Industria

Navantia aspira a firmar un contrato histórico con Canadá para venderle 12 submarinos convencionales de la clase S-80

El ministro de Defensa canadiense ha anunciado hoy oficialmente la intención de adquirir 12 sumergibles. Solo siete fabricantes desarrollan sumergibles convencionales como los que necesita el país norteamericano

El submarino S-81 'Isaac Peral' realiza con éxito su primera inmersión estática, en aguas de la estación naval de La Algameca, en Cartagena (Murcia).
El submarino S-81 'Isaac Peral' realiza con éxito su primera inmersión estática, en aguas de la estación naval de La Algameca, en Cartagena (Murcia).NAVANTIAEUROPA PRESS

Ha sido durante la Cumbre de Washington de la OTAN. Canadá ha aprovechado este evento para anunciar oficialmente su intención de renovar y ampliar la flota de submarinos, "a fin de permitir que Canadá detecte y disuada las amenazas y controle nuestros accesos marítimos. Asumimos este compromiso porque la flota actual de Canadá, compuesta por cuatro submarinos de la clase Victoria, se está volviendo cada vez más obsoleta y costosa de mantener. Canadá necesita una nueva flota de submarinos para proteger nuestra soberanía de las nuevas amenazas a la seguridad", ha explicado el ministro de Defensa, Bill Blair.

Para ello se ha anunciado la adquisición de hasta 12 submarinos con propulsión convencional y capacidad para navegar bajo el hielo. Canadá está iniciando el proceso para comprometer formalmente a la industria en esta adquisición. A través del Proyecto de Submarinos de Patrulla Canadiense (CPSP), Canadá adquirirá una flota de sumergibles más grande y moderna que permitirá a la Marina Real Canadiense detectar y disuadir de manera encubierta las amenazas marítimas, controlar los accesos marítimos, proyectar poder y capacidad de ataque tanto en sus tres fachadas marítimas como más allá de sus costas.

No hay que olvidar que Canadá es el país con la costa más grande del mundo, por lo que la capacidad de vigilancia submarina es crucial. Además, el Ártico se convertido en un punto especialmente caliente desde un punto de viste geopolítico, pero también ambiental, pues el aumento de la temperatura y el deshielo han hecho de esta zona "una región vasta y sensible y más accesible a actores extranjeros con capacidades crecientes y ambiciones militares regionales. Para 2050, el océano Ártico podría convertirse en la ruta de navegación más eficiente entre Europa y Asia Oriental", explica el ministro de Defensa canadiense.

Aunque el documento hecho público ayer no especifica qué tipo de submarinos busca Canadá, sí que se ha anunciado que "el Departamento de Defensa Nacional se encuentra actualmente en proceso de reunirse con fabricantes y socios potenciales, como parte del Proyecto de Submarinos de Patrulla Canadiense (CPSP). En el otoño de 2024 se publicará una solicitud de información formal para obtener más información sobre la adquisición, construcción, entrega y capacidades operativas de los posibles licitantes que puedan construir submarinos para Canadá. Esta RFI también buscará obtener información que permita el establecimiento de una capacidad de mantenimiento de submarinos en Canadá. Esta adquisición permitirá a Canadá desarrollar vínculos más estrechos con sus aliados y socios y establecer una asociación estratégica que no solo entregue los submarinos en sí, sino que cree una relación duradera entre Canadá y sus socios estratégicos para apoyar la capacitación del personal y el intercambio de información".

Los requisitos clave de capacidad submarina de Canadá serán el sigilo, la letalidad, la persistencia y la capacidad de despliegue en el Ártico, lo que significa que el submarino debe tener un alcance y una resistencia extendidos. La nueva flota de Canadá deberá ofrecer una combinación única de estos requisitos para garantizar que Canadá pueda detectar, rastrear, disuadir y, de ser necesario, derrotar a los adversarios en los tres océanos de Canadá, al tiempo que contribuye significativamente junto con los aliados y permite al Gobierno de Canadá desplegar esta flota en el extranjero en apoyo de nuestros socios y aliados.

"Estamos viendo más actividad rusa en nuestras aproximaciones aéreas y un creciente número de buques de investigación y plataformas de vigilancia chinos de doble propósito que recopilan datos sobre el Norte de Canadá que, según la ley china, se ponen a disposición del ejército chino", han explicado..

Canadá ha anunciado además un nuevo gasto en defensa de 8.100 millones de dólares en cinco años y de 73.000 millones de dólares en 20 años.

En 1998, el gobierno británico compró cuatro submarinos de la clase Victoria, que fueron entregados a Canadá durante un período de cuatro años, entre 2000 y 2004. Los tres primeros submarinos (Victoria, Windsor y Corner Brook) entraron en servicio en la RCN poco después de su llegada a Canadá. El cuarto, Chicoutimi, fue entregado a Canadá en 2004, pero no entró en servicio en la RCN hasta 2015, debido a un incendio en 2004 y a las obras posteriores necesarias.

Los sumergibles ingleses que prestaban servicio eran antiguos y, para muchas situaciones, prácticamente inservibles. De hecho, Reino Unido se los vendió por 750 millones de dólares después de que fueran rechazados por Pakistán, Portugal y Chile. Tan mal estaban que han pasado más tiempo en dique seco que en el agua. Ottawa se ha visto obligada a invertir miles de millones de dólares en la flota durante más de dos décadas para abordar varios problemas e incidentes, como incendios y soldaduras defectuosas. También ocurrieron varios accidentes durante operaciones militares y pruebas en el mar.

