Finanzas
El paraíso fiscal portugués mantiene su atractivo para los jubilados españoles
El fin del régimen especial para extranjeros no altera los planes de muchos de los que han optado por el país vecino para retirarse
Portugal, uno de los mejores destinos en el mundo para jubilarse, pone fin al régimen fiscal especial que buscaba atraer a los extranjeros, un cambio que no ha inquietado a muchos de los pensionistas españoles que eligieron el país vecino para disfrutar de su retiro.
El anuncio a finales de octubre de la eliminación de este sistema para 2024 no parece haber alterado los planes de muchos de los españoles que viven en Portugal, ya que ni la Embajada de España en Lisboa ni varias asesorías fiscales consultadas por Efe han registrado apenas peticiones de información sobre este cambio.
El llamado «Régimen especial para el residente no habitual», creado por el Ejecutivo luso en 2009 para captar más inversión extranjera, se sumaba al buen clima, las playas, los precios, la gastronomía y la oferta cultural como grandes atractivos del país.
Según datos de la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de la Embajada de España, en Portugal hay casi 8.000 residentes que cobran pensiones pagadas por el Estado español. Este es también el tercer país del mundo en el que la Seguridad Social española abona más pensiones.
Esas cifras no diferencian las nacionalidades de los beneficiarios, por lo que es difícil saber realmente cuántos españoles deciden pasar su jubilación en Portugal.
Además, hay personas que optan por residir en España y pasar varias semanas al año en el país vecino, lo que tampoco quedaría registrado.
José Gabriel Chimeno, un madrileño de 63 años criado en Barcelona, es uno de los españoles que, tras años trabajando en Portugal, eligió la localidad de Cascais (área metropolitana de Lisboa) para prejubilarse con su esposa. Al ser residente desde hacía cerca de 30 años en el país no pudo acogerse al régimen tributario especial, aunque le sigue mereciendo la pena, ya que, aunque las condiciones fiscales son similares en ambos territorios, hay mayor tranquilidad y calidad de vida aquí, y los precios son más bajos. «El clima es muy agradable, nos sentimos más seguros aquí que como nos sentíamos en Barcelona. Se vive bien, en general hay acceso a toda la cultura, al deporte, tenemos un aeropuerto internacional a pocos kilómetros...», explica Chimeno en declaraciones a Efe.
Con múltiples amistades acumuladas tras años en Portugal, asegura que entre sus amigos y conocidos, entre los que hay quienes se han acogido al régimen especial, «el tema fiscalidad no es una preocupación» al no ser una cancelación con carácter retroactivo, por lo que todavía pueden beneficiarse durante más años.
Invasión turística
También hay españoles que, trabajando en España, eligieron Portugal como su lugar de retiro y no por ello se acogieron a las ayudas fiscales. Es el caso de José Manuel Casares, que tras visitar Portugal en varias ocasiones por trabajo decidió comprarse en 2006 un apartamento en Lisboa para su jubilación futura. Sin embargo, cuando llegó el momento de asentarse en la capital lusa, en 2019, vio que no le compensaba acogerse al régimen especial, ya que exige permanecer en el país más de 183 días por año, lo que le limitaba a la hora de organizar sus visitas de vuelta a España.
Tampoco le gustó el «boom» turístico en la capital lusa, que llenó de extranjeros sus lugares favoritos. Lisboa «está, en mi opinión, muriendo de éxito un poco», lamenta Casares, de 62 años, a Efe. Entre sus circunstancias personales y la saturación de la ciudad, decidió volver a España y, para sacarle beneficios a su inversión, optó por alquilar su apartamento a los turistas. Sus visitas a Portugal quedan limitadas ahora a la temporada baja.
Para el economista Juan Carlos Pérez, director ejecutivo de la consultora CE Consulting Portugal, el fin del régimen fiscal especial para los residentes no habituales va a mermar el número de interesados en vivir en el país atlántico. En una entrevista con Efe, el directivo de esa consultora, que opera en ambos países, explica que, con la eliminación del régimen -con el que tributaban al 10% las pensiones del empleo privado-, los jubilados españoles deberán pagar incluso más impuestos que si fuese en España. «Efectivamente, este cambio va a suponer que menos ciudadanos vengan hacia Portugal», augura. Matiza que, aunque el Gobierno socialista de Portugal ha decidido poner punto y final a esta política, la situación puede cambiar tras las elecciones anticipadas del 10 de marzo.
Si el régimen se elimina, tributarán más que en España, aunque su final no está claro
«Me da la sensación, por lo que han comentado los políticos y por lo que se percibe, que si el centroderecha o la derecha gana, va a haber una ampliación de este régimen, no va a haber una supresión total de escena», confía Pérez, ya que este sistema promueve una mayor contribución extranjera al PIB luso.
Pase lo que pase, todavía existirá un período transitorio durante 2024 para quienes demuestren que en 2023 ya estaban preparando un cambio de residencia al país luso, con lo que no está todo perdido para quienes sueñan con una jubilación dorada, y más barata, en Portugal.
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