Trabajo

El nuevo registro laboral lo deja claro: fichar justo a tu hora de salida puede salirte caro

El Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral ordinaria será de cuarenta horas semanales de trabajo efectivo

Oficina con trabajadores ante sus ordenadores
Oficina con trabajadores ante sus ordenadoresDreamstime

El registro horario se adoptó por primera vez en mayo de 2019 para garantizar que miles de trabajadores cobrasen por todas las horas realmente trabajadas y que existiese una seguridad jurídica en cualquier empresa. Este vuelve a estar en el centro del debate laboral, ya que el Gobierno aprobó a finales de septiembre la tramitación urgente de la reforma del registro horario para reforzar su control y adaptarlo a nuevas realidades como el teletrabajo o los horarios flexibles.

El Ministerio de Trabajo quiere implantar un registro digital obligatorio que controle entradas, salidas y descansos de forma automática. Aunque la obligación de fichar ya existe y está regulado en el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores, este nuevo sistema busca más transparencia y menos fraude, además de garantizar a las compañías que cada minuto registrado corresponde realmente a actividad laboral. De esta forma se endurecerá el control y la Inspección de Trabajo tendrá capacidad para detectar con mayor precisión si un empleado abandona sus funciones antes de la hora prevista, un comportamiento que podría considerarse un incumplimiento laboral.

El Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral ordinaria será de cuarenta horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual, que excluye los minutos dedicados a recoger pertenencias, apagar el ordenador o ponerse el abrigo. Por tanto, con el nuevo sistema, prácticas habituales como fichar exactamente a la hora de salida, cuando el empleado ya ha dejado de realizar tareas, podrían interpretarse como una reducción del tiempo realmente trabajado.

El nuevo decreto endurecerá ese control al exigir que todos los registros sean digitales, trazables o certificados. Sistemas en papel, hojas de cálculo o herramientas no verificables dejarán de ser válidos, y las compañías deberán conservar los datos durante un mínimo de cuatro años. Si los datos muestran que un empleado ficha cada día justo a la hora de salida y se evidencia que ha dejado de trabajar antes, la situación podría interpretarse como un incumplimiento del tiempo efectivo de trabajo. En estos casos, tanto la empresa como el trabajador podrían enfrentarse a sanciones.

La Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (Lisos) contempla multas que oscilan entre 625 euros y más de 7.500 euros por cada infracción grave relacionada con el registro horario. Asimismo, el empleado podría recibir una amonestación o sanción interna si se demuestra que abandona su puesto antes de la hora establecida. El Gobierno defiende que este nuevo sistema permitirá mejorar la transparencia, reducir los conflictos y garantizar que la jornada laboral refleje de forma fiel la actividad real de los trabajadores.

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