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El oro vuelve a las cámaras acorazadas de los bancos centrales

La tensiones geopolíticas, las inquietudes inflacionista y el interés de algunas economías por reducir su dependencia del dólar están volviendo a convertir el metal en un activo de reserva importante. Su cotización se sitúa en máximos históricos

Los banco centrales añadieron a sus reservas en el primer trimestre 290 toneladas de oro
Los banco centrales añadieron a sus reservas en el primer trimestre 290 toneladas de oroDreamstime

Con la frase «el oro es dinero, todo lo demás es crédito», J.P. Morgan resumía a principios del siglo pasado la seguridad que ofrecía el dorado metal. Y es que el oro siempre ha jugado un papel decisivo en los sistemas monetarios de épocas pasadas, especialmente cuando los tipos de cambio estaban vinculados al precio del metal.

Con la llegada del sistema monetario fijo, hace ya más de 50 años, el oro perdió protagonismo, pero, aún así, continúa siendo un activo de reserva importante, y todavía algunas naciones lo consideran esencial para mantener la estabilidad de sus monedas y reducir su excesiva dependencia del dólar estadounidense.

En un momento de incertidumbre y volatilidad como el actual, derivado de las tensiones geopolíticas y de las inquietudes inflacionistas, la demanda de oro, especialmente físico, no deja de crecer, aupada, en gran medida, por unos bancos centrales muy interesados en hacer acopio de reservas.

Una verdadera fiebre del oro que elevó su cotización internacional hasta máximos históricos el pasado mes de abril hasta los 2.418,10 dólares (2.224 euros) en plena escalada del conflicto en Oriente Medio. Y es que actualmente esta materia prima ofrece a los banqueros centrales en un contexto como el actual una triada imbatible: liquidez, seguridad y rentabilidad.

En lo que llevamos de año, la onza troy se ha revalorizado más de un 15%,y los futuros con vencimiento en junio vuelven a moverse en el entorno de los 2.400 dólares (2.207euros), convirtiéndose de esta manera, con permiso del bitcoin, en el activo más rentable en lo que va de 2024.

En las últimas dos décadas, el oro se ha revalorizado más de un 584% y más de un 50% desde que se desencadenara la crisis del Covid en marzo de 2020, lo que confirma su carácter protector en las cartera de inversión, ya que ha demostrado que se trata de un instrumento que, aunque como todos, no está exento de estar sometido a altibajos, mantiene un valor muy estable a lo largo del tiempo.

Sube la demanda

La demanda total de oro aumentó en el primer trimestre del año un 3% en relación al mismo periodo del año anterior, hasta totalizar 1.238.3 toneladas, según datos del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés). Ned Naylor-Leyland, gestor de Inversiones en Oro y Plata de Jupiter AM, atribuye, precisamente, la subida del precio a la acumulación que están llevando a cabo los bancos centrales. «Una de las principales razones de la resiliencia del oro, a pesar de los contravientos de las elevadas tasas de interés reales, es la acumulación soberana del mismo. Solo en 2023, los bancos centrales globales compraron 1.037 toneladas, el segundo volumen total anual más alto registrado en la historia», explica el analista.

Una tendencia al alza que continúa, ya que, en el primer trimestre de este año, añadieron a su reserva otras casi 290 toneladas, un 32% más que en el trimestre inmediatamente anterior, una evolución que, según indican los expertos del WGC, se mantendrá a largo plazo. De hecho, en el periodo comprendido entre enero y marzo, diez bancos centrales informaron de un aumento de sus reservas de oro por encima de una tonelada, siendo los de China e India, con 27 y 19 toneladas, respectivamente, los que más cantidad de oro incorporaron a sus «cajas». El gigante asiático es, junto a Rusia, el mayor comprador de oro en las últimas dos décadas. De hecho, el Banco Popular de China encabezó las adquisiciones el año pasado, sumando 225 toneladas a sus reservas.

