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París y Berlín impulsan un presupuesto para la zona euro

Los ministros de Economía de la divisa común se reúnen hoy con Italia como amenaza

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, junto a la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, el pasado mes de junio en Bruselas
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, junto a la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, el pasado mes de junio en Bruselaslarazon

Los ministros de Economía de la divisa común se reúnen hoy con Italia como amenaza.

El eje franco alemán parece dispuesto a que la reforma de la zona euro no acabe sepultada en el olvido. Tras meses de escasos avances, París y Berlín llegan a la reunión de hoy de los ministros de Economía de la eurozona con una propuesta bajo el brazo: la puesta en marcha de una línea presupuestaria ad hoc que sea capaz de garantizar las inversiones en tiempos de crisis en aquellos países que lo necesiten. Una iniciativa promulgada por la Comisión Europea (CE) y que levanta ampollas en los países del norte. Es por eso por lo que el paso al frente de París y Berlín resulta tan significativo.

La gran pregunta es si resultará suficiente para vencer estas reticencias, que han sido el pan de todos los días en unas negociaciones que parecen no llegar nunca a término. La propuesta franco-alemana plantea que la Comisión Europea sea quien, en última instancia, apruebe la concesión de estos fondos, que estarían sujetos a programas de corta duración y al cumplimiento de las reglas fiscales europeas. En la propuesta consensuada entre París y Berlín no se menciona la posibilidad de establecer un seguro de desempleo común, una iniciativa que España ha hecho suya y que está luchando para sacar adelante. Hasta ahora, Alemania siempre se ha opuesto a esta última posibilidad.

Sin embargo, Los países de denominada «liga hanseática», liderados por Holanda y partidarios de la ortodoxia fiscal, consideran que aún es demasiado pronto para dar este tipo de pasos y ponen el acento en la mano dura ante el déficit público y en la reducción de riesgos. Como elefante en la habitación del encuentro de hoy –convocado de manera extraordinaria para avanzar en la reforma de la zona euro– el «tour de force» entre Italia y la Comisión Europea. Roma se ha declarado en rebeldía al no aceptar el envío de unos nuevos presupuestos que respeten los compromisos suscritos con Bruselas y que triplican lo acordado con el gobierno anterior. Se espera que este miércoles la Comisión Europea arremeta de nuevo contra las cuentas italianas e incluso se abra la puerta a que Roma pueda enfrentarse a sanciones (multa de hasta 3.500 millones de euros) debido a su abultada deuda.

Hasta ahora, Bruselas ha evitado caer en un tono incendiario contra Roma que sólo favorecería el victimismo del Ejecutivo populista. Pero la capital comunitaria es consciente de que será imposible avanzar en la reforma de la zona euro si los países del norte perciben que la Comisión Europea no va a ser capaz de actuar.

Dentro de las propuestas, sobre la mesa también se esperan avances en la red de seguridad del Fondo Único de Resolución de las entidades financieras que tendrá una capacidad de 60.000 millones de euros.

La zona euro debate ahora un cortafuegos que actúe en caso de que esta cantidad sea insuficiente y sea necesario rescatar a un banco cuya caída suponga un riesgo sistémico para la eurozona. España ha propuesto que sea el MEDE (el fondo de rescates para los países en riesgo de quiebra), el que asuma este papel de segunda red de seguridad.

No es el único debate sobre el MEDE. Durante el día de hoy también se abrirá la puerta a que ostente competencias de vigilancia económica que no choquen con las contribuciones de la CE. Asimismo, los halcones del norte están luchando para que las condiciones del MEDE en los rescates a países sean más estrictas y se abogue por la reestructuración de la deuda antes de optar por el salvavidas europeo.