Distribución
Naturgy, una renovación desde sus raíces
Cuando Gas Natural Fenosa cambió su nombre, aprovechó para transformar su modelo de negocio y adaptarse a las nuevas necesidades del sector energético. Es decir, alcanzar una mayor eficiencia y sostenibilidad.
El sector energético está mudando la piel. Sus empresas están renovando el modelo de negocio y apuestan por nuevas fuentes de generación renovables. En ambos caminos tienen la misma dirección, alcanzar la máximo eficiencia y sostenibilidad. El mejor ejemplo lo está llevando a cabo Naturgy, el nuevo nombre de Gas Natural Fenosa desde el pasado junio. Ese mismo mes, la compañía presentó un plan estratégico hasta 2022, en el que se detallaban las principales líneas de actuación de una transformación que comenzaba en ese mismo instante.
De momento, los primeros resultados de la compañía con el nuevo plan estratético se han hecho notar. En el primer trimestre, tras su presentación, Naturgy registró un Ebitda recurrente de 3.248 millones de euros, un 10% más que en los primeros nueve meses de este año que se acaba. La fórmula que ha desembocado en estas cifras parte de una revolución cultural en la empresa, sus directivos y trabajadores.
Aunque mantienen la esencia de Gas Natural Fenosa y comparten la filosofía anterior, han modificado la forma en la que se relacionan con aquello que fundamenta su negocio, la energía. A partir de ahora, lo harán basándose en cuatro pilares. En primer lugar, la sencillez, característica con la que quieren facilitar la vida de sus clientes. Le sigue la vitalidad, que consiste en emprender iniciativas innovadores y con algún valor social. También se basarán en el «expertise», es decir, cumplir con la exigencia de ser una empresa como Naturgy. Y, por último, el respeto, sobre todo a los consumidores y al medio ambiente.
El primero en aplicar estos pilares ha sido su presidente, Francisco Reynés, quien ha afirmado que son «muy conscientes de que el mundo está cambiando. Los mercados, la tecnología y, especialmente, las personas evolucionan, y nosotros como compañía no podemos sino responder a estos retos, respetando la herencia. Con Naturgy, construimos una marca internacional, adaptada a todos los mercados globales donde tenemos presencia y donde la tendremos en el futuro».
La empresa variará su posicionamiento en todo el mundo. Antes estaba en más de 30 países, y en algunos de ellos su incidencia era residual. Saldrán de aquellos en los que ocurra esto hasta tener presencia en un máximo de 10 naciones. De esta manera, recibirá la influencia de menos mercados y reducirá la volatilidad a la que se expone la compañía.
Menos presencia
No obstante, Naturgy aplicará más esfuerzos a esa pequeña selección de mercados. En un futuro a medio plazo, el 50% del negocio de la empresa se desarrollaría en esa decena de países, mientras la treintena sólo ocupaba el 34%. Además, reforzará su posición como «trading» global, pasando de representar un 8% a un 10%, basando su estrategia en la creación de oportunidades de mercado a través de sus activos de carbón, electricidad y gas. Por el contrario, la presencia de la compañía en España descenderá de un 57% a un máximo del 40%.
En definitiva, Naturgy potenciará su posicionamiento internacional y, en consecuencia, podrá aumentar el número de proyectos que recibe desde el exterior. Todos ellos, y también los nacionales, deberán cumplir con una serie de características para que la empresa se involucre. Tendrán que establecerse objetivos de rentabilidad mínimos por actividad o mercado para garantizar la creación de valor, se fomentará el liderazgo industrial a través de un mayor control, se desarrollará un posicionamiento claro con foco en los mercados y negocios objetivos, se producirá una gestión de los riesgos y se minimizará la volatilidad de los precios de las materias primas y sus efectos. Al poner estas limitaciones a los proyectos que entran en la compañía, Naturgy está reduciendo el potencial de crecimiento de su capacidad. Sin embargo, por otro lado asegura que la realización de los trabajos generen un valor añadido para la empresa.
Entre las directrices del Plan Estratégico 2018-2022, destaca la reducción de los gastos operativos anuales en 500 milllones de euros. Para lograrlo, primero se ha producido un proceso de digitalización en la compañía que facilita el análisis del conjunto del negocio que tiene. Se intentará conseguir la máxima eficiencia de cada uno ellos, evaluando profundamente las actividades «non core» (que no son esenciales para la estrategia de la empresa) y externalizarán su gestión, para lo cual ya se han posicionado varias compañías. Además, prestarán mucha atención a las funciones operativas en cada una de las unidades de negocio correspodientes para sacarles el mayor rendimiento posible.
Reducir riesgos
Estas medidas tienen como fin optimizar los beneficios, misma meta que se persigue con la reducción del peso del riesgo en los tipos de cambio de las monedas y aumentar su negocio regulado. El capital de las inversiones puede variar considerablemente según el cambio de las divisas le beneficie o le perjudique. Para evitar ese peligro en los mercados, Naturgy rebajará su exposición a este fenómeno desde el 48% al 30%. y regulará sus negocios de un 52% a un 70%.
La ambiciosa transformación de la empresa tiene objetivos numéricos también bastante ilusionantes. Se espera que los ingresos netos, que en 2017 fueron de 1.360 millones de euros, crezcan casi un 25% hasta los 1.800 millones de euros. Asimismo, el flujo de efectivo libre pasaría de los 1.300 millones a los 1.800 millones, y el ebitda (resultado operativo) de los 3.915 millones a los 5.000 millones. La recompra de acciones y los dividendos, del mismo modo, experimentará un fuerte incremento. La recompra de acciones propias se quintuplicará desde los 400 millones de euros hasta un máximo de 2.000 millones. Y esto repercutirá favorablemente en la remuneración del accionariado. Este año ha sido de 1,30 euros por acción, y para 2022 subirá cerca de un 20% hasta los 1,59 euros. Mientras, en el mismo periodo, lo que sí se mantendría sería la deuda neta en 16.400 millones.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha calificado este Plan Estratégico 2018-2022 como «realista y ambicioso» y ha añadido que «todos estamos comprometidos para alcanzar el objetivo principal, que es aprovechar el posicionamiento actual de la compañía». Aunque todavía las reacciones no han sido llamativas, no cabe duda de que terminará despertando el interés de los inversores. En ese sentido, desde Goldman Sachs han admitido que aún el mercado «subestima el potencial de crecimiento que ofrece la empresa. La reestructuración y una mejora en la liberación de los negocios impulsarán los beneficios».
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