Los bancos centrales asiáticos están siendo los grandes protagonistas en el acopio de oro. Por ejemplo, el Banco Nacional de Kazajstán sumó en el primer trimestre 16 toneladas más; el Banco Central de Omán, 4; el Banco Nacional de la República Kirguisa, 2, al igual que la Autoridad Monetaria de Singapur, que fue la única entidad del mercado desarrollado de la región que aumentó sus provisiones.

En Oriente Medio, el banco central de Qatar reportó un incremento de 2 toneladas en sus reservas de oro en el primer trimestre. En Europa, el Banco Nacional Checo, con 5 toneladas, y el Banco Nacional de Polonia, con 1.000 kilogramos, informaron también de un aumento significativo de sus depósitos este periodo. Por su parte, el Banco Central de Turquía siguió acumulando oro, con unas compras que ascendieron a 30 toneladas, con lo que sus depósitos totales ya ascienden a 570 toneladas.

«La compra de oro por parte de los bancos centrales permanece en un nivel muy alto, con el cuarto mayor volumen jamás registrado. Aunque esperábamos que la compra se mantuviera elevada en medio de un mundo más multipolar, los datos comerciales no apuntaron a una demanda tan fuerte, pero sí que se mantiene la tendencia de una fuerte demanda china y una continua compra de oro por parte de los bancos centrales. Ambos respaldan los precios del oro en niveles estructuralmente más altos, ya que parecen tener una disposición mucho mayor a pagar que los inversores europeos y norteamericanos», asegura Carsten Menke, Head Next Generation Research de Julius Baer.

Para este año, pese a que el WGC pronostica que los bancos centrales ralenticen ligeramente la compras en comparación al año pasado, ya ha avanzado que los niveles continuarán altos, y se situarán por encima de los registrados en 2022.

Casualmente, siete de los principales poseedores de oro también se encuentran entre las 10 mayores economías del mundo, lo que acentúa la correlación entre poder económico y su acumulación. Actualmente, se calcula que una quinta parte de todo el oro extraído a lo largo de la historia está, precisamente, en el interior de las cámaras acorazadas de los bancos centrales.

Fondos

Mientras que se ha producido un verdadero frenesí en las compras de oro físico, los fondos cotizados (ETF) han registrado salidas de capitales constantes durante los últimos tres años, ya que los inversores han optado por dejar de lado los metales y apostar por sectores más en boga como la tecnología y la Inteligencia Artificial.

No obstante, en las últimas semanas, los analistas están detectando entradas en ETF físicos, sobre todo en la plata, lo que sugiere que el sentimiento de los inversores podría estar a punto de dirigirse de nuevo hacia esta clase de activos, tal y como afirma Ned Naylor-Leyland, gestor de inversiones en oro y plata, y Daniel March, director de inversiones en oro y plata, de Jupiter AM. «Si volvieran los flujos de inversión sostenidos, entonces cabría esperar que continuara el movimiento al alza del precio del oro», indican los expertos.

Por otro lado, la inversión en lingotes y monedas se incrementó un 3%, hasta 312 toneladas en el primer trimestre debido, una vez más, al aumento de la demanda asiática, especialmente de China, que se disparó un 68%, hasta las 110 toneladas.

El joyero de la abuela

En momentos como los actuales, la economía se impone sobre sobre el sentimentalismo. El elevado precio del oro hace que algunas personas asalten el «joyero de la abuela» para pagar las facturas. Y es que tal y como solía decir, Burt Blumert, comerciante de oro y presidente de la junta directiva del Instituto Mises, «en tiempos difíciles, los tesoros cambian de manos». Este interés también ha incrementado la producción de joyas que, en el primer trimestre, creció hasta 535 toneladas, tras aumentar su inventario en 56 en este periodo.

Un auténtica fiebre del oro, que le está devolviendo el protagonismo a un activo que durante años pareció reservado solo a nostálgicos.

