Trabajo
Más oportunidades para el sector en las empresas
Cada vez se hace necesaria una implicación mayor por parte del empresariado a la hora de contratar a personas con discapacidad. Se han dado muchos pasos adelante, aunque aún no los suficientes. Y es un beneficio mutuo para ambas partes. Por un lado, el empresario se puede aprovechar del talento que aporta este colectivo, y, por la otra, estas personas se pueden integrar de una manera plena en las sociedad y poner en marcha su proyecto personal de vida. Ésa fue la principal conclusión que surgió en un Encuentro organizado por LA RAZÓN Castilla y León, bajo el patrocinio de Clece y la Consejería de Empleo de la Junta, que se celebró en el Hotel Silken Juan de Austria de Valladolid.
Un foro ameno y distendido en el que participaron los principales agentes de instituciones y asociaciones del Tercer Sector de Castilla y León, que dieron su punto de vista sobre el momento que vive este sector y donde se analizaron los pros y contras de un colectivo que cada vez goza de más visibilidad, aunque a día de hoy, aún tiene muchos frentes abiertos. Moderado por el periodista Juan Delgado, esta mesa redonda contó con la participación de Juan José Laguna Pedraza (vicepresidente de Conacee); José María Martínez Redondo (jefe de Servicio de Integración Laboral de Personas con Discapacidad de la Junta); Pablo Sánchez (director gerente de Fundación Intras); Francisco Sardón (presidente de Predif); Begoña Grijalvo (directora territorial de Inserta Empleo); Gregorio García (presidente de Aceecyl); y Jesús Martínez-Sagarra (coordinador técnico de Feacem).
El principal escollo en la actualidad es que el mundo empresarial todavía tiene mucho recelo al contrato de estas personas, según señalaban todos los ponentes. «Es verdad que hay mucha visibilidad respecto a hace años, pero tenemos que seguir trabajando para concienciar al tejido empresarial», señalaba Begoña Grijalvo. Algo que también recalcaban los ponentes en la mesa como Francisco Sardón, quien aportaba que en los últimos años se han producidos cambios muy importante, y uno fundamental que las personas con discapacidad han cambiado el «chip» para acceder al mercado laboral.
Para Juan José Laguna nos hallamos «ante el colectivo con mayor tasa de desempleo de la sociedad. Y es que el 80% de las empresas españolas, en la actualidad, no se están aprovechando del 10% del talento de la población que representa el colectivo con personas con discapacidad», aportaba.
Lo que es evidente, como apuntaba Gregorio García, es que todavía son numerosas las empresas que desconocen los mecanismos y si los conocen, no se ven capaces o no quieren incorporar a personas de este colectivo a sus plantilla. «Existe un gran desconocimiento por parte de los empresarios, pero mucho más de los políticos», apuntaba. «Hay mucho recelo o la actividad productiva se lo impide», apuntaba el vicepresidente de Conacee, mientras que para la directora territorial de Inserta Empleo, «a día de hoy todavía existen estereotipos o te ofrecen cubrir puestos de trabajo de baja cualificación». «Es verdad que el tránsito desde los Centros Especiales de Empleo a las empresas no está funcionando y va a ser necesaria una mayor concieniación empresarial», indicaba José María Martínez. Por ello, según apuntaban todos, se hace imprescindible que cada vez haya más reuniones o encuentros de trabajo con el mundo empresarial u ofrecerles, como declaraba Martínez-Sagarra «herramientas suficientes para que no estén solos» o se lleven a cabo «foros personalizados de empleo», durante el foro organizado por LA RAZÓN Castilla y León, de la mano de Clece y la Consejería de Empleo.
Lo que es una evidencia es que la Ley de Contratos del sector público ha abierto las puertas para avanzar en la inclusión de las personas con discapacidad. El hecho de que se obligue a las empresas a cumplir una reserva para este colectivo del 2% ha abierto bastante las puertas a su contratación, aunque no lo suficiente. Por ello, Pablo Sánchez, apuntaba que muchas veces las empresas no cumplen este porcentaje, por distintos motivos, y declaraba que puede ser una buena solución «importar experiencias» que se están desarrollando en la actualidad en países como Alemania, donde esas industrias que no incorporan personas con discapacidad a sus plantillas, realizan una aportación económica para mejorar las políticas activas de Empleo.
