Impuestos

Montero ante el concierto económico catalán

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda siempre se mostró opuesta al concierto económico catalán, sin embargo, ahora dice que el PSOE lo respalda al 100%. Ese «cambio de opinión» era condición indispensable para la investidura de Salvador Illa

María Jesús Montero Cuadrado Ministra de Hacienda y Función Pública durante la sesión de control del Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso en Madrid.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús MonteroAlberto R RoldánLa Razón

María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda del Gobierno de España, siempre se mostró frontalmente opuesta al concierto económico catalán, esto es, a que la Generalitat recaudara la totalidad de los impuestos pagados por los contribuyentes catalanes. Razones no le faltaban: es una persona de izquierdas que promueve la redistribución coactiva de la renta –y la descentralización fiscal debilita la capacidad del Estado para redistribuir coactivamente la renta dentro de su territorio– y, además, fue consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía –la administración autonómica que más fondos recibe a costa de los contribuyentes catalanes o madrileños–.

Por consiguiente, Montero tenía tanto razones ideológicas como intereses políticos para oponerse al concierto económico catalán. Y así lo repitió en numerosísimas ocasiones a lo largo de su carrera… La última hace menos de un mes. Sucede que Montero también fue una de las invitadas estrella a la investidura de Salvador Illa este pasado sábado, investidura que se fraguó gracias, precisamente, a que el PSC transigió frente a Esquerra con el concierto económico para Cataluña. ¿Cómo pudo Montero compatibilizar su firme rechazo al concierto económico catalán con la alegría por una investidura nacida gracias a ese concierto? Pues, como suele ser habitual dentro del PSOE: «Cambiando de opinión». La que hasta muy recientemente había sido una de las más frontales opositoras de la excepción catalana dentro del modelo de financiación autonómica dice ahora que el PSOE respalda al 100% el concierto económico catalán. Y desde luego cambiar de opinión es algo muy legítimo, incluso loable cuando deriva del aprendizaje y de la reflexión a lo largo de la vida de una persona. Mas, ¿qué ha cambiado de una manera tan profunda durante el último mes como para que Montero dé un cambio tan radical en sus planteamientos? Solo una cosa: ese «cambio de opinión» era condición indispensable para la investidura de Salvador Illa. Por consiguiente, no ha tenido ningún problema en hacer una transacción entre sus principios y el acaparamiento de mayor poder institucional. Cuando ambos entran en conflicto, la prioridad para un político siempre es el poder.