Ruinosa operación

A lo largo de su historia, España ha adelgazado en varias ocasiones su reserva de oro. La más abultada es la que tuvo que realizar para sufragar los costes de la Guerra Civil, quedando la misma reducida a cero. Posteriormente, en la década de los 70, una vez que se abandona el patrón oro, hubo una nueva desinversión significativa, de manera que las provisiones pasaron de 22,41 millones de onzas troy (697 toneladas) a 15,27 millones (474 toneladas), lo que supuso una reducción del 46,75%. Más recientemente, durante la primera legislatura de José Rodríguez Zapatero, España se deshizo de buena parte de su reserva. En 2007, el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes, tomó la decisión de desprenderse de una importante proporción de su «tesoro» nacional. La justificación: «la inversión en oro no era rentable».

Ruinosa operación

El titular de Economía circunscribió la desinversión a una operación coordinada con el BCE y otros 15 bancos centrales que habían acordado, años atrás, deshacerse de forma masiva, pero paulatina, de sus reservas de oro. Sin embargo, aunque se produjeron operaciones de venta en países como Portugal o Grecia, las grandes economía de la zona euro, como Alemania y Francia, mantuvieron sus provisiones. Tras la medida adoptada por Solbes, salieron de la cámara acorazada del Banco de España 4,3 millones de onzas troy de oro (133,74 toneladas ). Tan solo unos meses después, estalló la crisis crediticia en Estados Unidos, que arrastró al mundo a un colapso financiero sin precedentes, lo que disparó la cotización internacional del oro.

En total, en la primera legislatura de Zapatero se vendieron 7,76 millones de onzas (241,36 toneladas), reduciéndose las provisiones en más de un 86%. El activo calificado por el ministro socialista como no rentable, que vendió por algo más de 2.100 millones de euros, tendría , a día de hoy, un valor de casi 9.500 millones, lo que suponen un revalorización, de más del 335%.

Y es que la cotización de este activo ha pasado en 17 años del entorno de los 500 euros a los casi 2.200 actuales. De no haberse vendido ni un gramo de oro desde 2004, los depósitos del Banco de España contaría con un valor de más de 16.800 millones adicionales. No cabe duda de que se trató de una operación «ruinosa»

La reserva de oro del Banco de España asciende actualmente a 9,024 millones de onzas (281 toneladas), cuyo valor actual de mercado es de es del 19.800 millones de euros.

Mayores provisiones

España ocupa el puesto vigesimoprimero del mundo y el octavo de Europa en la clasificación de países con mayor reserva de oro. El país que más cantidad del dorado metal atesora en el mundo es Estados Unidos, con 8.133 toneladas distribuidas en 12 bancos de la Reserva Federal a lo largo del país. Le siguen Alemania, con 3.353 toneladas, e Italia y Francia, con 2.452 y 2.437 toneladas, respectivamente. El tesoro ruso, el cuarto en la lista, asciende a 2.298 millones. Por detrás, se sitúa China, con casi 2.000 toneladas, y Suiza, con unas reservas de oro de más de 1.000. Completan el «top ten», Japón (846 toneladas), India (785) y Turquía (736). Por su parte, el Fondo Monetario Internacional es uno de los mayores tenedores oficiales de oro del planeta, ya que mantiene alrededor de 90,5 millones de onzas (2.814,1 toneladas métricas) de oro en depositarías designadas. El Banco Central Europeo (BCE) también posee 504,8 toneladas de oro.

El "dinero sólido"

En un contexto de altas tasas de inflación e incertidumbre geopolítica, los estados americanos están promulgando cada vez más medidas que alientan el ahorro en metales preciosos e incluso el uso de oro y plata como dinero. Se trata del conocido como «dinero sólido», el cual está siendo, además, objeto de regulación. Y es que en 2023 se promulgaron cinco proyectos de ley, ganando, por tanto, impulso en todo Estados Unidos las reformas monetarias sólidas. En el país norteamericano, ha surgido con fuerza un movimiento impulsado por la llamando Sound Money Defense League, un grupo que no pertenece a ningún partido político, y que trabaja para restaurar este medio de intercambio a escala estatal y federal. Este proyecto, cuyo director es JP Cortez, que recientemente escribió un artículo sobre ello y que fue recogido por el Mises Institute, está generando un intenso apoyo popular. Así, está promoviendo la redacción de leyes, está reclutando patrocinadores y brindando testimonios de expertos directamente a los legisladores.