Agricultura

Un mes clave para el campo

A la vista en julio, propuestas de la Comisión sobre el presupuesto, la guerra arancelaria de Trump, el acuerdo con Mercosur y los precios de los cereales

Donald Trump y Ursula von der LeyenREMITIDA / HANDOUT por Comisión EuropeaFotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma16/06/2025
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de EE UU, Donald Trump, durante la cumbre del G-7 en CanadáComisión EuropeaEuropa Press

E n los pasillos de la Comisión Europea es de general conocimiento que uno de los mayores temores que tiene su presidenta, Úrsula von der Leyen (perteneciente al Partido Popular Europeo, el PPE), es que los tractores de los agricultores y ganaderos vuelvan a salir a las carreteras y calles. No solo en la capital belga, sino en los otros estados miembros de la Unión Europea (UE) como ya sucedió a comienzos del año pasado.

En el COPA-COGECA, la organización que agrupa a los principales sindicatos agrarios y a las cooperativas comunitarias, también lo saben y pretenden organizar una concentración a mediados de este mes en Bruselas para recordar a la alemana que el malestar sigue ahí y que pocas de las promesas que realizó hace año y medio y, después, cuando presentó los proyectos del actual Colegio de Comisarios, relacionadas con el campo y el medio rural se han cumplido.

Esa concentración, que no sería masiva, ni mucho menos, coincidirá en el tiempo con la presentación por parte de la Comisión Europea, prevista para el 16 de julio, de sus propuestas sobre el Marco Financiero 2028-34, que incluirá el dinero que habría para financiar la Política Agraria Común (PAC), y también las medidas para reformar esta última.

De acuerdo con las ideas que se han filtrado desde Bruselas, el equipo de comisarios presidido por Von der Leyen pretende unificar todos los fondos comunitarios actuales (incluidos los agrícolas) en uno solo, por lo que la PAC perdería la autonomía y la independencia que tiene ahora, algo que desde el sector agrario se rechaza de plano.

Además, la propuesta de la Comisión Europea recogerá una rebaja del dinero de la UE destinado a la PAC, lo que unido al efecto inflación supondrá un duro golpe a los importes de las ayudas directas que perciben los agricultores y ganaderos; esta idea también cuenta con la oposición del sector agrario.

Si finalmente se confirmasen estas propuestas, se plantearía un problema político importante, porque esas medidas serían propuestas por un Colegio de Comisarios en el que tiene mayoría el Partido Popular Europeo (PPE), que desde hace año y medio pretende presentarse como valedor y defensor de los intereses de los agricultores y ganaderos, algo que la realidad se encargaría de desmentir.

Eso afectaría desde el punto de vista político a todos los socios, pero, en el caso de España, el Partido «sanchista» y también los de Vox aprovecharían la coyuntura para poner de manifiesto que los populares no cumplen y no son de fiar. En resumidas cuentas, que si se confirman los temores la batalla política esta servida y los tractores podrían volver a las calles a finales de año.

Lo anterior va a coincidir con la presentación (puede que hoy mismo) por parte de la Comisión Europea de los textos definitivos del acuerdo entre la UE y Mercosur, para comenzar el proceso de ratificación tanto en el Consejo de Ministros como en el Parlamento Europeo.

Desde el punto de vista del sector agrario, hay intereses contrapuestos, ya que coexisten intereses ofensivos de producciones que resultarían beneficiadas como aceite de oliva, vino y lácteos, con los defensivos de otras que saldrían perjudicadas, como las carnes (especialmente de vacuno y de pollo), cítricos o cereales.

En España, el Gobierno presidido por el marido de Begoña es un firme partidario de este acuerdo. Por el contrario, Francia es el mayor opositor y está buscando articular una minoría de bloqueo con otros socios, como es el caso de Italia o Polonia. Este mes de julio será clave para saber si lo consigue, o no.

Y, siguiendo con el tema comercial, está lo de Estados Unidos y Trump. En principio, el 9 de julio es la fecha clave para saber si hay pacto que evite la guerra arancelaria entre las dos potencias.

En el caso de España, además, toca esperar para ver si se concretan las amenazas especificas lanzadas por el presidente norteamericano a Pedro Sánchez sobre una subida especifica de aranceles para nuestro país, por su rechazo a incrementar al 5% del PIB el gasto en defensa y seguridad.

Los sectores agrarios más perjudicados serían el de aceite de oliva, aceituna de mesa, vino, productos cárnicos y quesos. Y esta incógnita también podría despejarse en julio.

Por si no fuera suficiente, está la crisis de precios en el sector de los cereales, frente a unos costes de producción elevados y la propuesta del PP en su próximo congreso para el campo. Mes caliente, no solo en lo climatológico.