Rojo
Pavor a otra recesión
Los mercados temblaron ante el riesgo de una tercera crisis europea. El pánico de los inversores se hizo sentir en las bolsas. Urgen, según los expertos, reformas estructurales en algunos países de la UE.
De descalabro en descalabro, cuesta abajo, pero con frenos. El rojo de la pasión se volvió temerario y tiñó de pavor los principales índices de Europa. El pánico de los inversores ante el riesgo de que la eurozona caiga en una nueva recesión se trasladó a los mercados, donde el temblor y las turbulencias provocaron un tsunami de ventas generalizadas entre el martes y el jueves. El viernes, en cambio, se produjo un rebote considerable.
Además de arrancar las hojas de los árboles, el otoño ha enfriado las perspectivas de recuperación. Los principales motores económicos de Europa están a punto de griparse. Alemania presenta las peores cifras de producción industrial y exportación de los últimos años,Italia ha entrado en recesión y Francia está al borde del abismo. Pese a que represente menos del 2% de la economía europea, todas las miradas se dirigen hacia Grecia, donde la Bolsa llegó a caer en dos días más de un 10%. Las dificultades para pagar la deuda de su refinanciación recuerdan a los inversores las dudas sobre la unión del euro y la fortaleza del Viejo Continente. España cumple sus expectativas de crecimiento, aunque el Ibex perdió entre el martes y el jueves 28.000 millones de euros, aproximadamente.
Cuando Estados Unidos estornuda, Europa se constipa. Y es que los mercados europeos siguen siendo «wallstreetdependientes». La secuencia de ventas y el fantasma de una recesión coincidió con la corrección a la baja de los principales índices americanos. Joaquín Robles, analista de XTB, prevé que en el segundo trimestre de 2015 suban los tipos.
El pánico se apoderó de los inversores y los mercados europeos se desplomaron en el ecuador de la semana. Robles cree que se está descontando el empeoramiento de los indicadores macroeconómicos de la eurozona, pero que no hay un catalizador principal extremadamente negativo. «El miércoles hubo una sobreventa. No sabemos si justificada, porque los datos están por llegar», sostiene.
El calor del verano enfrió el parqué europeo. Desde la importante corrección que sufrió la Bolsa en agosto, han sido varios los varapalos. Lamentablemente, los mercados siempre incurren en excesos. Del optimismo y complacencia, al desproporcionado pesimismo. José Luis Martínez, estratega de Citi en España, piensa que una caída aproximada del 10% en un mercado que lleva más de dos años subiendo hasta casi doblarse en valor no supone un cambio de tendencia. «Sigue siendo una corrección. Tarde o temprano volverá la racionalidad». Desde hace varios meses los mercados advertían una posible sobrevaloración en algunos índices, mientras que las autoridades seguían poniendo medidas de estímulo sobre la mesa. Victoria Torre, responsable de Análisis y Producto de Self Bank, resalta que «los inversores recordaron los fantasmas de la anterior recesión y comenzaron la retirada de posiciones».
El virus del ébola contagió a la renta variable, aunque según Robles, «sólo en alguna sesión puntual».
El BCE ha puesto toda la carne en el asador, pero alguna de las medidas no ha tenido ninguna consecuencia. Torre afirma que la última bajada de tipos de interés tuvo más efectos psicológicos que impacto real en la economía. Asimismo, asegura que aún no se ha logrado reactivar el mercado de crédito, algo «absolutamente imprescindible para que la recuperación económica cobre impulso».
El mayor temor del BCE es que Europa entre en deflación, y la tasa de inflación interanual de la eurozona se situó en septiembre en el 0,3%. Los precios no suben y la gente no consume. Sin consumo no hay crecimiento, y sin crecimiento no habrá creación de empleo.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, alertó de que hay alrededor de un 40% de posibilidades de que la zona euro vuelva a entrar en recesión. El presidente del BCE, Mario Draghi, lanzó la piedra sin esconder la mano, e instó a los gobiernos de los países miembros a realizar reformas de gran calado. Sin embargo, la última bala que podría disparar la euforia en territorio europeo sería la compra de bonos soberanos.
En una espiral bajista, arrastrado por las turbulencias que salpican a Europa, el Ibex 35 atraviesa una situación preocupante tras la revalorización que ha sufrido a lo largo del año. La analista de Self Bank explica que ha disfrutado durante los últimos meses de una evolución envidiable, mejorando el comportamiento de otros selectivos y llegando a estar más caro. «A medida que se ha ido acrecentando la volatilidad, ha sido uno de los índices más volátiles. Está sufriendo más en los días de caídas y también ha protagonizado recuperaciones más contundentes cuando ha llegado el momento de tomar posiciones».
Los análisis se están yendo al traste y quedarán en poco más que papel mojado. Torre revela que en estos momentos, en los que se está viviendo una tensión extrema, resulta complicado hacer expectativas a corto plazo. «La volatilidad es alta. El precio objetivo del Ibex 35 ronda los 11.000 puntos, por lo que en circunstancias normales ése sería el nivel hacia el que debería tender el selectivo». Por su parte, Martínez muestra su optimismo a medio plazo, otorga relevancia al contexto internacional y destaca incertidumbres en el futuro más inminente. «Todo tiene un precio. El riesgo, también».
Europa puede cerrar el año en positivo, pero las sesiones del miércoles y jueves sembraron dudas. El analista de XTB plantea un escenario en el que noviembre, diciembre y la primera quincena de enero serán buenos para la Bolsa.
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