Agricultura

El "Paquete Planas" se olvida de la ganadería

Las propuestas dividen a las organizaciones agrarias: están cargadas de promesas, sin una marcha atrás sobre la protección al lobo

En la imagen, el ganadero Alberto Arroyo de Soto del Real
En la imagen, el ganadero Alberto Arroyo de Soto del Real Alberto R. RoldánLa Razón

E l campo español ha encarado este segundo trimestre del año con algunas incógnitas despejadas. La primera se refiere a las medidas que ha ofrecido el Gobierno para responder a las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos, que están recogidas en el llamado «Paquete Planas». Y la segunda es la mejoría que se ha registrado en las reservas de agua acumuladas en los pantanos tras las últimas lluvias y nevadas, aunque la situación sigue siendo muy grave en las cuencas internas de Cataluña y en la mayor parte de la vertiente mediterránea, desde Gerona hasta Málaga.

Sin embargo, persisten muchas dudas; unas vienen de lejos y otras son nuevas. Entre estas últimas destacan dos: ¿qué van a hacer tanto el ministro de Agricultura como las dos organizaciones agrarias que han rechazado firmar ese «Paquete Planas»? La oferta del ministro ha dividido a los representantes del campo español. A un lado se sitúa la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), integrada en el sindicato socialista UGT, que ha suscrito el documento ministerial porque considera que contiene avances suficientes.

Desde la Unión de Uniones, organización que hasta ahora no estaba reconocida por el Ministerio de Agricultura, también han dado su apoyo a este paquete de medidas a cambio de que Planas reconozca a esta organización como interlocutora; de hecho, el acto formal de la firma protagonizado por Luis Planas y Luis Cortes, que hasta hace pocas horas se estaban tirando los trastos a la cabeza, supone ya un reconocimiento de la citada organización.

Mientras tanto, desde ASAJA se han negado a firmar el «Paquete Planas» por considerar que, aunque hay algunos avances, lo ofertado por el Gobierno dista mucho de satisfacer sus reivindicaciones.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) tampoco apoya la oferta del Gobierno, que califica de insuficiente, y por pérdida de confianza en Luis Planas. En resumen, este último ha logrado con su oferta dividir al campo español. Faltaría, por otro lado, saber lo que opinan las llamadas plataformas independientes, que se crearon al margen de las organizaciones agrarias antes citadas durante las últimas movilizaciones; sin embargo, conocer la posición de esas asociaciones se antoja tarea harto complicada porque son como el «ejército de Pancho Villa».

La realidad es que las medidas recogidas en el «Paquete Planas» vienen derivadas, en lo que respecta a la PAC, de las propuestas presentadas por la Comisión Europea y que fueron aprobadas por los ministros de Agricultura de la UE; ahora toca esperar a que los eurodiputados las ratifiquen antes de que acabe esta legislatura dentro de dos semanas, cuando se celebre el último Pleno del actual Parlamento Europeo.

Esas medidas suponen una flexibilización de la PAC y del Plan Estratégico que impuso Planas en su día. Solucionan problemas puntuales y concretos en determinadas zonas, aunque distan mucho de ser lo que necesita el sector agrario con carácter general.

En lo que respecta a la otra parte del «Paquete Planas», las medidas nacionales, son claramente insuficientes para responder a las reivindicaciones planteadas durante las últimas movilizaciones. En unos casos se trata de promesas, mientras que en otros se venden como novedades normas que ya se aplican y, por si esto fuera poco, también son una repetición de las promesas que hizo Planas hace cuatro años,cuando hubo otra oleada de protestas, lo que quiere decir que no se han cumplido.

Si la oferta es escasa para los agricultores con carácter general, para los ganaderos, especialmente los extensivos, es prácticamente inexistente. Más allá de la convocatoria de una especie de congreso sobre ganadería extensiva y de prometer que el Ministerio aportará algunos fondos para ayudar en la lucha contra la tuberculosis que afecta sobre todo al vacuno y la EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica) poco más se puede reseñar.

En resumidas cuentas, que la ganadería es la gran olvidado en la oferta ministerial, que no recoge, por ejemplo, una marcha atrás en la protección del lobo, que se intensificó por otra y gracia de Teresa Ribera hace dos años y medio. Por otro lado, existe una gran inseguridad jurídica sobre la fecha en la que se podrán aplicar la mayor parte de esas medidas, especialmente las relacionadas con la flexibilización de la PAC. Lo único claro a corto plazo es que Planas ha anunciado que se va a prorrogar el periodo de solicitud de ayudas directas de este año hasta finales de mayo, lo que supone un mes más porque finalizaba el 30 de abril. Alguna región, como Andalucía, había planteado esta petición al Ministerio.