Ya en el año 1987, el Libro Blanco sobre Defensa del Gobierno canadiense recomendaban la compra de 12 submarinos de propulsión nuclear capaces de navegar bajo el hielo y defender su soberanía en la región ártica. Sin embargo, la propuesta fue abandonada debido a una importante oposición tanto de la opinión pública como de los medios comunicación, pues rechazaban la opción nuclear y el enorme gasto que supondría.

Ahora, cansados de gastar dinero en reparar, mantener y tratar de modernizar sus viejos submarinos, ha vuelto a tomar cuerpo la idea de comprar 12 nuevos pero no de propulsión nuclear, sino convencionales. El objetivo es contribuir a las "operaciones de alto nivel de la OTAN", argumentaba un informe del Gobierno de 2017, que abogaba por implementar un procedimiento de adquisición similar al de Australia, que acababa de seleccionar a Naval Group para proporcionar a la Royal Australian Navy 12 Shortfin Barracuda, con transferencias industriales y tecnológicas a la llave.

La Royal Canadian Navy tiene la intención de aprovechar la revisión en curso de la política de defensa de Canadá para al menos reemplazar sus cuatro submarinos de clase Victoria en un momento en que China está invirtiendo fuertemente en sus capacidades submarinas, así como Rusia, cuyos sumergibles vienen realizando cada vez más patrullas en el Atlántico Norte y el Océano Ártico.

En julio de 2021, el gobierno canadiense también inició un incipiente programa llamado "Proyecto de submarino de patrulla canadiense" (CPSP, por sus siglas en inglés), para analizar las opciones disponibles y determinar sus necesidades específicas a fondo. La Marina insta al Gobierno a incluir la adquisición de submarinos en su política de defensa revisada. En una conferencia de defensa en Ottawa el mes pasado, el Jefe del Estado Mayor de Defensa, el General Wayne Eyre, declaró que defendería los submarinos en nombre de la Armada.

Aunque se barajó la posibilidad de desarrollar estos buques con tecnología propia, implementar tal estrategia podría tomar hasta quince años y la decisión de lanzar dicho programa debe tomarse lo más rápido posible.

Es en este punto donde entraría en escena Navantia, pues los submarinos de la clase S-80 que está construyendo para la Armada encajarían perfectamente con los deseos de Canadá. Un informe reciente realizado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) analizaba la situación de este mercado y llegaba a la conclusión de que solo siete empresas en todo el mundo tenía posibilidades de ofertar submarinos convencionales. Mediante un proceso de evaluación multicriterio, comparaba el sumergible español con el resto y llegaba a la conclusión de que "las características del S-80, la colaboración de Navantia con Electric Boat y el empleo de los sistemas más modernos en el S-80 hacen de él un buen candidato para la exportación. Navantia ha hecho los deberes, tiene posibilidades de volver con fuerza a este exclusivo mercado. Pero no nos engañemos, no se deben confiar. La venta de armamento muchas veces está ligada a la política y sus competidores harán lo imposible por llevarse los contratos".

Los mimbres que se utilizan en el diseño del S-80, dice este informe, son los mismos que se han empleado en muchos submarinos nucleares franceses, británicos y norteamericanos. Las capacidades del S-80, el novedoso sistema AIP y el cuidado de la firma acústica, han hecho de él un buen producto, pero hace falta que termine todas las pruebas y entre en servicio para que sea una realidad y no solo un proyecto.

Los principales competidores de Navantia serían la alemana Thyssen Krupp Marine Systems GmbH (TKMS), que ha vendido sus submarinos a las armadas de 13 países. Las otras seis empresas son la francesa Naval Group —antigua DCNS—, la rusa Rubin Central Design Bureau for Marine Engineering de San Petersburgo, la china State Shipbuilding Corporation de Jiangnan, el consorcio japonés Mitsubishi y Kawasaki Heavy Industries, la sueca Saab-Kockums, y, por último, la española Navantia con sus astilleros de Cartagena.

De estos siete fabricantes, habría que descartar a las empresas rusa y china, por razones obvias, con lo que España tendrá que competir con la clase Souryu japonesa, que no ha conseguido aún venderla a ningún cliente; el A-26 sueco, cuya primera unidad será entregada en 2027 a la Armada sueca, con lo cual juega con desventaja respecto a Navantia, cuyo primer sumergible, el S-81 Isaac Peral fue entregado a la Armada el pasado noviembre; y luego están los franceses Scorpene, ya en servicio y vendidos a numerosos países, y los Barracuda, con dos versiones, una nuclear y otra convencional, inicialmente pensada para la Marina australiana cuya vente finalmente no prosperó. La entrega de la primera unidad convencional a Australia estaba prevista para 2025 pero al fracasar el proyecto no se sabe el futuro del submarino.

Y, por último, está el modelo alemán de Thyssen Krupp Marine Systems, que ha vendido en la última década más de 20 submarinos a varios países. "Los submarinos alemanes se adaptan a las necesidades de cualquier Armada y su sistema AIP es un referente.

Según el mencionado informe del IEEE, y analizando una serie de expertos distintos factores, el S-80 se colocaría en primera posición respecto del resto de competidores, seguido de cerca por el U-212 alemán (segundo) y el Souryu japonés y el Shortfin Barracuda francés, ambos en tercer lugar.