Castilla y León, un ejemplo
Todos los ponentes resaltaron el «buen trabajo» que se está desarrollando en los últimos años en Castilla y León. «Somos una isla en España en todo el concepto», afirmaba Francisco Sardón. Los datos están ahí, como resaltaba José María Martínez Redondo. «Hemos pasado de 47 Centros Especiales de Empleo (CEE) con 770 puestos de trabajo en el año 1995 a los 225 y con más de 5.650 empleos. La media de trabajadores e 25 por centro». Entre ellos Clece que da empleo en la Región a más de 5.500 trabajadores, gran parte pertenecientes a colectivos desfavorecidos, y que cuentan con un Centro Especial de Empleo que es Integra CEE, que trabaja para 40 clientes diferentes repartidoes en unos 70 centros. «Ha sido una gran oportunidad pero ahora debemos ir más allá», indica Francisco Sardón. «Hay que acercar posturas, buscar alianzas y ser más competitivos. Abrir el abanico a nuevos sectores y que las empresas nos vean como un apoyo y no como una amenaza», prosigue el presidente de Predif. En este punto, Martínez Redondo apuntaba que «la aplicación de algunas directivas comunitarias europeas está obligando a la realización de nuevas actuaciones en materia medioambiental y de gestión de residuos constituyendo nuevas oportunidades de negocio».
Para el responsable de la Consejería de Empleo «desde la Junta se está apoyando en los últimos años con incentivos económicos destinados al contrato de estas personas con mayores dificultades de inserción laboral».
Es verdad que la mayor parte que vienen realizando desde los Centros Especiales de Empleo se encuentran vinculados al sector servicios como limpieza, jardinería o lavandería, entre otros. Por lo que Martínez-Sagarra incidía en que hay «que adentrarse en otras actividad que generen mayor valor añadido, buscar en nuevos nichos de mercado como la automoción». «Hay muchos campos por descubrir como la tecnología, la investigación o el desarrollo y tenemos que profundizar ahí», subrayaba Sardón a lo que Pablo Sánchez añadía que desde la Fundación Intras se está desarrollando ya en proyectos transfronterizos vinculados al turismo rural sostenible, al sector agroambiental y a ofrecer servicios de proximidad, de apoyo a personas dependientes que se ubican en el medio rural. «Lo que está claro es que el sector servicios es también necesario dado que es el sector que más empleos genera en la actualidad», afirmaba el representante de la Junta de Castilla y León.
El panorama es incierto para el sector por los «nubarrones» que acechan y justo con las elecciones generales, autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina. La mayor preocupación de los responsables de instituciones y asociaciones del Tercer Sector es de qué manera afrontar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya que puede poner en peligro la viabilidad de este sistema. Para el presidente de Aeecyl, Gregorio García, este incremento se ha realizado «sin consultar al sector» y sin conocer el día a día de su funcionamiento. Ese incremento salarial haría que el precio por la prestación de servicios aumentara -en los casos en los que se pueda, ya que en los contratos públicos no se puede- y eso puede conllevar la pérdida de clientes. «Es una medida muy populista y con efectos contraproducentes.
Hay mucho desconocimiento entre las administraciones», rechazaba Sardón, quien rompía una lanza en favor de la Junta al asegurar que «aquí, en Castilla y León nos hemos acostumbrado a dialogarlo todo». «Mira, al cliente privado le puedes subir el precio pero al público no, porque al final la fiesta la pagas tú», también afirmaba Juan José Laguna, quien añadía además que a «tu público le puede resultar, con esos precios a mayores, más económico hacer ellos mismos la inversión que contratar».
En este punto, Pablo Sánchez recalcaba que «estamos sólo a principio, por que de aquí a unos años los salarios van a seguir aumentando» y manifestaba su preocupación por el «desconocimiento absoluto de Europa lo que ocurre en los países».
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