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María Benjumea: «Emprender es una moda que ha venido para quedarse»

María Benjumea / Emprendedora. La fundadora de Spain Startup-The South Summit no para de inventar a sus 61 años

María Benjumea, emprendedora
María Benjumea, emprendedoralarazon

La fundadora de Spain Startup-The South Summit no para de inventar a sus 61 años

Tenaz, entusiasta y persistente. Derrocha energía a través de su mente. A María Benjumea le encanta subir escaleras. Su principal afición son sus tres nietas, a las que adora con locura y de las que habla con la baba caída. Luchadora acérrima contra el pesimismo, cree que la ilusión se contagia. Y lo demuestra. La fundadora de Spain Startup-The South Summit asegura que emprender es una forma de vida. Tiene 61 años, pero un espíritu juvenil que evidencia al reflexionar, con cada palabra.

–¿Tenemos talento en el sur de Europa?

–Muchísimo. En España hay ingenieros muy buenos, y los proyectos cada vez son mejores. Tenemos que sacar el talento a la palestra y ver cómo las empresas y las startups españolas y del sur de Europa se posicionan a nivel internacional, cómo los inversores apuestan muchos millones por este tipo de compañías. Uno de los fondos de inversión de capital riesgo más importantes del mundo nunca había invertido en un proyecto español. Sin embargo, de las quince operaciones que ha hecho este año, cinco son españolas. Hay que pensar a lo grande, con ambición.

–¿Pero continúa existiendo cierto complejo con respecto a los estadounidenses?

–El cambio en estos últimos años ha sido inmenso, pero todavía nos lo tenemos que creer mucho más. Estoy convencida de que el éxito de un proyecto es un equipo potente. Todos tenemos la capacidad de ser emprendedores, porque para formar un equipo se necesitan perfiles muy dispares.

–¿Por qué no tenemos nuestro particular Silicon Valley?

–¡Creémoslo entre todos! Dentro del objetivo de The South Summit está colocar a España como un referente en innovación y emprendimiento, y a Madrid como su nuevo «hub» global. Extendamos esa propuesta y este convencimiento.

–Con 25 años se embarcó en su primera aventura. Imagino que en aquella época casi nadie se atrevía a emprender...

–Lo hice por casualidad, me lo propusieron. Me gustó, estaba embarazada y quería trabajar, pero sin horarios rígidos. El proyecto no terminaba de salir adelante. A los 27 años me volvieron a proponer otra cosa y acepté. Cuando tienes los ojos y los oídos muy abiertos, tu entorno te va dando ideas para seguir emprendiendo. Es una aventura apasionante.

–¿España es un buen país para emprendedores?

–Si hablamos de un mundo globalizado, sin fronteras, hay que facilitar el visado de talento para que se pueda venir a España a montar una empresa, o a formar parte de startups que ya estén en marcha. Tenemos un país maravilloso, donde se vive muy bien.

–La mayoría de los proyectos fracasan...

–No estoy de acuerdo. Hay que currárselo a fondo. El que quiere, puede. Se debe tener un buen planteamiento y trabajarlo bien, aunque no todo el mundo llegue arriba. Es muy importante dedicar la ilusión necesaria para sacarlo adelante, tener la voluntad de hacerlo y la actitud determinante, así como poner toda la carne en el asador. La perseverancia es fundamental. Es verdad que muchísimos proyectos fracasan, pero porque a lo mejor no era su momento. Hay que analizar los motivos. La idea es un 1% y la ejecución, el 99% restante.

–¿Emprender es una forma de vida?

–Por supuesto. Todos deberíamos tener esta forma de vida, ya sea emprendiendo un proyecto propio o desde una multinacional. En este mundo que se mueve a velocidad de vértigo, hay que emprender permanentemente para hacer las cosas mejor. Las empresas innovan constantemente, o mueren.

–¿Puede considerarse un acto de fe?

–La ilusión es contagiosa. La gesticulación resulta imprescindible para comunicar bien y llegar a la gente. No sólo se habla con la palabra, también con el cuerpo. Hay que demostrar la fe en el proyecto.

–¿En qué medida es importante el apoyo de la familia?

–Genera seguridad, aunque conozco mucha gente que ha tenido mucho éxito sin el apoyo de sus familiares. No obstante, se ha producido un cambio de chip verdaderamente asombroso. Cada vez más el entorno familiar deja de concebir el emprendimiento como una locura. El 53% de los encuestados en un estudio quería que sus hijos fueran emprendedores-empresarios.

–¿Resulta sencillo emprender a los 61 años?

–Tengo la gran suerte de estar rodeada de un espíritu emprendedor y de gente maravillosa y joven de cabeza. Hay dos tipos de edades: la biológica, que a mí me encanta decirla, y la de la cabeza. Es cierto que a mi edad cuesta más estar vinculados con el mundo de la tecnología, pero se aprende.

–Habrá instaurado el gen del emprendimiento en el ADN familiar...

–Transmitimos esa convicción de que si quieres, puedes. Pertenezco a una familia de extraordinarios profesionales, pero que nunca asumieron este tipo de riesgos. No es ADN, son mensajes que facilitan que todos consideremos que podemos hacerlo.

–¿Emprender está de moda?

–Cada vez somos más, pero es una moda que ha venido para quedarse. No creo que sea puntual. El emprendimiento responde al cambio estructural del mundo. Todos nos hemos dado cuenta de que las cosas se tienen que hacer de otra manera.

–Aunque el pesimismo campa a sus anchas...

–Soy una luchadora contra el pesimismo. Cuando esa gente recibe directamente mensajes de la realidad cambia su manera de verla. Me di cuenta de que la vida me la tenía que solucionar yo misma. Hay que convencer a diestro y siniestro de que si quieres, puedes.

–¿Se ha desvirtuado el concepto?

–El que abre un bar también es un emprendedor. Emprendedor es el que se busca la vida con ilusión y ganas. Hay muchos tipos, pero el concepto no está desvirtuado.

–«No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La creatividad nace de la angustia como el día de la noche oscura. Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias», dijo Einstein.

–La crisis ha sido un impulso al espíritu emprendedor, pero la crisis es coyuntural y paralelamente estamos viviendo un cambio estructural. Sólo el 1% de las startups de The South Summit procede del paro, y únicamente el 4% relaciona sus motivos del emprendimiento con la necesidad.

El lector

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