nuestras empresas también deriva del estrechamiento del mercado interior, producto tanto de la crisis como de las medidas incorrectas tomadas para hacerle frente. Las empresas han hecho de la necesidad virtud, dado el colapso del mercado local. De ahí que, independientemente de que se pueda echar la culpa a los chinos del retraso en el macroproyecto del AVE Medina-La Meca, las autoridades saudíes no deben haberse sentido especialmente tranquilas al contemplar el conflicto en torno al Canal de Panamá, del mismo modo que no fue quizá totalmente por azar que el accidente de Santiago de Compostela precediera al aplazamiento por el Gobierno brasileño del concurso para el AVE Río de Janeiro-Sao Paulo...aunque era la cuarta vez que se aplazaba. Parece que el asunto del canal, valga la redundancia, se canaliza, con más deuda para las empresas. Allí han operado tanto el interés del gobierno panameño, consciente de los abultados costes que implicaba resolver los contratos y empezar otros, como de las empresas que, como dijo el administrador Jorge Quijano, y recogió "Expansión": "son empresas buenas que quieren seguir trabajando en Panamá y en el resto de Latinoamérica, por lo que deben conservar la integridad de su imagen". Esto vale también para las empresas españolas de todos los sectores, en particular las relacionadas con obras públicas o ingeniería, algunas con gran actividad internacional, como Técnicas Reunidas o Sener. Es imposible determinar con precisión el grado de contagio e impacto que estos contratiempos pueden tener sobre las empresas concernidas y también para las no concernidas en cada uno de ellos. Pero no son beneficiosos para ninguna.
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